Cap 21

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Capítulo 21: Despedida

Finalmente llegó el momento que no estaba esperando. Antes de que nos despertásemos, escuchamos unos gritos procedentes del piso de abajo. Todos nos despertamos sobresaltados y asustados, porque no sabíamos lo que estaba sucediendo. Bajamos en avalancha todos a la vez y más de uno estuvo a punto de rodar por las escaleras. Al llegar nos encontramos a Grace asustada porque delante suya había un portal que la intentaba absorber. Me llevé las manos a la cabeza y grité:

- ¡NOO!

Todos juntos ayudamos a Grace a separarla lo suficiente de la brecha. Reginald bajó al rato al salón.

- ¿Por qué tanto escándalo? -preguntó poniéndose el monóculo correctamente.

- Padre, hay un portal en la sala y Grace lo descubrió -dijo Alison.

- Uhm... interesante, ¿alguien de vosotros lo abrió?

- No -contestamos a la vez.

Di un paso adelante para que me prestaran atención y dije:

- Creo que ya sé por qué es.

El señor Hargreeves me miró con interés. Hizo un gesto con la mano, indicando que hablase.

- Es porque ya llegó mi hora de irme, alguien me dijo que aparecían cuando me tocaba una misión o cuando terminase una.

Cuando dije eso, todos mis hermanos me abrazaron.

- No queremos que te vayas -dijo Cinco.

- Por una vez estoy de acuerdo con el cascarrabias -añadió Diego.

- Sí -afirmaron el resto.

- ¿Es en serio? -dijo Cinco molesto.

Dejamos de abrazarnos y se pusieron todos al lado de Reginald.

- Me alegro de que me aceptéis, pero he de irme. No me puedo quedar por más que quiera. ¿Me permite despedirme?

Miré a padre para ver si me dejaba, que si no me dejaba me daba igual. Yo me iba a despedir en condiciones, aunque haya quienes me lo quieran impedir. Él asintió en silencio. Me puse delante de todos ellos.

- Para empezar, todos vosotros habéis cambiado mi vida. Sí, todos y cada uno de vosotros. Pero debo de hacer algo para terminar de poner orden, señor Reginald, ¿puede irse un momento? Intenta no escuchar nada, que voy a hacer el rumor.

Este me hizo caso y salió de la sala.

- ¿¡Cómo que el rumor!? -gritaron todos alarmados.

- Oí el rumor de que os olvidabais de que Vanya tiene poderes, incluida Vanya.

Se les pusieron los ojos en blanco y olvidaron lo que les dije que olvidaran.

- ¿Qué nos querías decir Kaylee? -dijo Klaus impaciente.

- Ah, sí -fingí que me había olvidado de lo que les quería decir. -Nunca os olvidaré, y creo que vosotros a mí tampoco. Hay una manera de comunicarnos, aunque estemos en dimensiones diferentes, es muy simple, os enseño ahora mismo. ¿Alguien tiene una moneda? Da igual si es de un euro o si es un céntimo.

Todos rebuscaron en sus bolsillos sin éxito. Vanya al meterse la mano en el bolsillo pareció que encontró algo.

- Sí, aquí. Ten -dijo dándome la moneda.

- Perfecto, seguidme -dije dirigiéndome al jardín.

Todos me siguieron intrigados, querían aprender a comunicarse conmigo.

- Vale, está saliendo el sol. A ver, tenéis que buscar sol, eso es lo primero. A continuación, tenéis que coger agua y crear un pequeño arcoíris.

Utilicé magia de agua para formar el arcoíris en el césped.

- Vale, ahora con la moneda. La tenéis que lanzar al arcoíris.

La lancé donde había dicho y esta desapareció.

- Quiero ver... a Eira, por ejemplo. Te la imaginas y tachán.

Apareció donde antes estaba el arcoíris una imagen de la pelirroja trabajando en la comisión.

- Wow -dijo Klaus. -Creo que nunca más volveré a utilizar un teléfono.

Todos nos reímos de la tontería que dijo.

- Jajajajajaj, Klaus estás tonto -rio Vanya. -Las cosas no funcionan así.

- Vanya tiene razón -dije. -Intentad llamarme una vez a la semana como máximo, y para cosas importantes. Porque me podéis pillar en plena lucha o en mitad del instituto.

- Está bien... le daré un buen uso -dijo Klaus con un tono travieso.

Volvimos al salón, era hora de que me marchase. Abracé a todos uno por uno y les dije algo dedicado a ellos. Cuando llegó el turno de Cinco, lo abracé y nos quedamos en silencio mirándonos.

- Lo siento, me quedé en blanco y no sé qué decirte -dije a punto de reírme de la situación. -Vale, ya sé. Eres el mayor idiota que he conocido.

- Gracias y tú eres el mayor estorbo que ha desordenado mi vida -me siguió el juego Cinco.

- De nada, es un cumplido.

Me quedé unos segundos pensando y al final me decidí en hacer algo que luego me arrepentiré de haber hecho. Cogí la cara de Cinco y acerqué la mía a la suya. Le besé apasionadamente, él me siguió el beso agarrándome de la cintura. Klaus cogió un móvil e hizo una foto aprovechando el momento.

- Creo que se lo recordaremos de por vida -dijo Klaus maliciosamente.

Diego le dio un codazo para que la foto saliese borrosa.

- ¡Eh! Diego, no arruines mi hermosa foto -se quejó. -Pero no pasa nada, porque ha salido de alta calidad. Jejejej, lo hiciste tarde.

Nos separamos y finalizamos el beso. Me dirigí a el portal antes de que alguien me dijese algo o me lo impidiese. Así que me giré rápidamente y entré en el portal.

- ¡Kaylee espera! -gritaron todos al ver que me adentraba en el portal.

Antes de entrar del todo, sentí como caían lagrimas por mis mejillas. Me fue muy duro despedirme de ellos, en verdad, no me había despedido cien por cien. Había dejado la despedida en el aire, como si los fuese a ver algún día de nuevo. Eso era cierto, porque los podría ver un día a la semana como acordamos.

Todo estaba oscuro... Desperté de golpe, estaba de vuelta en mi habitación. 

Núm 8 de la trilogía de Núm.8- Primera parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora