Sesenta y tres.

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Lunes 16, a la entrada del instituto, ella estaba allí.

-¿Por qué no cogistes mis llamadas?

-El sábado porque me llamaste de noche y lo tenía en silencio, y el domingo me fui con mis padres a comprar y me dejé el movil en casa -Mentí.

-Joder, quería saber si había salido todo bien el viernes en la análisis de sangre.

-Si, todo fue bien. No tengo anemia ni nada de eso. Ya os lo dije, yo no enfermaré.

-Como sigas sin comer si.

La miré, me encogí de hombros y seguí mi camino.

Entonces, ¿mi padre se equivocó? ¿O Vanessa no se preocupaba realmente de mi y dijo eso para ocultar lo que de verdad quería saber?

Y se fue. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora