Al fin estaba en casa, eran altas horas de la noche y después de ponerme a charlar con los chicos en el parque decidimos irnos a tomar unas cuantas copas, luego se percataron de que eramos menores de edad y nos echaron del local con Nick medio ebrio y cantando a todo ritmo, ellos se fueron juntos, ahora sabia que eran gays, aunque no me molesto, me molesto que no me hayan dicho antes sobre su relación, pero poco importa ahora.
Miraba la puerta y por quinta vez me decía que la debía abrir, yo no quería, pero debía enfrentar a Chris tarde o temprano, tal vez ni siquiera estaba en casa.
Suspire y mire la puerta, tome mis llaves y abrí, para mi suerte estaban todas las luces apagadas, puede que Chris este durmiendo o que salio con sus amigos y me llevo más por la segunda opción.
Camine por el pasillo, cuando de repente se encendió la luz en la sala, haciendo que saltara del susto.
Era Chris sentado en el sofá abrazando la almohada, parecía un niño pequeño que estaba esperando a sus padres, sonrió inconscientemente al verlo, al verlo como en realidad es... un niño.
—Estas no son horas de llegar— Me dice mirándome fijamente a los ojos, yo desvío la mirada, ese contacto con los ojos hace que mi corazón lata mas fuerte.
—No eres mi padre— Dije mirando al suelo y cerrando los puños intentando parecer rudo, pero no hay nada rudo en mí.
Él se levanto del sofá y comenzó a caminar hacia a mí con esa característica sonrisa suya, ladeada hacia la derecha, con cada paso que daba hacia que mas nervioso me ponga, llega a estar en frente de mí, yo sólo miraba mis manos, era imposible mirarle.
—Pero soy tu novio— Esas palabras hicieron que sintiera una opresión en mi pecho, ¿Me estará dando un infarto? Miro mis manos, miro su cara, luego vuelvo a mirar mis manos, las cuales las movía totalmente nervioso.
Él le había dicho si quería ser su novio y yo lo bese, eso era un si ¿No? Una parte de él gritaba que era una mariposa rosa, y otra parte decía que era un hombre macho. Chris era el chico de sus sueños, con el que deseaba estar pero a la vez no. Miro a Chris, este le miraba fijamente, cuando sus miradas se encontraron Chris sonrió intentando darle confianza, pero lo ponía más nervioso.
Se decidió por fin, con sus manos tiritando agarro a Chris por la cintura y poso mi cabeza en su pecho escuchando sus latidos, aunque Chris se veía tranquilo por fuera, sus pulsaciones eran mil por minuto y Alex escuchaba eso, Chris lo abrazo igualmente.
—Ahora debemos tener sexo— Dijo Chris.
Alex miro hacia arriba con los ojos como platos, se separo de él rápido, sentía sus mejillas calentarse.
—Pensar que te deje ser mi novio por dos segundos, terminamos— Grito y se fue corriendo avergonzado a su habitación encargándose en ella.
Miro a sus alrededores y luego se tiro en la cama, sintió su bolsillo vibrar, saco su teléfono celular del pantalón, miro la pantalla y sonrió al ver el nombre que veía, contesto el teléfono rápido.
—¿Alo?— Dijo fuerte.
—¿Alex? ¡Hijo! ¿Cómo estás?— Dijo una voz femenina al otro lado de la linea.
Alex pensó en todo lo que había pasado en su vida, ¿Cómo debía decírselo a su madre?; Hola, mamá, soy gay, porque el chico con quien me mandaste a vivir, es como un niño de diez años, pero en el cuerpo de un adonis.
Suspiro pesadamente, esa no era la forma para decírselo.
—¿Qué te ha pasado?— Dijo la mujer algo preocupada pero calmada.