Capítulo 11.

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Capítulo 11.

Cuando acabaron las clases lo primero que hice fue a buscar a Luz en la librería, para sorpresa mía me dijeron que había salido con sus amigos y regresaba a eso de las nueve de la noche. Espere, conté cada segundo y mi mirada no se apartaba del reloj esperando que dieran las nueve.

Hice cualquier cosa, reacomode los muebles, adelante tarea que debe ser entregada en dos semanas, hice música, pero aún haciendo eso nunca me la pude sacar de la cabeza.

Estaba apunto de dar las nueve de la noche y sin importarme que mamá no esté para avisarle que saldría me fui a la librería con ansias de verla.

Cuando estoy apunto de entrar están acomodando los libros y su hermanita de diez años jugando con las muñecas en el mostrador, me acerco de forma amistosa y le toco el hombro a Amelia.

-. ¿uhm?- me mira como si no fuera nada interesante al principio, su expresión cambia a una de sorpresa y de una hace una mueca, - Ana no se encuentra aquí, dijo que iba a un tal... no me acuerdo, solo sé que dijo que iba a un lado.

Responde como si supiera lo que necesitaba saber y sonrío con pena, le da igual mi existencia y sigue jugando con sus muñecas.

-. Gracias por la información, fue un gusto verte Amelia.

-. No me acuerdo de tu nombre pero igual me gustó verte, no lastimes a mi hermana.

Y todos siguen creyendo que hay algo, aprieto un poco mis puños y con una sonrisa forzada salgo del local empezando a caminar. Tomando el mismo recorrido, viendo aún las luces en los árboles y todo prendido, no están las rosas pero sigue viéndose precioso.

Y lo era aún más encontrando su mirada observando el dibujo de ella misma, como si tratara de encontrar algún error, algún detalle fuera de lugar.

-. ¿Cada cuanto vienes para acá?

Mi voz la sorprende porque puedo escucharla temblar y llevar sus manos a su propio pecho, intentando calmarse del susto.

-. No te puedo dar todas las respuestas Jhonny, no es tu asunto.

Voltea a verme y en mi se instala disgusto.

Ella ha estado llorando.

Me acerco a ella y me siento a su lado, sé que una de las intenciones por las que quise verla fue por esto, por lo confuso que llega a ser que ella conociera a Kayla y ninguno de nosotros supiera eso, ella siempre nos contaba de sus amistades ¿por qué no fue en el caso de Ana?

Me observa, finge que no ha pasado algo preocupante y solo sonríe con sus mejillas coloradas, sé que hay algo de pesar y que me conoce más a mí que yo a ella y eso me aterra un poco. No porque sea raro sino porque, ¿estuvimos divagando siempre justo al lado del otro sin yo notar su presencia? Que tonto soy.

-. Has estado llorando.

Me arrodilló frente a ella y solo aparta su mirada de la mía, niega pero ambos sabemos que miente.

-. No.

-. No es una pregunta Luz.

Lo pienso un momento y por fin decido llevar mi mano a la de ella y entrelazar nuestros dedos, los de ella son pequeños y los míos grandes pero sorprendentemente pareciera como si encajaran, como si estuvieran echos uno para el otro y me aterra un poco la idea.

Quizá si sienta algo por Ana, pero la idea me asusta porque ella no merece estar con alguien roto.

-. Okey, si he estado llorando ¿Feliz? ¿Te doy una galleta? ¿un premio?

¿Yo? ¿Roja? ¡Para nada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora