Capítulo 12

21 2 0
                                    

Lena

Me acerqué a cerrar el libro, temerosa de ver las reacciones de mis hermanas. Miré a Iris y Zoe, quienes mantenían su mirada fría. Yo quería ayudar a papá, pero mis hermanas parecían tener miedo. Sé que necesitaré de ellas para romper la barrera, porque sola es imposible.

- Jamás aprendimos como usar el poder que tenemos, pero debemos intentarlo - les digo mientras veo sus miradas aún confundidas con todo lo que vieron -. Zoe, quizás tu puedas romper la barrera, ya que puedes manejar el presente como lo viste en el libro.

- Él nos abandonó. No nos quiere aquí. ¿Por qué ayudaría?- me dice con dolor en sus ojos.

- Papá estaba confundido - les digo con esperanza de que decidan ayudar-. No tenemos porque dejarlos morir aquí.

- No lo sé - dice Iris. Siento que es aquí a donde pertenezco, pero ahora lo único que quiero es regresar a la academia.

- ¿Crees que perteneces a la academia?- dice Matías volteando a Iris para que lo vea a los ojos. - No, tú no perteneces ahí y yo tampoco.

- Esto es muy grande para mí y no quiero hacerlo. - le responde.

- Tienes que hacerlo. Te corresponde y yo sé que puedes. Sabes que estaré aquí para ti. - Puedo notar que Matías confía en que Iris aceptará ayudar. - Es tu familia.

Caigo en cuenta de que Matías renunció a todo por cumplir con su responsabilidad. No lo conozco, pero si está todavía aquí cuidando de Iris, siento que podemos confiar en él.

- Podemos caminar hasta llegar donde están papá y mamá - les digo para no perder más tiempo.

- ¿Crees que enserio este arrepentido? - pregunta Zoe

- Ustedes lo vieron - digo abrazando el libro -. Papá pasó por mucho. No nos puede hacer daño, somos nosotras las que le estamos haciendo daño.

- Puedo hacer que bajen a la tierra como mi padre. Lejos de ustedes estarán mejor - añade Matias.

Zoe empieza a caminar dejándonos atrás.

- Es por aquí. - nos dice Zoe -. Empiezo a recordar.

Zoe

Empezamos a avanzar por el Olimpo. Mientras más avanzamos, más hermoso se vuelve este lugar. Sin embargo, la tristeza y la furia no me permiten apreciarlo. Pasamos al lado de cascadas y varios árboles, recuerdo como jugábamos y nadamos en los ríos. Recuerdo cantar para hacer florecer un prado o para que el río estuviera más pacífico. Al parecer, Lena recuerda todo. Al manejar el pasado, ella lo consiguió fácilmente. Me dirige una sonrisa como si supiera lo que estoy pensando, pero sé que ella conoce todos nuestros momentos juntas. En cambio, yo... ¿Cómo podría devolverle la sonrisa? ¿Cómo puedo afrontar todo su pasado con apenas un sólo recuerdo?

Seguimos avanzando y cada lugar parece traer un nuevo recuerdo a mi cabeza, la mayoría de ellos muy felices, me siento agobiada. De repente pasamos al lado de un hermoso cerezo y recuerdo que cuando era niña, mamá solía contarnos todo tipo de historias sobre héroes. Bajo ese árbol nos sentábamos las cuatro y disfrutábamos de unas buenas galletas. Éramos tan felices... Incluso recuerdo que alguna vez nuestro padre nos acompañaba también. Su sonrisa hace que me duela el pecho y entonces las lágrimas empiezan a caer.

Después de todo lo que hemos pasado... Lo único que quiero es que me devuelva la felicidad de mis recuerdos, quiero que todo vuelva a ser como antes.

A lo lejos se ve una hermosa casa con pilares y estatuas, casi parece un templo. Reconozco el símbolo de la entrada, un enorme reloj de arena hecho de obsidiana y oro, labrado por el mismo Hefesto. La única diferencia es que durante toda mi vida la arena estuvo estática, ni un solo grano había caído al otro lado, pero ahora estaba casi por agotarse. Y es porque el tiempo se nos acaba.

EspejismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora