¿En Serio Me Importas? [TobiDei]

Capítulo 11

Durante el tiempo que estuvieron en aquel tranco del árbol, tanto Deidara era consciente de lo que estaban haciendo, tanto él como Tobi tenían claro lo que significaba estar atado a la boca del otro, si bien Deidara ahora que estaba experimentando esta sensación llena de adrenalina comparada a una de sus máximas explosiones al hacer sus esculturas o alguno de sus diseños, esta vez podía percibir algo mucho más, tanto que se llenaba de adrenalina y causaban dentro de él una explosión que lo llevaba al borde de perder la razón. Definitivamente todo lo que un artista podía desear, así como la estimulación debajo y contra su vientre, cada parte de su cuerpo parecía corresponder y él no podía hacer nada al respecto.

Los suspiros, los jadeos incontrolables durante ese tiempo, simplemente no podía evitar dejarlos salir; esté es el momento en el que un artista esta siendo llevado al borde de lo que alguna vez creyó haber llegado.

Experimentar un escalofrió al sentir los labios de Tobi sobre partes sensibles que en sí no sabía que tenía, sus manos rodeaban, se aferraban a esa espalda fuerte y bien formada mientras las bocas en las palmas de sus manos se activaban, lamiendo y chupando la nuca y el cuello del mayor.

Se escucho un gruñido por pare del pelinegro sobre su oído, Tobi se separo de él y tomo una de sus manos dejandole sorprendido al ver como la boca de su mano derecha correspondía en lamer y succionar los labios de Tobi, el mayor emitía ruidos gustosos, fogosos lamiendo y entrelazando su lengua con los labios en la palma de su mano. 

  Ahh~T-Tobi...
        Ahh, sí...

Gemia y jadeaba el rubio, sintiendo como la mano ajena dejaba su cintura y acariciaba su bajo vientre por encima de la tela, dejando de lado la vergüenza que sentía; Deidara comenzó a empujarse a su mano queriendo sentir con mayor intensidad esos escalofríos y esos espasmos de placer satisfactorios recorriendo su cuerpo.

—¿Te...te guta...cierto?—jadeo Tobi, dejó la palma de su mano y tomo el mentón del rubio—. Eres irresistible...

Y fue cuando lo beso, introduciendo su lengua amortiguando los jadeos del menor. Deidara tenía un potente color rosa en las mejillas, su pupila se dilataron mientras la boca y caricias de Tobi lo orillaban a un potente estremecimiento de sus piernas temblando y tensando sus músculos con los tirones de su vientre y más abajo...

Por algo tan caliente como lo eran las manos y brazos de Tobi, sus labios y su agarre en su entrepierna... Deidara le maldecía por ser él, el causante de ese estímulo tan intenso y placentero, como lo podía controlar con solo esas caricias, esa boca y lo cálido de su tacto.

   Ahh, T-Tobi...

Se aferro a sus hombros y sintió como su cadera comenzó a moverse contra él, contra su mano. Esto es demasiado, es demasiado para el cuerpo del rubio que nunca había sentido algo igual.
Y para su muy mala suerte no pudieron hacer mas haya que solo besos intensos y llevar a Deidara a una explosión de sensaciones dajo su vientre, no pudo seguir disfrutando más del tan apasionado y... caliente momento que tuvo con Deidara, ya que fueron interrumpidos.

Un fuerte ruido resonó cerca que les hizo separarse rápidamente uno del otro, bueno, sin separarse tanto. Tobi tuvo que hacer una fuerza impresionante para alejarse del rubio solo para saber con exactitud lo que pasaba, por lo que fué a lo alto de uno de los muchos árboles.

—¿...Pasó algo...?—pregunto Deidara con más calma y estabilizado su respiración al igual que todo de él. Tampoco iba ha actuar como si no hubiera pasado nada, estaba con la piel erizada y tenia las piernas temblando, ademas de que sus mejillas estaban teñidas de ahora un rosa pálido.

—Solo...fué la llegada de Pain...

Tobi volvió a su lado poniéndose de nuevo su protector junto con su máscara acomodándose igualmente los guantes, el rubio no se había percatado en que momentos se los había quitado, pero igual y por eso se sentía tan bien contra sus brazos.
El mayor suspiró y se volvió acercar.