Capítulo 6

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Capítulo dedicado a @yun721

Silencio, eso es todo lo que hay, nadie dice nada después de lo que dije, lo cual lo agradezco, pero también quisiera que alguien hiciera un ruido para que todos dejaran de verme, un ruido que me saque de esta incomodidad, como si el destino estuviera de mi parte por una vez en la vida mi celular suena., sin importarme nada lo saco para ver quien está siendo mi salvador de esta situación, desafortunadamente es una llamada privada

-Si eso es todo, me retiro- digo aun con la mirada en el celular- Tengo que cumplir con el trato que me hicieron firmar- levanto la vista y por la forma en la que el señor Roberto me mira sabe quién me está llamando

-Puedo hablar con ellos- habla rápidamente, es una sorpresa que le haya entendido

- No sería bueno que vean que está cambiando de opinión- cuelgo la llamada y guardo de nuevo mi celular, sin importarme nada me encamino al auto de William, para tomar mi bolso, mi comida e irme de una vez

- Quédate- habla William detrás de mí – Mañana te llevaré a tu casa – en cuanto llego al auto abro el auto y saco mis cosas

- No es necesario- respondo mientras las acomodo, centro mi mirada en él, algo quiere quedarse con él, pero es imposible, yo no pertenezco a este lugar, ya no

- Yo la llevaré- habla el señor Roberto, volteo a verlo y siento como mis músculos se tensan – No la lastimare señorita Emma-

- Más? - pregunto con una ceja levantada – Imposible, ambos sabemos que nada podrá lastimarme como lo que paso el día que se firmó el contrato- siento como mi voz tiembla, siento como las ganas de abrazarme a mí misma me están inundando, las ganas de rascarme la espalda, las ganas de llorar, cuando estoy a punto de sucumbir a todas estas emociones, siento como alguien me abraza por detrás

- Tranquila, nadie te hará daño – hace años que no escuchaba tales palabras, hace años que no sentía un abrazo, hace años no sentía cariño, la última vez que me dijeron eso fue un día antes del día del contrato, antes de que me arrancaran mis alas, sin importarme nada, dejo que la persona que me está abrazando me ayude a mantenerme en pie, dejo que todas las personas que están mirando en mi dirección me vean débil – Todo va a estar bien – esas palabras me llevaron a la perdición

- No digas eso si no sabes absolutamente nada – siento como las lágrimas se están acumulando en mis ojos, siento como se está formando un nudo en mi garganta, como se me cierra el mundo

- Puede que no lo sepa, pero estoy a tu lado- volteo y veo a William sonriendo, pongo mis manos sobre su pecho y poco a poco lo voy alejando, su cercanía hace que ciertos sentimientos saltan a flote –Deja te llevo a tu casa –da un paso en mi dirección extendiendo la mano, me quedo un rato viéndola, quiero tomarla, quiero sentir de nuevo ese calor, pero no puedo

Niego y camino rumbo al señor Roberto – Vámonos – camino detrás de él, con cada paso que damos siento unas inmensas ganas de regresar y abrazarlo, de quedarme en la manada, pero si lo hago ellos lo sabrán y no sé qué les puedan hacer

- ¿Desde cuándo les teme a sus hermanos? - pregunta el señor Roberto en cuando entramos al auto, desde aquí se puede ver perfectamente el parque central, se ve perfectamente como Liliana se acerca a William y lo toma de la mano, una ira recorre todo mi cuerpo, unas ganas de apartarla de él, siento que algo toca mi hombro, me volteo rápido ante tal cosa, veo como el señor Roberto me mira con preocupación

- No se preocupe, no perderé el control - quito su mano y me muevo para poder ponerme el cinturón de seguridad – Y en lo que respecta a su pregunta, como sabrá, después de que se firmó el trato no me quitaron mi hogar, sino que también me quitaron una parte de mi- respondo observando cómo nos vamos adentrando en el bosque – Literalmente –

- ¿Cuántos años tenías en ese entonces? - pregunta realmente interesado

- Es sumamente interesante que no sepa ni la edad de la niña que desterró de su hogar señor- respondo volteando a la venta – Tenía solamente catorce años, cuando llegue a Estados Unidos cumplí los quince- respondo de forma firme, cortante y fría, finalmente el señor Roberto entendió que esa era el fin de la plática.

Finalmente nos encontramos de nuevo en la ciudad, por lo que le pido al señor Robert que me deje justo en el centro, afortunadamente no pregunta nada y lo hace, cuando me bajo del auto siento como todo lo que tanto tiempo estuve guardando en mi interior empieza a surgir de nuevo, mis poderes, mis recuerdos, me quedo viendo el lugar, guardar cada detalle dentro de mi memoria, pues para bien o para mal, dejare de serla misma.

Una vez que me encuentro en la casa, voy directamente a mi habitación, no tengo ganas de hablar, solo quiero pensar, quiero recordar, recordar lo que era no tener miedo de lo que soy, no tener que esconderme, lo que era tener una familia

*Aún tienes una familia* la voz en mi cabeza siempre me habla, para bien o para mal, normalmente la ignoraría, pero ya me canse de bloquear siempre su voz, después de todo, también es parte de lo que soy, por lo que decido contestarle

*Una familia no te hace lo que nos hicieron* siento como las lágrimas se están acumulando en mis ojos, siento como las ganas de gritar se guardan en mi garganta en forma de un nudo que me impide hablar

*Se les educo para ser reyes y no importa que pase, siempre van a elegir lo que conocen, lo que tanto tiempo se les enseño, sin importar lo que tengan que sacrificar para conseguirlo* desafortunadamente sé que tiene toda la razón, casi no tengo recuerdos de mis hermanos, son extremadamente vagos, solo sé que tengo un hermano llamado Alex, el cual es el mayor de nosotros y que es un hombre Lobo, luego esta una chica, llamada Flor, ella nació siendo una vampira, luego se encuentra Mark que es casi igual a mí, solo que yo tengo más poderes y más fuerza, luego los gemelos Harry y Zac, son brujos, es casi lo único que se de ellos, siempre se la pasaban de un lugar a otro, ya sea en el despacho o en el patio entrenando

*Nunca entendí como fue que del matrimonio de un hombre lobo y de una humana nacieron niños de tal diversidad* eso es algo que por más que preguntaba, nunca me respondieron, siempre se quedaban callados o simplemente cambiaban la plática

*Por lo que yo sé, al principio pensaban que tu madre engañaba a tu padre, pero la bruja más vieja del mundo dijo que era una bendición, que gracias a eso, tus hermanos podrían gobernar la ciudad sin poner una especie sobre otra* si mal no recuerdo la bruja más vieja del mundo sobrenatural no se da a ver muy seguido, solo en casos extremadamente raros, pero a pesar de eso, todos la conocen, no solo por la edad, sino por el conocimiento que se encuentra dentro de ella, incluso se llegó a pensar que era un ángel enviado por la diosa Luna

*Quisiera que me respondieras todas mis dudas* me siento sobre la cama de tal manera que puedo tener mis rodillas flexionadas para poder abrazarlas

*No soy la indicada, sería mejor que se las hicieras a tus hermanos* suelto un bufijo ante tal sugerencia

*No dejarían que pisáramos la ciudad, ni dejarían que nos acercáramos al límite de la ciudad*

Después de eso ya no obtuve respuesta alguna, por lo que opte por dormir, es lo único que puedo hacer después del día que tuve, después de que mi vida diera un giro de noventa grados en tan solo un par de horas.

Eres Mía Emma (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora