Cap 10

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Capítulo 10: Cinco hace una promesa

Ahora lo del hotel tenía sentido, atraían a personas hacia un paraíso para luego comerlas. Pero creo que solo a los chicos, y que se quedaban con las chicas. Mejor no saber lo que hacen esas arpías.

Estaba amaneciendo y nosotros seguíamos viajando en moto. La estrella se paró encima de una parte del bosque por delante de nosotros, así que decidí que a partir de aquí sería ir a pie.

- Chicos, debemos ir a pie -dije bajándome de la moto. -Llamaríamos mucho la atención si llegamos en motos. Cinco pásales la ropa que metiste en la mochila para que se cambien.

Cinco sacó de la mochila lo que le dije y lo fue dando uno por uno, él y yo ya lo teníamos puesto. Se fueron a cambiar a un lado del bosque para que no los viéramos. Nos quedamos Cinco y yo al lado de las motos.

- ¿Me vas a decir lo que te pasó en el yacusi? -me preguntó con los ojos de un cachorrito.

- Sí... es que tuve una visión, no te lo tomes a mal -dije. -No fuiste tú, es que vi lo que le sucedió al último chaval que estuvo aquí y me asusté.

- Vale, ¿entonces te gustó?

- ¡Cinco! -le di un golpe en el hombro. -Eso no toca aquí ni ahora, hemos venido por Vanya.

Cinco rio. Vinieron los chicos cambiados.

- ¿De qué hablaban? -preguntó Alison que vio que se estaba riendo Cinco.

- De nada importante -respondí. -Vamos, que queda menos para llegar al edificio en el que tienen a Vanya encerrada.

Fuimos andando por un camino que nos llevaba a nuestro destino. Yo iba delante del todo con Cinco dirigiendo al equipo, Alison y Luther en el medio y atrás del todo estaban Diego y Klaus hablando de temas que se planteaba Klaus. Cinco caminaba al lado mía en silencio.

- Oye Cinco...

- Dime.

- Que, si me pasase algo ahí dentro y tuvieseis la opción de huir con Vanya y dejarme, coger esa opción. Dejarme ahí, no quiero que salgáis heridos por mi culpa.

- No, no te hagas eso. No te dejaremos por nada del mundo.

Me paré enfrente de Cinco. Todos dejaron de caminar y se nos quedaron mirando.

- No, prométeme que si pasase algo saldréis de ahí con o sin mí -dije con una mirada intimidante.

- ... Vale... te lo prometo. -cedió.

Seguí caminando hacia delante como si nada. Escuché cuchicheos de los chicos que veían de detrás de mí. Haber, las cosas son como son, yo no era importante en esta familia yo era la que sobraba. No me importaba acabar... bueno muerta. ¿Tengo un problema? Puede, pero es así de simple, no iba a permitir que por mi culpa les pasase algo. En el camino nos paramos una vez para comer algo, teníamos que estar fuertes para cuando lleguemos al edificio. Ya se podía ver el edificio, pero había guardias en la puerta. Nos quedamos esperando para observar la entrada. Vimos que una señora había salido del edificio para hacer algo. Se me ocurrió un plan para entrar sin sospechas.

- Chicos, seguirme el rollo -dije tomando el aspecto de la señora que había salido. -Vamos niños.

- Me das miedo -dijo Diego.

- Más bien mal rollo -le corrigió Klaus.

Nos dirigimos a la entrada, los chicos estaban detrás de mí. Cuando fui a entrar los guardias me detuvieron.

Núm 8 de la trilogía de Núm.8- Primera parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora