CAPÍTULO 2: Azules

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La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad.
Sir. Francis Bacon


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Llega la hora del receso. Esmeralda y yo salimos rumbo a la cafetería para encontrarnos con nuestros amigos.

A lo lejos veo a mi amigo Nicolás. No les puedo mentir, él no es nada feo. Es alto, bronceado, de cabello castaño claro y ojos verdes. Nos conocimos hace dos años, vive a dos cuadras de mi casa.

Un día por la tarde iba en mi bicicleta rumbo a la biblioteca, por ir distraída pensando en las tareas pendientes por hacer casi me atropella un automóvil que iba en el otro carril. No pasó nada grave, el conductor alcanzó a frenar a tiempo; sin embargo, solo obtuve un leve golpe en la cabeza y me raspé las rodillas. Lo bueno es que el señor no huyó y se quedó pendiente de mí.

Nicolás vivía en la casa que estaba enfrente de donde pasó el accidente, él salió y preguntó si necesitábamos ayuda, le dije que no era necesario pero de igual forma llamó a la ambulancia. Ambos me acompañaron, llamaron a mí madre y cuando me dijeron que estaba bien y me podía ir él me ofreció su número de teléfono, yo acepté muy amable y desde entonces somos muy buenos amigos.

A su lado está Anath. Ella es muy bonita, un poco más baja de estatura que yo. Su cabello negro azabache le llega a la mitad de la espalda y sus ojos son grises. Es delgada, muy estricta en su alimentación. Son de esas chicas que le encanta ir al gimnasio y durar horas. La madre de Anath es muy amiga de la mía, es por esa razón que nos conocemos y tenemos esta amistad.

Y no, ellos no son pareja. Ella tiene muchos pretendientes, pero a ninguno les hace caso. Siempre nos dice que primero está su carrera y después las relaciones amorosas.

—¡Allá hay una mesa vacía! —dice un poco fuerte Esmeralda.

—Vamos entonces. ­—le respondo volteando con los tres.

Nicolás me acompaña a pedir un sándwich de pollo y un jugo de naranja a la cafetería. Mientras esperamos mira hacía mis amigas que se encuentran platicando.

—¿Cómo te fue en tus primeras clases? —me pregunta Nicolás. —Te ves muy bonita con tu nuevo color de cabello, resaltan más tus ojos. —dice agarrando un mechón de mi cabello y mirándome a los ojos.

También lo miro y le sonrío. —¡Pero qué cosas dices Nico!, me haces sonrojar con tus halagos, ¡gracias enserio!

—Solo digo la verdad. —contesta con una bonita sonrisa y guiñándome un ojo.

Recibimos nuestras órdenes. Nicolás pidió lo mismo que yo. Regresamos y almorzamos mientras platicamos los cuatros sobre cosas de la escuela.

Estoy tomándole un sorbo a mi jugo, cuando volteo y veo a la chica que miré en la mañana cuando regresaba del baño. Observo que se sienta con sus amigas, pero no miró a sus amigos.

Cuando estoy por tomar mi celular, vuelvo a voltear a aquella mesa y efectivamente los tres chicos van llegando. Pero están de espaldas, no puedo ver de nuevo el rostro del chico que llamó mi atención. Trae puesta una chaqueta gris con negro, una camisa blanca debajo, un pantalón negro y su cabello es café oscuro.

En eso, Esmeralda me hace terminar con mi observación, diciéndome que falta cinco minutos para la siguiente clase. Antes de irnos le pido a Nicolás que me espere en la hora de salida para irnos juntos.

♡♡♡♡♡♡

Son casi la una de la tarde cuando las clases terminan. Mis amigas se despiden de mí y espero a que Nicolás salga de su clase para irnos a casa.

Lo espero afuera de la universidad sentada en una banca mientras reviso mi celular. Pero escucho unas voces.

Y si, son ellos. Los mismos que vi durante todo el día.

El chico misterioso le dice algo a uno de sus amigos y se regresa dentro de la universidad, tal vez se le olvidó algo. Sin embargo, antes de llegar a la puerta voltea a donde yo estoy sentada, ¿habrá sentido mi mirada?

Me le quedo viendo y me sonríe.

¡Si, al fin descubro el rostro del chico!, ¿es acaso de otro mundo?

Le devuelvo la sonrisa y se va. Sus ojos son muy lindos, azules como el cielo. Demasiado llamativos e hipnotizantes.

En medio de mis pensamientos, sale Nicolás. —¿Nos vamos? —me pregunta.

—Sí, claro. —camino junto a él, y pasamos junto a los amigos del chico que me sonrió hace unos momentos. Volteo de reojo y la chica está mirándome muy seria.

Subimos al coche, Nicolás me deja en mi casa y me despido de él. Entro a mi casa, no hay nadie. Hasta dentro de dos horas que sale mi hermana de la escuela.

Entro a mi cuarto y me acuesto en mi cama, pensando en la sonrisa del chico de ojos bonitos. Espero volver a encontrármelo mañana.


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¡Hola a todos!, ¿les gustó el capítulo de hoy?

Espero que sí, a mí me gustó describir al chico misterioso que trae loquita a Elianna.

¿Qué piensan de Nicolás?, ¿Sentirá algo por Elianna?, Ya lo descubriremos.

¿De parte de quién están?: Nicolás VS chico misterioso

*Apóyenme con sus estrellitas y comentando qué les pareció el capítulo  :)

Nos vemos en el próximo capítulo, besos para todos, ¡Muack!.


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Cuando todo deje de dolerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora