SEIS

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Y nuevamente se encontraba en el suelo de aquella fría habitación, cansado, herido, sangrando y un par de plumas manchadas de su propia sangre se convertían en una arena dorada que se desvanecía con la corriente de aire.

Las lagrimas no dejaban de caer, su garganta dolía por todos esos gritos y suplicas pero eso no lo detuvo para cantar la más bella y triste canción que le cantaba su tan adorada madre; el frío empezó hacerse presente y sus alas cubrieron su tan delgado cuerpo que empezaba a temblar.

Sus ojos lentamente se cerraban, su respiración cada vez era más lenta y el dolor se esfumaba, aquellos recuerdos de su infancia solo regresaban en forma de sueños que siempre terminaban en la misma pesadilla que le hacía llorar de amargura y rencor.

No le importaba sufrir por su gente, no le importo el robo de sus riquezas ni que le impusieran las creencias de aquellos invasores pero jamás olvidara todas esas lagrimas que derramo por la injusticia y la masacre de su pueblo, de su familia, de sus dioses.




























El tiempo paso y aquel muchacho de grandes alas, corazón noble y lleno de valentía fue haciéndose cada vez más fuerte, más imponente, más orgulloso; todo el odio que una vez tuvo hacia aquel ser que lo engaño  y torturo estallo en una guerra, todas esas cuentas fueron saldadas con una disculpa, su liberación y el reconocimiento que tanto deseo. 

Pero el resentimiento no dejaba de lastimar su alma y su corazón, la gente no dejaba ese tema, no dejaban ese episodio atrás; por más que hablaba del tema con aquel ser de cabellos castaños ese sentimiento no se iba, hace tiempo que acepto todo lo que pasaron él y sus hermanos pero nunca trato de superar lo.

Aunque por un tiempo no estuvo solo, en medio de la guerra encontró a un amigo que con el paso de los años se convirtió en su hermano. Ese ser tan serio, imponente, intimidan te le hizo explorar y cuestionar las similitudes que tenían en común. 

Siempre se apoyaron cuando más lo necesitaban, nunca se dejaban en sus momentos más vulnerables, compartían todas sus vivencias y gracias a todo eso su amistad fue duradera pero no fue hasta que conoció al mayor de sus hijos, "Federación Rusa", un pequeño demasiado tímido de cabellos plateados, ojos color zafiro y una voz algo aguda.

Jamas pensó que ese pequeño niño fuera el confidente de sus más íntimos secretos, su compañero de vida, su amigo, amante y aquel que le robo el corazón, es como si los dioses hubieran planeado una vida a su lado. 

En el momento en que cruzaron palabras, sus imponentes alas brotaron de su espalda y abrazaron al pequeño albino que miraba a detalle el plumaje color café del tricolor que estaba avergonzado por mostrar sus alas; antes de dar una excusa que sonara convincente para el menor y no ser regañado por asustar al hijo mayor de su mejor amigo pero aquella frase hizo que todas las palabras hirientes fueron borradas con esa voz eufórica.

" Que hermosas, quiero tocarlas" 

Los nervios revolvieron su estomago, la emoción recorrió su ser y un nuevo sentimiento broto en su pecho, solo sonrió y lagrimas brotaron de esos ojos avellanas que desde hace años solo brillaban por la tristeza.

Sin pensar lo dos veces, extendió sus alas lo más que pudo y cargo al pequeño, emprendiendo su vuelo. Todo aquello se esfumo, esos insultos, las miradas de horror, de lastima, las heridas de sus alas despedían un polvo dorado.

Una sonrisa se formaron en los corazones, un baile en el aire que sera recordado en sus más hermosos recuerdos.

RusMex (COUNTRYHUMANS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora