Ann

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Bajaste rápidamente las escaleras rumbo a la pequeña y tétrica guarida de tu novia, aún no entendías lo entretenido de abrir personas muertas para escarbar sus sesos.

—Mierda hermosa, son las tres de la mañana. Al menos podrías recostarte un rato—exclamaste antes de mirar con asco al cadáver desnudo de alguien enfrente tuyo.

—Solo necesito unos segundos más—murmuró sin darte atención realmente.

—Y yo necesito subir al cuarto con mi linda pareja y hacerle el amor, pero ella prefiere estar rodeada de gente muerta. No siempre tenemos lo que queremos.

Al ver que tampoco llamaste su atención con esa frase fuiste dando zancadas hacia ella para sacarle los utensilios y los guantes para arrastrarla pisos arriba.

—¡No termine de hacer mi trabajo, por esto odio que bajes aquí. Nunca me escuchas!—la oíste quejarse.

—Ann, cierra la boca—sabías que no iban a llegar, así que solo entraron al cuarto vacío más cercano y pusiste una silla en la puerta para que nadie entre.

Empujaste a la morocha sobre la cama tomando la parte interna de sus piernas en tus manos logrando separarlas y que sus pies queden apoyados en la cama. Sentir tu cálida lengua pasear por sus blanquecinos muslos la hizo estremecer sin recordar la última vez que lo habían hecho. Desde que llegó Arisu todo estaba yéndose al carajo.

Rápidamente bajaste su pequeño short de jean para trazar una línea vertical por sobre su bikini provocando que Ann tome tu pelo entre sus dedos, buscando algo de lo que sostenerse.

—No entiendo por qué no me dejas cuidar de ti más seguido—murmuraste con tu boca rozando su entrada causándole escalofríos.

Bajaste el bikini negro dejando su gloriosa intimidad a la vista, usando dos de tus dedos para separar sus labios y poder observar lo mojada que se encontraba.

Te acercaste a su centro mientras mantenías tu vista en sus expresiones y presionaste la lengua desde su entrada hasta su clítoris donde lo hiciste un poco más duro provocando que la japonesa dejara escapar un dulce gemido, repitiendo la acción una y otra vez parando por momentos para soplar ligeramente o succionar fuertemente algunas partes, especialmente aquella con terminaciones nerviosas que más placer le causaba. Separándote un poco llevaste dos de tus dedos a su boca observando como estos eran bañados en saliva de una manera completamente erótica. Al terminar de hacer eso, Ann desabrochó el nudo de su camisa sabiendo lo mucho que este te desesperaba.

Al ver esto bajaste tu mano hacia su centro haciendo masajes lentos y tortuosos de forma circular mientras tu boca tomaba la tira del traje, que gracias a dios se ataba por delante, para dejar libres los pechos de la morocha. Delineando sus sensibles pezones con tu lengua, dejando pequeños besos al rededor y dando ligeros mordiscos. Hiciste eso con ambos senos para luego dejar un rápido beso en sus labios, rojos y tibios por morderlos.

—Prometo que valdrá la pena el haber venido conmigo—susurraste en su oído para después succionar su lóbulo a la vez que introducias dos de tus dedos en su interior.

Conocías cada parte del cuerpo de Ann, sabías que le gustaba y que no, sabías que puntos tocar para hacerla enloquecer, para hacer que se retorciera debajo de tu cuerpo cegada por el placer. Casi al instante curveaste ambos dígitos hacia arriba encontrando el punto g de la chica, estimulandolo mientras tu pulgar se encargaba de su clítoris.

Harías que tu chica tenga la mejor noche de sexo de su vida

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No man, el cringe. Voy a considerar borrarlo si alguien viene a joder. Mi libro, mi contenido ahre. Es nuevo escribir esto, mayormente es hetero lo que hacía, pero admito que es más fácil, al menos el tema oral. Las posiciones para las mujeres lesbianas-bi-pan suelen ser tan difíciles de escribir. Así que nada, no consuman drogas. Ah nada que ver ✌🏽

Alice in Bonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora