11. Cariño

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Lena

¿Por qué estaba con una persona tan poco confiable sin ni siquiera quererle? Ese chico no era bueno para ella, lo sabíamos ambas, pero parecía tener un apego ilógico. Me prometió pensarlo y, tras tomar un postre llamado "Los cinco cacaos" y pagar una cuenta estratosférica que acordamos a medias, pretendía irme al hotel, pero Kara tenía otros planes.

-¡Vamos, Len! ¡Tomemos algo en ese after!

Yo, que no suelo beber en absoluto y tras haberme tomado una copa de vino, no pensaba seguir con el alcohol. Ella, sin embargo, pidió un Bloody Mary nada más entrar por la puerta. Para poder oírnos, tuvimos que comenzar a hablarnos casi al oído, lo que causó que mi cuerpo se erizara por completo.

Con el segundo Bloody Mary, Kara decidió levantarse de aquella mesa y comenzar a bailar. Me pidió la mano para que la acompañara y yo sonreí. Estaba pasándoselo genial conmigo y eso era algo que hacía que yo me sintiera muy bien.

Al minuto de bailar juntas, la canción cambió y comenzó una de un tono más movido. Ella comenzó a gritar en cuanto la escuchó, alzando los brazos y me miró atónita cuando yo no reaccioné.

-El primer single del anterior álbum- vociferó en mi oído y yo me aparté riendo mientras me lo tapaba por el dolor- ¡Baila conmigo!

Comenzó a mover la cabeza de lado a lado, con su melena ondeando, los brazos arriba, uno de ellos sujetando una copa que milagrosamente no se derramaba, sus rodillas medio dobladas y girando el cuerpo al lado contrario que la cabeza. Me hizo reír mucho y comencé a imitarla.

En ese momento, la gente debió de caer en por qué conocían a aquella extraña medio borracha y comenzaron a gritar y a animarnos. Bailaron con nosotros y nos hicieron fotos, porque notaba el flash de vez en cuando.

Bailamos mucho y bebió más, hasta que yo decidí que ya era suficiente, porque empezaba a incomodarme las fotos que estaban haciendo a una famosa bebida.

-Venga, vámonos al hotel. Ya es tarde.

-¡Oh, no seas muermo!- exclamó y fue como me sentí, pero una voz interior me decía que debía sacarla de allí antes de que vomitara delante de todos-.

Casi la arrastré fuera del after y llamé a un taxi. Mientras esperaba, ella se reía y yo no decía una palabra.

-¿Te has enfadado conmigo?- me preguntó poniendo morritos-.

-No, no lo estoy.

-¿Y por qué lo parece?

-No debería haber dejado que bebieras tanto, a pesar de parecerte una aburrida.

-¡No me pareces aburrida! Lo he pasado muy bien hoy.

-El alcohol ha hecho todo el trabajo.

-En el restaurante no estaba borracha y me lo pasé genial- protestó-.

-Pero me has dicho que era un muermo, ¿no?

-Porque estoy borracha. Se dicen cosas que no se dirían si no lo estuviera.

-Los borrachos dicen siempre la verdad.

-Claro que no. Dicen lo que piensan, que no es exactamente lo mismo.

-¿Ah, no?

-No. En realidad, no me importa en absoluto que seas lesbiana- dijo acercándose a mi oído como si yo lo quisiera mantener en secreto- Pero, ahora mismo, desearía que no lo fueras.

-¿Y eso?

-Porque no sabes las ganas que tengo de besarte.

Sus palabras me descolocaron y a ella le provocaron una risa incontrolada. En ese momento, un taxi apareció y ella se lanzó dentro al grito de "salvada por la campana".

Todo por ti SUPERCORP AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora