Alice in Bonderland

Sus hijos

Nigari: ¿Existe algo más celoso que el morocho como novio? Antes habrías dicho que no, pero desde que tuvieron a su pequeña Sakura cambiaste de opinión. La pequeña bebé de ojos grandes apenas tenía dos años y su padre ya había planificado toda una vida donde ella tuviera el mínimo contacto con hombres "es mi princesa, ningún mocoso marrano va a siquiera respirar su mismo aire"

Arisu: Los padrinos de su pequeño hijo eran dos idiotas ya adultos llamados Karube y Chota, ambos encargados de cubrir a su pequeño demonio en todas más bromas que este le realizaba a su padre. Aún recuerdas la vez que Arisu faltó a su trabajo porque su cara estaba llena de rayas hechas con fibrón permanente.

Chishiya: Su hija era tan idéntica a su peligris padre que realmente parecía que él la había hecho sin tu ayuda, era delicada e ingeniosa, siempre siguiendo a su padre y copiando sus gestos. Incluso tiene varios buzos blancos idénticos a los de su padre que combina con toda su ropa, es una prenda que nunca puede faltarle.

Karube: La obstetra les había dicho que solo era uno, por lo que fue una sorpresa para ambos el recibir a otro pequeño que estuvo escondido detrás de su hermano todo este tiempo. El pobre ya no tenía tiempo para dormir de corrido y se llenaba de estrés cada que veía cuanto te dolía amamantar porque no podía hacer nada para aliviar el dolor, pero aun así era inmensamente feliz.

Ann: Estaba un poco disconforme al comienzo; no es que sea infeliz, realmente amaba el crear una familia contigo, pero era una mujer muy pulcra y cuidadosa a cargo de una humana pequeñito que vivía ensuciando y desordenado todo a su paso. Así estuvo hasta que la bebé cumplió dos años y le llevó un "dibujo" de sus dos mamás con un castillo de fondo, era su pequeña bebé y no tenía por qué ser igual a ella, pensándolo bien era como una mini tu.

Kuina: Estaba histérica en un comienzo ¿y si no era una buena madre? ¿y si no le daba a la bebé lo que necesitaba? ¿y si se lastimaba a su cargo? ¡¿y si se moría?! Todas esas dudas rondaban por su cabeza las primeras semanas como mamá hasta que le tocó bañarla. Ver a esa pequeña mezcla de su amor, con su nariz, tus ojos y su pequeña boquita que hacía ruiditos cada vez que agitaba sus manos y piernas en el agua tibia. Iba a ser la mejor mamá para ella.

Usagi: Adoraba leerle por las noches a su pequeño hijo, enseñarle todo lo que le enseñaron a ella de una forma más tranquila, ir al jardín a jugar y cocinar a veces. Aunque si notabas que era una mamá algo sobreprotectora. La pequeña compañera del jardín de su hijo no era la persona favorita de la morena.