IX

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PRINCIPIOS BÁSICOS

—Tu simulación del día de ayer comenzó de maravilla, me tenías asombrado, pero diste paso a la decepción cuando te tocó pelear mano a mano—la voz tosca del General Smith, me estremece, pero no bajo el rostro—. Por esa razón, hoy lo aprenderás. Quedarás a cargo del Capitán Maxwell—el hombre aparece con su uniforme, que lo indica como Capitán.

Tiemblo un poco al verlo, tiene demasiados músculos y una cara atractiva pero aterradora.

Pasamos al rin de pelea y siento las palmas sudorosas; sin embargo, no me dejaré intimidar

— ¿Alguna vez has oído hablar de tácticas de pelea militar?—asiento.

La voz de Maxwell es ronca.

—Consiste en evaluar el entorno, tu enemigo, la fuerza y secuencia de golpes—respondo lo que leí en un viejo libro que una vez mi madre me regaló.

—Exacto, para ganar no es necesario tener fuerza bruta—explica flexionando un poco las piernas y poniendo sus manos en puño—, sino, buena táctica y evaluación. Ser rápida te da ventajas. Vi el video de tu simulación, eres rápida pero algo impulsiva. Hay que arreglar eso, porque recuerda que no solo necesitas resguardar las vidas inocentes, sino tu propia vida, porque sin ti, esas vidas se pierden, ¿okey?—lanza varios golpes al aire—. Lo impulsivo puede llevarte a ganar, como también puede hacerte perder la vida. El objetivo está en obtener un equilibrio. Sé analítica, sé rápida. Y siempre, hazle creer a tu contrincante, que estás perdiendo. La mente humana es fácil de engañar, y más la mente de los altivos—me indica que tome posición de ataque, captando cada cosa que dice.

— ¿Tengo que pelear contigo?—pregunto nerviosa.

Ladea su cabeza sonriendo con astucia.

—No parece justo, ¿verdad? Un hombre que te dobla en músculo y altura. Sin embargo allá en la guerra, nada es justo, tendrás que enfrentarte a personas mucho más fuertes que yo y a situaciones más aterradoras que la de la simulación—Se me acerca de una manera peligrosamente lenta, y trato de pensar pero no llego a ejecutarlo, ya que, recibo el primer golpe en el estómago. Se me escapa el aire y el ardor no tarda en llegar. Maxwell tiene golpes certeros y dolorosos.

Busca el punto débil.

Pero Maxwell parece no tener punto débil o estoy tan dolorida que no logro hallarlo.

Otro golpe seco en el estómago, me derriba. La cabeza me palpita, las manos me tiemblan; pierdo fuerzas.

— ¡Vamos Kelly!, puedes hacerlo—de alguna manera, esas palabras me impulsan. Noto que sus manos están un poco más arriba de donde deberían estar y lo aprovecho para darle una patada en el pecho—. Eso—me anima casi sin aliento—; recuerda siempre que la agilidad, rapidez e inteligencia son mucho más poderosas que la fuerza—giro sobre mis talones, un poco abrumada todavía por los golpes, y extrañamente siento una vibra en mí.

Algo me indica peligro.

Sin dejarlo terminar, esquivo su golpe a la derecha, tomo su brazo y realizo un gancho.

Quedo en shock con mi reacción.

—Excelentes reflejos—por primera vez, escucho la voz del General, se escucha anonado, fascinado.

Sin embargo, Maxwell no termina; me lanza un cabezazo que me aturde por unos segundos pero sorprendentemente no hace más que eso; así que afianzo el agarre del gancho y con un pequeño impulso, lo lanzo al suelo sin soltarlo.

He ganado.

—Felicitaciones, has pasado tu primera prueba de pelea—Maxwell habla, con la voz ahogada, así que lo suelto. Se levanta un poco incómodo y me observa—. Mandíbula, Estómago y Pecho. Esos son los puntos claves a los que tienes que atinar. Desestabilizas a tu enemigo y aprovechas tu oportunidad, ya sea para noquearlo, patearlo hasta que se agote su vida, o darle un cabezazo que lo desmaye—explica, dando por terminada la pelea.

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