SECRETOS
Quisiera tener mi AR-15, en estos momentos. La ansiedad me está abordando. Las chicas por muy cálidas y agradables que han sido, no han logrado evitar que mi ansiedad se apodere de mí. Siempre he querido mostrarme fuerte, ante los demás; siempre me he mostrado firme, y quiero hacerlo en estos momentos, pero lo cierto es, que se me está siendo imposible. Todo ha sido un golpe brusco e inesperado.
¿Por qué mamá no me lo contó? ¿Por qué todo este misterio? ¿Por qué? ¿Por qué?
Miles de preguntas se arremolinan en mi mente y ninguna tiene respuesta.
El ferry tiene aproximadamente tres horas desde que partió su camino y las tres horas me las he pasado en la pequeña ventanilla que da vista al mar.
— ¿Tienes algo? —Adler se acerca, sentándose conmigo. Las demás chicas, se encuentran dormidas.
—No, solo... se me hace todo muy raro.
—Lo sé, creo que todos nos sentimos así, considerando que no somos el único ferry—volteo hacia ella.
— ¿No somos el único? —niega con la cabeza.
—Miles de ferrys en el mundo, están igual que nosotros—se acerca para ganar un aire más confidencial—. Aquí entre nos, yo creo que esto es más un experimento que un intento por salvar a la población—trago fuerte. Al menos, no soy la única que lo piensa.
—Mi mamá... lo único que quiero es que esté bien.
—Tu madre es la doctora Rider, ¿verdad? —cachada, lo primero que dijo mi madre en la carta, y lo primero que rompo—. No te preocupes, solo lo deduje por tu apellido. Mi mamá trabaja con ella, así que sé cómo te sientes. Mi madre no es médico, pero sí supongo que es un punto clave al trabajar juntas—no emito ninguna palabra, en cambio, vuelvo mi vista a la ventanilla. No tengo mucha experiencia en tratar con más personas que no sean mi madre o Magui. Pero Adler persiste, con una gran sonrisa en su rostro. Ella transmite tanta emoción, que es casi contagiosa.
—Oye, ¿quieres ir por algo de comer? —pregunta.
Mi estómago ruge, no podría resistirme a la oferta. Así que, cedo ante su pregunta.
Al salir, notamos que los pasillos se encuentran casi totalmente vacíos, solo hay dos filas para el comedor.
—Los Cuda y los Expertos pueden comer juntos—habla—; Lo que lo hace mejor, así no se encuentra esto tan solitario y aburrido—efectivamente, puedo observar que personas del nivel de arriba, bajan para poder comer algo.
Nos posicionamos en una de las filas y noto con confusión que a cada uno se les es entregado un plato, para luego ir a otra formación.
— ¿Por qué tienen que ir a otro lugar si la comida ya es entregada?
—Oh, porque está fría. Puedes pedir lo que quieras del menú, pero siempre a esta hora estará fría porque es de las municiones de la mañana—explica—; Por eso, la otra fila conduce a los microondas.
Al llegar nuestro turno, noto que el menú es excesivamente extenso, comidas de las que nunca oí hablar se encuentran aquí.
—Deme dos hamburguesas mixtas, una ración de papas fritas y una Coca-Cola gigante—Adler pide lo que supongo es para las dos. Ella me observa por unos segundos.
— ¿Y tú que vas a pedir?
—Eh, ¿todo eso te lo vas a comer tú sola?
—Claro, estamos en un ferry privilegiado, ¿crees que no voy a comer todo esto? La vida se hizo para disfrutarla, y en mi caso la disfruto con comida—sube y baja las cejas rápidamente, con una sonrisa cómplice. Me hace sonreír. Vuelvo a ojear el menú, hasta encontrar lo que quiero.
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Outbreak
ActionNiebla... eso era todo lo que podían presenciar mis ojos. En cambio, mis oídos percibían gritos agonizantes, disparos y risas maliciosas. Mis manos ensangrentadas, temblaban; los nudillos me ardían, mi garganta estaba seca; mis ojos no paraban de so...