Karube

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Tw: aborto, violencia de género, abuso sexual.

Siempre pensaste que tu esposo era un buen hombre. Te trataba bien, te hacía caricias, te decía palabras dulces todos los días. Todo de él te envolvió en un remolino del que ya no pudiste salir, no viste el momento en el que las caricias fueron golpes y las palabras dulces fueron insultos.

Su manipulación siempre funcionaba, siempre te hacía creer que estabas loca, que eras una exagerada. Con un simple lo lamento y un abrazo lograba obtener tu perdón, jurando que esa sería la última vez.

Dos años de tu vida fueron así, tiempos en los que la mujer que eras antes fue remplazada por otra más sumisa, dominada por los miedos. Y lo peor es que nadie parecía notarlo, hasta que llegó él.

Karube vio las señales que nadie más notó, la forma en la que siempre solías "golpearte" con muebles y paredes, la ropa holgada que siempre odiaste usar y la forma en la que eliminabas los contactos masculinos.

Esa noche en particular habías logrado salir del apartamento después de que tu agresor haya abusado de ti una vez más, tu muñeca estaba rota, tus hombros lastimados por las mordidas y la presión que hizo para mantenerte en la cama, además de las heridas en tus muslos y el dolor en tu vulva.

Llegaste a la casa de Karube, quien te recibió con una expresión de rabia y preocupación, sabía que pasaría esto. Te albergó en su hogar unas horas, las cuales trato de convencerte de ir al hospital para que tomaran muestras y puedas levantar una denuncia, no merecías pasar por esto, nadie lo hacía.

Aceptaste hacerlo al final, el apoyo de tu amigo y el persona femenino del hospital te ayudo mucho, no era tu culpa. Ahora podías comprenderlo.

Karube conocía a alguien que se encargaba de falsificar documentos, un amigo de él que te ayudó a cambiar tu nombre para que ambos puedan empezar de cero. Lejos del hombre que te había hecho tanto daño y aún lo hacía, supiste que nunca dejaría de perseguirte el día que el bebé llegó.

A las diez semanas de gestación pudiste ver un pequeño ser en tu vientre, aquel que solo podía recordarte el dolor de aquella noche.

—Podemos tener en cuenta otras opciones si eso quieres—mencionó el rubio cuando se lo contaste.

Claro que lo pensaste, así como también imaginaste el acoso que ibas a vivir por parte de personas en contra del procedimiento.

—Tengo miedo, Karube.

—Creo que entiendo, bueno, no de hecho. No tengo útero, pero pase lo que pase, cualquier elección que hagas va a estar bien para mí y estaré contigo para  apoyarte.

Pasaste toda la noche abrazada al rubio mientras pensabas las opciones que tenías, decidiendo al final que lo mejor era realizar un aborto. Y al contrario de lo que creíste en un principio, luego de hacerlo te sentiste mejor, sabias que tomaste una buena opción.

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Acabo de ver el capítulo de una de las últimas temporadas de Anatomía según Grey y realmente fue abrumador, triste y frustrante. La forma en la que la mujer se culpaba por lo sucedido, que si estaba con el teléfono, que si no hubiera caminado sola. No debería ser así, ni donde estamos, ni la ropa que usamos, NADA es una invitación. Todo lo que no sea SÍ es un no. Y muchas personas creen que el término abuso sexual o violación solo es en la calle o en un bar y no es así, cualquier acto sexual sin consentimiento lo es, sea de un desconocido, de un amigo, de un familiar o de tu pareja. No estamos solas.

Alice in Bonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora