capitulo 6

360 28 17
                                    

Ocho Hargreeves.

Dos días después.

Estoy en mi cuarto haciendo lagartijas, necesito estar a la altura de todos.

No hay nadie aquí además de mi y en mi cuarto solo se escuchan mis respiraciones agitadas por el ejercicio.

65...

Ah.

Me tiro en el piso, ya no puedo más.

Suspiro y veo al techo, blanco, solo blanco, me doy cuenta de que en la habitación de cinco hay estrellas de plástico en el techo, de esas que brillan en la oscuridad.

Yo también quiero unas pero no creo que papá me las quiera comprar.

Estoy en ropa deportiva, shorts, no cortos pero si algo justos, y un top deportivo.

Bajo a la cocina, está vacía, me sirvo un vaso de agua y la bebo como si nunca lo hubiera hecho antes.

En ese momento bajan Cinco y Vanya y me decido esconder para saber de qué hablan.

— ¿ Pero no puedes pasar ni treinta minutos conmigo cinco?— Vanya se queja.

— claro que puedo, la situación aquí es... Que tú, hace tiempo me hablaste de nuestra amistad y sobre nosotros y ahora es un poco incómodo.— le explica.

— te quiero mostrar una nueva canción.— le insite.

— lo sé Vanya pero... Otro día.— Vanya suspira rendida.

— ¿Otro día? ¿Esto es porque te dije que me gustas?— no puede ser.

— si Vanya, porque ahora nada será igual, y porque ya no sé si me quieres conquistar o de verdad solo quieres ser mi amiga.— él suspira.

— eso fue hace años, te lo confesé hace años cinco, ya no es igual.— me escondo lo más que puedo.

— y ahora dijiste que te gusto, mira... No quiero lastimarte, no va a pasar, nunca.— le habla fuerte.

No alcanzo a escuchar lo que dicen, ya que me doy cuenta de que espiarlos está mal y comienzo a gatear por la cocina hasta llegar al otro lado, al pasillo, me levanto y hago como que acabo de llegar.

— hola chicos, perdón, solo vengo a dejar este vaso.— cinco me saluda con la mano y Vanya está llorando, así que me da la espalda.

Yo lavo el vaso para hacer tiempo y seguir escuchando pero ellos se quedan en silencio.

— déjalo así.— Vanya se fue corriendo y cinco se quejó.

— ¡Ah! — se queja y golpea la mesa levemente.

— ¿Estás bien?— le pregunto porque enserio se ve raro.

— si, es que... Olvídalo.— cierra los ojos con fuerza y los vuelve a abrir.— y tú? Parece que te atropellaron.— se burla.

— ja ja, que gracioso, no me atropellaron, estaba haciendo lagartijas.— señaló mi ropa.

— bien, necesitas ponerte al corriente.— dice lo obvio.

— lo sé. — me acerco a él.

Él me sonríe.

— ¿Quieres agua? — ofrezco llevarle un vaso.

— si por favor.— acepta y se recarga en la barra, cuando le sirvo su vaso y se lo llevo llega Diego.

Me chifló.

— ¿Ahora tenemos meseras sexis?— se sienta junto a cinco. — uff, y ¿Hay otra cosa que sirvas?— me levanta una ceja y yo me hago para atrás, me hizo sentir mal.

Cinco arruga las cejas pero no dice nada.

— sirveme bonita, si me tratas bien te dejo propina.— me guiña un ojo.— no nos dijeron que nuestra hermana iba a estar tan buena verdad cinco? — le da un codazo para que me vea— pido yo primero.

Cinco se levanta de la silla y lo toma del cuello de la camisa.

— ella no es tu mesera, y no tienes porque decir nada sobre su cuerpo solo porque trae ropa deportiva.— lo mira mal.

— tranquilo, es un cumplido.— ríe nervioso.

— ¿Un cumplido? No, eso fue acoso sexual idiota.— lo azota contra la pared.

— ella se vistió así porque quiso.— cinco lo aprieta más fuerte.

— ella se merece el mismo respeto con 100 capas de ropa y en bikini, así traiga pijama o falda, no es para que la mires con otros ojos, ¿Me entendiste?— lo amenaza.

— idiota.— le contesta.

cinco le da un puñetazo y le parte la ceja, está sangrando y lo suelta.

— no quiero que le vuelvas a hablar en tu maldita vida.— Diego salió corriendo.

Me mira.

— tiene razón, es muy justo y enseña mucha piel.— me tapo con mis brazos .— tengo que ir a cambiarme.

— hey, lo importante es que tú te sientas cómoda, no que lo provoques o no.— me toma de los hombros — a mi también me gustan las mujeres, pero no por eso las insulto o toco sin permiso.

El sentimiento me gana, necesito un abrazo, no me importa y lo abrazo

Se tarda unos segundos pero corresponde al abrazo

— gracias.— me limpio las lágrimas.— necesito un favor.

— dime — se ofrece

— ¿Me prestas tu saco? No quiero caminar por la academia hasta mi cuarto y que me lo vuelva a encontrar.— él se quita el saco y me ayuda a ponermelo, me queda grande.

— listo, si así te sientes cómoda está bien.— me sonríe.

Su aroma llena mis fosas nasales, cinco lo nota y se ríe.

— ¿te gusta mi perfume?— continua.

— ¿Que? No, es... No.— hablo nerviosa y él se carcajea.

— si claro.— se burla.

— bueno si, si me gusta, me gusta mucho.— me rindo.

Me acompaña a mi cuarto y veo a Vanya salí del suyo, se quedó perpleja al vernos.

Volvió a entrar a su cuarto.

— ¿Tú le gustas verdad?— le pregunto.

— si...— él asiente.— era mi mejor amiga. Y se enamoró — suspira.

— pero tú no ¿cierto? — lo miro.

— yo no. Aún que créeme que lo intenté, es que solo era mi amiga.— suspiró de nuevo.

— entiendo.— llegamos a mi cuarto.— gracias.— me quito su saco pero el me detiene.

— déjalo así, tengo muchos de esos y a ti te encantó su aroma.— se burló de mí.

— no el aroma del saco, bueno si, pero es que es tu olor.— noto que se sonroja y aclara la garganta.

— ya me voy.— se despide y se va.

Entro a mi cuarto.

Tonta tonta, ¿Cómo pude decir eso?

Me tumbo en mi cama un ratito, unos minutos, para después levantarme y cambiarme de ropa.

Cuelgo el saco de cinco en mi armario.

Sonrió al recordar eso.

Me puse el uniforme de la academia.











Capitulo completamente nuevo.

¿Que opinan de lo que hizo cinco? ¿se tardó en reaccionar? ¿Tuvo razón?

Lxs leo.

Lxs amo mucho bye.

Atte: la Hargreeves ✨

~ Mi Sol ~ Cinco Y ______ The Umbrella Academy *En Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora