Kuina

1.6K 97 12
                                    

Parte II de Usagi o.s.

Luego de su primera noche en la playa todos habían cambiado un poco. Usagi estaba sorprendida de lo dependiente que era de su novia ahora que no la tenía.

Por otra parte Dylan la había pasado fantástico entre los brazos de Nigari, el chico sí que sabía como complacer a la chicas. Quizá era egoísta, pero quería serlo por una vez. Quería dejar de poner los sentimientos de los demás primero. 

A la mañana siguiente del encuentro dejó un rápido beso en los labios del asiático quien, más dormido que despierto, correspondió con gusto. Hora de buscar a Chishiya, se dijo al salir del cuarto siendo vista por Usagi.

—Dyl...

Ese apodo que escucho durante dos años, más el tiempo que llevaban ahí en el nuevo Tokio, llegó al canal auditivo de la chica causándole escalofríos.

—Usagi, que bueno verte. Espero que hayas disfrutado de la primera noche en la playa—no pudo evitar decir, sabía que ella no había dormido bien.

Las ojeras debajo de sus ojos y como sus hombros se movían de atrás hacia adelante tratando de aliviar el dolor, porque a pesar de haber dormido en una cómoda cama de dos plazas la japonesa sentía que había dormido en un bloque de piedra.

Sin esperar una respuesta, Dylan se fue rumbo a sus nuevos amigos. Tenía muy en claro que ellos eran lo único que tenía ahora, quizá estaba siendo un poco dramática, pero le habían roto el corazón. Tenía derecho a serlo.

—Hola Dylan—al llegar con ellos fue recibida con un ligero abrazo de Kuina.

La colombiana creía que si seguía pasando más tiempo con ella iba a volverse adicta a su perfume, y es que la piel de Kuina siempre tenía un perfume muy bonito.

—Me alegra que sean amigas, pero creo que el plan tiene prioridad ahora.

—Siempre tan serio y amargado, Chishiya. Por eso no tienes pareja—se burló la chica de rastas.

Toda la tarde habían hablado de como incluir a Arisu y Usagi al plan, cosa que no era una fantástica idea para Dylan, pero aún así aceptó. Si bien odiaba admitirlo, el chico era muy inteligente y tantos videojuegos le habían dado una capacidad de razonamiento increíble.

Chishiya tenía que irse a hacer otras cosas, según él, por lo que dejó el cuarto dándole una rápida mirada a Kuina. Este era su momento.

—Así que, ¿qué tal las cosas entre tú y Usagi?

—Bien, por mi parte esta superado y aceptaré su amistad si así lo quiere. No puedo hacer más por lo nuestro, cuando eres la única que intenta hacer que algo funcione después de un tiempo te cansas.

—¿Y Nigari?—la chica de ojos marrones se acercó a Dylan quedando ambas en el mismo sillón.

—Es bueno en la cama, pero no es mi tipo. De hecho ningún hombre lo fue, no sabía que era bisexual hasta hoy en la madrugada—rió mientras negaba.

—Y yo no sabía que era lesbiana hasta que llegaste—declaró.

—Espera, ¿q-

Antes de poder terminar la pregunta sintió las tibias manos de Kuina en su rostro y conectó su mirada con la de ella un momento hasta de sentir sus labios, los cuales tenían un ligero sabor a frutas por el brillo labial de la chica.

Quizá era algo pronto, pero Kuina ya lo había dicho la primera noche. Debes hacer todo lo que quieres mientra puedes. Y eso haría, tomaría las cartas y a sus amigos y juntos encontrarían la manera de salir de ese mundo.

Dylan se encargaría de que Kuina vuelva a casa con si madre, aún si eso implica ya no verla.

Alice in Bonderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora