Eres Mía Emma (En Edición)

Capítulo 3

Después de que Dereck apareciera en la puerta de la casa las cosas se volvieron algo incómodas, me siento culpable, pues es mi culpa ellos se hayan separado, antes deseaba que la relación con mis hermanos fueran la misma que ellos tenían, pero como era de esperarse, después de los ancianos nos expulsaran de nuestro hogar las cosas se vinieron abajo, Bren ya no sonreía como antes, costo mucho tiempo que ella volviera a ser la misma, que sonriera, que comiera, empezó a caer en una dura depresión al ver que su hermano no aparecía en la puerta de su casa para llevarla de regreso, no la culpo, yo también quería que mis hermanos regresaran por mí, pero en comparación de Dereck y mis hermanos, ellos ponen a su pueblo sobre todo y todos, nunca les importo que alguien de la familia saliera herido, nunca les importo tirar a la basura sus sueños, ni les importo dejar a su hermana menor sin hogar, todo por un pueblo, que en algún momento de dará la espalda.

Nos encontramos en la entrada de la empresa de los mejores arquitectos de todo el mundo, por lo que se solo hacen trabajos para las personas que tienen dinero o tienen contactos, al ingresar veo una recepción sumamente limpia, color blanco con toques negros, esta está diseñada de tal manera que el mostrador se encuentra justo en medio de todo el primer piso, por lógica los elevadores se han de encontrar detrás de esta, una vez que nos dejan pasar, nos dividimos en los elevadores, a Bren y a mí nos tocó compartir el elevador con el jefe del departamento de abogados, por lo que solo vamos cuatro personas, Bren se acerca y aprieta el botón del piso al que vamos, es el número 15, por lo que se, en ese piso solo se encuentran las salas de juntas, se habla entre las personas que han venido aquí que el dueño de esta empresa es de lo más aterrador, que es alguien de temer.

En cuanto las puertas del elevador se abren aparece un hombre super guapo, viste un hermoso traje negro, su cabello café esta peinado hacía atrás, tiene unos ojos azules, de lo más hermosos, unos ojos que al verlos te quedas atrapada en ellos, justo como yo lo estoy en este momento, me pongo nerviosa en el momento en el que este me mira, siento que la persona que está dentro de mi quiere salir, sin importar que, por eso quito la mirada del hombre que se encuentra en la puerta del elevador, sin darme cuenta termine agarrando la mano de Brenda, la cual me está viendo con una ceja levantada, simplemente muevo levemente la cabeza en señal de negación y suelto poco a poco su mano, una vez que me repongo me vuelvo a poner derecha y con frente en alto y sin ninguna emoción en mi rostro, cuando mi mirada se encuentra en el sujeto que se encuentra en la puerta del elevador, suelta un suspira realmente largo

-¿Va a entrar o va a salir señor?- pregunta el feje del departamento de abogados con los brazos cruzados y una ceja levantada

-Entro- responde con la mirada fija en el feje del departamento de abogados, detrás de él se mueve una chica, que, desde lo lejos se nota que es toda falsa, que sus senos no son naturales y que tiene ganas de acostarse con su feje, en cuanto se cierran las puertas del elevador se siente el ambiente algo pesado.

Una vez que llegamos al piso que nos toca, bajamos primero y a los segundos baja el señor que nos acompañaba en el elevador, por algún motivo siento algo raro viniendo de él, por lo que le mando un mensaje a Brenda para que lo investigue, a lo lejos puedo ver a nuestro feje esperando por nosotros, una vez que nos encontramos enfrente de este nos sorprende pasar entre nosotros para ir a saludar al señor que se encuentra detrás nuestro

-Es un gusto volver a verlo Señor Oconor- saluda nuestro feje extendiendo la mano izquierda y con una sonrisa algo tensa

-Igualmente señor- se ve algo confundido por el hecho de que el feje este dando su mano izquierda cuando en realidad se debe de dar la mano derecha

-Nuestro jefe es zurdo señor- informo viendo que ha dejado la mano de mi feje colgando como por un minuto, en cuanto digo eso la sonrisa de mi jefe se borra y baja la mano