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Hange insistía en hablar de Yuki mientras que yo quería evitar el tema, nunca fui cercano a ella y no la conocía a fondo. Solo sabía que su madre y la mía trabajaban en lo mismo, se ayudaban mutuamente cuando se trataba de nosotros; pero más allá de eso no sabía nada. Cuando me di cuenta de que se la había llevado supuse que había muerto, no me esperaba encontrarla años después y mucho menos en las condiciones en las que estaba, cubierta de heridas y vestida con ropa más que sucia. 

Quería que se diera un baño antes de acostarla en mi cama, pero aún no recobraba la consciencia. Habían pasado unos días desde que la encontramos y seguía sin despertar, la cuatro ojos le sacó un poco de sangre para hacerle algunos estudios; en ese momento me di cuenta de las heridas que tenía en sus brazos, parecían pichanzos como si le hubieran sacado sangre o quizás había sido inyectada con algo. A pesar de su sucia y descuidad apariencia, sus facciones seguían siendo las mismas de antes; recordaba como el dueño del burdel solía decir que esperaba a que creciera un poco más para venderla como prostituta. 

No había querido dejarla sola por si despertaba, estaba claro que no sabía que rayos pasaba a su alrededor. No podía evitar preguntarme que le pasó y cómo acabó de esa forma, esperaba poder estar presente cuando Erwin le hiciera el interrogatorio; Hange tenía los resultados de Yuki listos, había una alteración en su sangre se podía decir que era humana y a la vez no. Erwin decidió que esperaríamos a que ella despertara para preguntarle que rayos era, de ser algo más que un humano el comandante vería si ella servía en la legión y la entrenaría como soldado. 

Luego de saber su utilidad se le informaría al gobierno, queríamos evitar a toda costa un juicio como el de Eren. No sería algo que la gente soportara, aún les costaba hacerse a la idea de que un humano podía convertirse en titan; lo que sea que Yuki fuera sería aún más difícil de aceptar y la tomarían como una amenaza. Si eso llegaba a pasar, Erwin pediría que ella también quedase bajo mi cuidado; lo que me faltaba ser niñero de dos mocosos porque al cejotas se le ocurría. 

Yuki despertó luego de cuatro días de haber llegado, habían dejado una bandeja con comida para que fuese alimentada. A penas podía comer otra vez tenía esa apariencia de estar extremadamente cansada, a medida que iba comiendo parecía ganar fuerzas pero aún así se notaba débil; ni siquiera podía sentarse por si misma, tuve que ponerle almohadas para que se pudiera sostener en la cama. Su mirada se mantuvo baja durante todo el tiempo, iba por la cuarta cucharada cuando su mano cayó estrepitosamente en la cama. 

- ¿No quieres comer más? - pregunté mirando como su plato aún estaba lleno.

- No es eso - dijo apenas - Es que no puedo, la cuchara es muy pesada. 

Hange que había llegado unos momentos luego de que ella despertara, se acercó al utensilio y comenzó a darle la comida en la boca. Le dije que luego de que comiera la llevaría al baño para que se duchase, sabía que no tenía fuerzas para eso por lo que la cuatro ojos dijo que ella la ayudaría; yo le conseguiría ropa limpia y luego convocaríamos a una reunión con Erwin. Una vez que la mocosa estuvo aseada se notaba un poco más cómoda, había cambiado las sabanas para que estuviera en un ambiente limpio. Hange me pidió que la llevara de vuelta a la cama, intentó pararse pero cayó de cara al piso; poco tiempo después llegó Erwin junto con Mikasa, Armin y Eren. 

- Veo que despertaste - dijo Erwin mirándola seriamente - Soy Erwin Smith comandante de la legión, ¿Cómo te llamas? 

- Yuki Min- susurró ella, su mirada estaba baja parecía que su cabeza le pesaba.

- ¿Puedes decirnos por qué estabas en esa cabaña? - preguntó Erwin.

- Me tenían prisionera - dijo ella con voz débil. Armin le dio un vaso con agua que con gusto bebió por completo. 

- ¿Quiénes? - demandó Erwin. 

- Los guerreros titanes - dijo ella - No recuerdo sus caras porque siempre me tenían dormida, solo recuerdo que Annie iba de tanto en tanto a darme comida.

- Te hicimos análisis de sangre - dijo Hange - Salieron alterados, ¿Qué puedes decirnos de eso?

- Cuando era pequeña un hombre me secuestro - comenzó a contar - Me llevaron a un lugar extraño, no entendía que pasaba pero recuerdo que por años estuvieron haciendo pruebas conmigo. Me inyectaban un líquido verde en los brazos y esperaban que desarrollara habilidades sobrehumanas. 

Se quedó callada de repente, su cara denotaba estaba exhausta la cuatro ojos le extendió otro vaso con agua pero no fue capaz de beberlo. La ayudó y luego nos dimos cuenta de que había caído dormida otra vez, Hange nos explicó que sus resultados indicaban que fue sometida a situaciones extremas, no sabía a cuales pero sufría de desnutrición y anemia. Cualquier tipo de esfuerzo hacía que agotara sus energías rápidamente. 

- Tomará días poder hablar bien con ella - explicó Hange - Su cuerpo está muy debilitado. 

- Esperaremos el tiempo necesario - dijo Erwin - Por lo menos sabemos un poco más que antes. 

- ¿La mantendrás aquí? - pregunté a Erwin.

- ¿Quién mejor que el soldado más fuerte de la humanidad para vigilarla? - dijo retóricamente.

Dio la orden de que todos volvieran a sus deberes, me quedé observando a Yuki desde el marco de la puerta; su cabello rubio estaba largo y caía en pequeñas ondas naturales, sus labios se veían agrietados y secos pero lo que más destacaba era su piel. Se veía tan pálida que casi se perdía en el tono de las sabanas, no sé que me controló que me hizo caminar hasta ella y cubrirla bien con las mantas. Por alguna razón no quería que pasara frio, sentí como susurraba algo "Perdón por causarte problemas, al final siempre seré una mocosa molesta". 

Con cuidado me acerqué a ella, sin duda Yuki era lo último que quedaba de mi pasado quizás las pesadillas se fueran ahora que la había encontrado.  Me prometí cuidar de ella hasta que pudiera valerse por sí misma, es decir, cuando pudiese mantenerse de pie sin caer rendida a los cinco minutos. Salí de la habitación para dedicar a leer los informes que Erwin había dejando en mi escritorio, estuve toda la tarde concentrado en los papeles por lo que antes de ir a cenar me asomé por la habitación para ver si Yuki había despertado, pero seguía tal como la había dejado. 

Hange dijo que tomaría algo de tiempo para que ella estuviera en condiciones normales como una persona. Costaría un poco más que se volviera un soldado, Erwin dijo que para cuando ella pudiera mantenerse en pie pasaría a mi cargo su entrenamiento; por supuesto que sería todo bajo secreto, aún no descubríamos quienes eran los titanes acorazado y colosal. El cabeza de coco sospechaba que se encontraban en la legión, por lo que solo sus amigos mocosos, la cuatro ojos, el cejotas y yo sabíamos de la existencia de Yuki. Esperábamos poder encontrar a los infiltrados antes de que el chiflado de Erwin quisiera usarla como un arma que daría nueva esperanza a la humanidad. 

El destello de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora