Capítulo 9. Estoy en deuda contigo.

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Capítulo 9. Estoy en deuda contigo.

—Acuéstate Alem—ordenó Flira al ver que su paciente se negaba a descansar. Habían llegado a sus aposentos y en lugar de guardar reposo como debía, Alem estaba dedicando su tiempo al ver sus pertenencias

—Es que olvide algo muy importante—dijo el príncipe—no está Colmillo

—¿El perro se llama Colmillo? —pregunto Flira—todos estos días le he dicho oloroso y parecía gustarle más ese nombre.

Yicho empezó a reír al ver la cara de molestia del príncipe. Sus órdenes eran seguir a Flira y apoyarla en todo momento y como la princesa se negaba a marcharse, ella no podía hacerlo.

—Se llama Colmillo—le respondió molesto.

—Oloroso está con tu hermana en jardín, cuidará de él. Ahora acuéstate—dijo Flira intentando moverlo a empujones, sus esfuerzos eran en vano ya que no era una mujer muy fuerte—¿Yicho? —le suplico ayuda a la general.

—¿Quieres recibir de nuevo atenciones especiales de la enfermera Alem? —le preguntó mientras tronaba el cuello y calentaba los brazos.

—¡Vaya! De pronto estoy muy cansado—dijo Alem y se metió de mala gana entre las cobijas—¿Qué estás haciendo? —pregunto al ver cómo Flira se acomodaba entre los sillones

—¿Qué crees tú que hago? Es tarde y quiero dormir—le respondió.

—¿Aquí? ¿No se vería mal que duermas en mi habitación? —pregunto el príncipe.

—No, también está aquí Yicho.

—Peor aún— dijo Alem y recibió una mirada fría por parte de Yicho—Buenas noches—dijo el príncipe y se dispuso a dormir cuanto antes, usualmente no le dolían los golpes de Yicho, pero tenía que admitir que estaba débil y cansado ya que no lo tomo más de unos minutos el tocar las puertas del sueño.

—Gracias por mantenerlo vivo—le dijo Yicho iniciando una conversación.

—No fue nada, se ve que es un gran hombre—le respondió Flira acomodándose en el sillón dispuesta a unirse al príncipe en el país de los sueños

—¿Día cansado? —preguntó la general—Si quieres puedes volver a tus aposentos, yo cuidaré de él

—No, —respondió bostezando—no podría dormir sin saber el estado de mi paciente, además ¿Qué clase de persona sería si dejo a mi tan efectiva enfermera? —Flira estaba alegre de tener por fin ayuda en un tratamiento, generalmente lo hacía ella todo sola ya que nadie parecía ayudarle, pero Ahora tenía a una enfermera con métodos poco ortodoxos que ayudaban a que su paciente obedeciera y hacía lo que ella no estaba dispuesta a hacer.

Yicho sonrió ante el comentario, aquella mujer le agradaba. No era muy blanda y tampoco dura, le causaba mucha risa verla discutir con Alem y como no podía obligarlo a escucharla.

—Dicen que si amas lo qué haces, lo harás 10 veces mejor y creo que soy muy buena—dijo levantando los puños—es como una forma de tener siempre trabajo. Verás, vienes y me pides ayuda y te doy el tratamiento, pero en el proceso te golpearé de forma que seas mi cliente por siempre—el cansancio le hacía bromear con mucho mejor humor, ambas habían caminado demasiado y lidiado con un necio paciente durante la noche, al igual que la princesa, Yicho quería dormir.

—Creo que serías la médico más exitosa del mundo Yicho—le confesó de buen humor—descansa, mañana tendremos mucho trabajo obligando a este necio a mantenerse aquí.

—Descanse princesa.

Ambas mujeres durmieron rápidamente. Tenían todo bajo control para que esa fuera una noche tranquila; el príncipe dormía cómodamente y si su situación se llegara a complicar por cualquier cosa, tenía a las mejores médicos de todo el continente en su habitación.

La ultima reina de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora