Alice in Bonderland

Karube

Apagaste el horno en el momento en el que escuchaste la puerta del apartamento abrirse para luego ser azotada con fuerza.

—Hey, nuestra puerta no es giratoria.

—Déjame en paz, Jade—exclamó tu novio subiendo la escalera para ir al dormitorio.

Sabiendo lo que eso significaba lo seguiste mientras desprendías tu camisa, que en realidad era suya, para finalmente tirarla por algún lado.

—Muévete—dijiste mientras tratabas de acomodarte bien para que él pueda acostarse sobre tus pechos.

Rápidamente el asiático entendió la situación acomodándose en uno de tus pechos para después abrazarte y dejar que otra de sus manos esté dentro de tu corpiño para amasar tus pechos.

—Odio trabajar en ese bar—murmuró finalmente.

—Entonces ya no lo hagas, estamos bien así. Yo trabajo, gano bien y nos da tiempo a que busques otro empleo que sí te guste.

Toda esa noche la pasaron acurrucados de esa forma hasta el día siguiente que Arisu y Chota entraron con su llave, la cual no les diste permiso de tener, riéndose de su amigo quien terminó por lanzarle todas las almohadas para sacarlos del cuarto.