DOS

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Pareja destinada (2/2)

Habían pasado varios días después del incidente que tuvieron en la junta. El mexicano y el ruso no cruzaron palabra alguna respecto aquello.

Si bien no copularon eso no significa que ambos se aborchonaran por ese momento tan íntimo y sin querer queriendo recuerdan aquel momento en donde ambos se correspondían, en donde ambos mostraron ese lado más reservado.

Ninguno de los dos se sentía culpable pues nunca cruzaron más allá de lo indebido. Pero el mero hecho de abrazar a alguien sin nada de ropa, que gemía en busca de satisfacer la necesidad de copular y que aquello se prestaba para más cosas es más que suficiente para sentirse abrumados.

Y tenían que hablar respecto al asunto porque dentro de una semana es el celo de Rusia. Oh, que gran infortunio para nuestra querida pareja.



























– ¿Por qué no has ido hablar con el ruso padre?– pregunto Edomex

– Porque no me ha dado tiempo– respondió el tricolor mientras revisaba los papeles que estaban en la mesa

– ¿No quieres o no puedes?– devolvió revisando la comida de la estufa

– Mira chamaco, no es ninguna de las dos. Simplemente está semana no me ha dado de ir con Rusia y platicar cosas que a ninguno de ustedes le compete– contestó molestó

– Uy, perdón– dijo apagando la estufa, la comida ya estaba lista









































Por otra parte, el albino se encontraba en su recámara, recordando y analizando lo que había ocurrido días atrás. Era vergonzoso el mero hecho de que se había comportado como un animal en esa junta, no se justificaba ni excusaba, había perdido el control cuando se llevaron al de ojos avellana del lugar.

Aún podía recordar aquella esencia, escuchar su apagada voz y ver con claridad aquellos ojos que por tanto tiempo han buscado cariño y amor. Vagamente podía hacer memoria de lo que pasó en esa habitación, solo recordaba los jadeos, los llamados que hacía el Omega, la sensación de tocar su piel y ese aroma que le relajaba.

– Papá –

Resonó en su mente, aquello lo desconcertó. Aquel recuerdo se le hacía más claro, mientras más pensaba y recordaba, escuchaba con nitidez aquellos llantos que salían de los labios del tricolor.

Solo bastaron un par de segundos para recordar a la perfección lo que pasó después de que se abrazaran.

El omega no dejaba de llorar, de llamar a ese hombre que en vida lo amo y cuido, los jadeos y el temblor que eran notorios no cesaban y en un intento de consolarlo y calmarlo, libero sus feromonas a la vez que besaba su cara con dulzura como si fuera un niño. Aquello lo calmó, lo hizo dormir finalmente.

Rusia seguía vagando en sus recuerdos pero un llamado le hizo exaltarse un poco. Era su hermana Bielorrusia que venía a platicar con el ruso, siempre lo hacía antes y después del celo de su hermano. Ya era una costumbre.

– ¿Puedo pasar?– pregunto al otro lado de la puerta

– Adelante– contesto acomodándose nuevamente en la cama

RusMex (COUNTRYHUMANS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora