UN SECRETO PARA TODA LA VIDA

112 12 35
                                    

Mamá -dijo misha- Voy a llegar tardes, voy a ir a la casa de haruki.

Dasha y tú, últimamente están llegando tarde, ayer llegaron casi a las 11:30 pm, está extremadamente preocupado, ya que los señores no fueron capaces de enviarme un mensaje de texto -fruncio el ceño-

Estábamos con los chicos y vinieron otros de visita de miyagi, se nos pasó el tiempo -se acomodó y puso su cabeza en las piernas del mayor- te amo

Ya me compraste, eres un manipulador -hizo un puchero- te quiero a las 8 en cada

Gracias mamá -sonrió y le dió un beso en la mejilla-

.

.

.

.

.

Papá, ¿Dónde está mamá suga? -pregunto Rin-

Esta en miyagi, consiguió un traba -no pudo terminar de decir Nada, ya que Rin comenzó a llorar, como si alguien hubiera muerto-

Daichi la abrazo y la calmo

Será algo temporal -le beso la frente a su hija

Pero -esos ojitos se volvieron a llenar de lágrimas-

Cómo hoy tengo turno en la tarde -abrazo a su hija- vamos a pasar toda la mañana juntos

Tengo escuela y nunca faltó, a mamá no le gusta -lo miró-

Sabes guardar secretos, será un secreto padre e hija, ve y ponte algo lindo que vamos a salir -sonrió el mayor-

Rin corrió a ponerse Algo lindo, pero esa oración "guardar secretos",  era algo que tendría que hacer para toda su vida, nadie podía enterarse de lo que pasó con los chicos y los yakusas.

Antes de seguir dándole vueltas al asunto, se colocó un vestido amarillo, unas botas blancas y se puso un broche de girasol en el cabello.

Ya estoy listas papi -le gustaba decirle papi, a Daichi, cuando sabía que era la niña de sus ojos-

Pues vamos -el mayor la tomo del brazo y fueron al auto-

La primera parada fue un desayuno nada saludable, pero que a ambos le encantaba, aunque por obvios motivos suga no se los dejaba consumir.

Luego fueron a un parque y dieron un paseo en el lago y por último, pero no menos importante, el almuerzo.

Daichi aprovechó ese momento para tomar fotografías de Rin, definitivamente amaba a su linda niña y jamás la dejaría de ver como esa bolita de grasa que lloraba durante las tormentas.

.

.

.

.

Kyoya se acercó a la pareja, a pesar de todo, era amigo de natsuki y kaoru lo toleraba, ya que no lo consideraba un idiota.

Escuché que vendrá un nuevo maestro -dijo kyoya- además, es de Tokio

Oh -dijo natsuki-

No importa de dónde vengan, si son malos maestros, su lugar de procedencia no cambiará eso, la mediocridad es lo que los define -dijo el rubio-

Es verdad, nuestros antiguo maestro solo nos enviaba fotocopias, eso no es enseñar -dijo natsuki-

Los tres chicos estaban tan concentrados en su charla, que lo único capaz de sacarlos de esa burbuja fue, cuando recibieron casa uno un golpe con un marcador.

ABRIENDO LAS ALAS (SECUELA DE FAMILIA CUERVO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora