—¡Soy un cacahuete! ¡Si! ¡Eres un cacahuete! ¡Si! ¡Todos somos cacahuetes! ¡Si!— Cantaba infantilmente Chris a mi lado.
Estábamos tomados de la mano camino a la escuela, a mí me ponía muy nervioso ser gay públicamente, mientras que Chris era una mariposa.
—¿Que pasara si nos molestan por ser gay's?— Le dije mirando mis pies.
Odiaba el rechazo, aunque nunca fui rechazado por las personas, pero vi muchas películas de chicos que los molestaban hasta que se suicidaban.
—Já— rió falsamente Chris. —Como si alguien se atreviera a molestar al gran Chris Collins— dijo egocéntrico.
Reí un poco, en realidad, Chris tenia ese aspecto de que nadie quisiera meterse en su camino y era muy respetado en la universidad, no tengo por que preocuparme.
Llegamos a la universidad, por el pasillo, todas las miradas fueran situadas en nosotros al entrar al pasillo principal, miradas que luego se fueron, le di un vistazo a Chris, emanaba terror, hasta a mí me da un poco de miedo mirarlo, entre pasábamos por los pasillos se escuchaban los murmullos de las personas. Por aquel escándalo de que Chris dejo a Fernanda por otra persona, y ahora todos sabían que esa persona era yo, era el rumor mas grande de la universidad.
Rápidamente quise soltar la mano de Chris, pero este agarro mi mano aun más fuerte, dándome un tanto de seguridad y haciendo que me calmara un poco.
Al final del pasillo estaba Martina haciendo señas, nada disimulada, ya que llamaba la atención de todos, suspire, mientras que sentía que me quitaba un peso de encima.
—¿Cómo está mi pareja favorita?— Dijo ella pícara-mente mientras que sacaba unos libros de su casillero.
—Nervioso— Dije yo.
—Cariñosos— Dijo Chris dándome un beso en el cuello, asiendo que todos nos miraran y luego volvieran a hacer lo que estaban haciendo antes.
Saque mis libros de mi casillero que era justo el que estaba al lado de Martina, Chris se va con sus amigos, que me saludaron y luego desaparecieron hacia el patio, una vez que estuve solo con Martina.
—Tengo miedo— le dije directamente.
—¡Ay! mi amor, hay muchos gays, tarde o temprano todos olvidaran esto y ustedes volverán a sus vidas normales— Dijo ella poniendo el libro en su mochila.
—Mi vida no volverá a ser normal, en especial contigo— Dije riendo un poco.
Ella sonrió mostrando los dientes y cerrando los ojos, nadie sonríe así.
Fuimos a nuestra clase y paso normal, por suerte, con mis amigos y mi novio a mi lado, me sentía bien, por lo menos en ese segundo.
La campana sonó y miles de chicos se fueron apresurados, como si no salieran de esa puerta en menos de veinte segundos morirían.
Tome con calma mis cosas, mientras que todos se adelantaban, todos menos Chris, él nunca me dejaría solo.
Cuando sólo quedábamos nosotros dos escuche la puerta cerrarse, supuse que era Chris así que seguí ordenando mis cosas.
—Así que fuiste tú— Dijo una voz femenina.
Subí mi mirada, vi a una rubia, con unos grandes senos y una falda demasiado corta. No era nada fea y eso era lo que me preocupaba.
—Sí, fue él— Dijo Chris fulminando con la mirada.
Hablaban de alguien, pero no sé de quien, no comprendía, nada.