026

208 23 0
                                    

El día que conocí a tu madre fue uno de los más difíciles de mi vida.

Ni siquiera me presenté como tu novio, no querías decirle aún que estábamos saliendo, a pesar de que ya teníamos mas de un año y medio juntos.

Al principio no comprendí, quizá fui muy tonto, pero cuando tú madre se enteró de lo nuestro la furia en las palabras que me decía hicieron que entendiera todo, ella no quería que su único hijo fuera de la forma en la que ya era, yo te amaba, tú me amabas, no sé que es lo que hacíamos mal, solo éramos dos hombres enamorados.

Mi desición de tener un lugar propio donde vivir contigo empezó en cierta parte desde que tu madre no aceptó lo nuestro, yo estaba por cumplir veinte años ella quiso alejarte de mi, todavía éramos algo jóvenes, pero aún así, yo no permitiría que nos separaran.

Recuerdo ese día que le dijiste firmemente a tu madre que no me dejarías, que me amabas, y a pesar de que fuera un momento difícil me sentí muy cálido al escucharte admitir lo nuestro de alguna forma frente a tu madre.

Ese día salimos de tu casa contigo hecho una furia, me habías tomado del brazo y nos habías sacado de ahí, si no te hubiera detenido creo que habríamos ido a parar hasta Seúl.

"Jaemin..." me ignorabas, estabas tan molesto.

" Jaemin" incluso habías soltado algunas palabrotas.

"Nana" te sentí titubear en tu agarre.

"Cariño" tus pasos iban disminuyendo.

"Bebé" hasta que finalmente te detuviste, quedando de espaldas a mi, aún tomándome de la muñeca.

Me solté de tu agarre solo para entrelazar mi mano con la tuya, jalandote un poco, para hacerte quedar de frente a mi, topandome con una expresión de molestia y tristeza.

No pude evitar pasar mi mano por tu rostro, intentando verte a los ojos, pero tú solo mantenías la vista baja, o al menos fue así hasta que te tome de la barbilla y sin más demora te besé profundamente, tú tomaste mi mano sobre tu barbilla, fue uno de esos besos en los cuales soltabas un suspiro antes de separarte, tal y como lo hiciste.

Fue hasta ese momento en qué me viste a los ojos, te sonreí aún con mi mano en tu rostro y finalmente te apoyaste en ella con una linda sonrisa y los ojos cerrados.

"Vamos Nana, hoy te vas conmigo a casa"

Y sin más, tomados de la mano, sin importarnos que dijeran al rededor, fuimos juntos hasta donde se nos permitiera, porque mientras estuviera a tu lado, estaba en mi hogar.  

Without you • Nomin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora