10. Retiro lo dicho

330 36 6
                                    

Taeil:

¡Al fin una pausa! Estoy reventado. Llevamos más de dos horas y media ensayando viejas coreografías. No puedo más. Todos estamos por el suelo, con el móvil a nuestra bola. Y el líder hasta se ha dormido. Observo como Pyo se le acerca y con su chaqueta le tapa. Sonrío al observar la escena, Pyo le tapa con mucho cuidado, que mono. Voy a fingir, de momento, que solo está cuidando de su hyung, pero luego hablaré con él. Mis sospechas se van confirmando, ¿no?

En fin, abro las diferentes conversaciones que me han llegado. Una es mi madre que pregunta si voy a ir a comer el sábado. Pues supongo que sí, me da pereza pero tampoco tengo mejores planes. Respondo a un par de amigos más hasta llegar a la conversación con mi mejor amiga. Me pide que le explique lo que me pasó ayer en la cena con los miembros. Nos han dado media hora, así que tengo tiempo. Empiezo a escribir:

«Es una tontería. Ayer mientras cenábamos tuve algunas enganchadas con el idiota de Jaehyo. ¡No lo soporto! Pero…» Se lo mando.

« ¡¿Pero?!» Recibo a los dos segundos.

«Pero luego, volviendo hacia casa, estuvimos hablando todo el rato. Sobre muchas cosas. Y al final me dijo que me ayudaría con el baile.» Se lo mando. Me pone algo nervioso contárselo, hasta me muerdo el labio.

«¿Y hablando es más simpático?» Me pregunta.

«No digo que sea antipático… solo que a veces hace cosas que me molestan. Ayer hablando me pareció muy simpático. Creo que nos llevamos bien.» Digo.

«¿Simpático? ¿Te gusta?» Se me abren los ojos al leer su respuesta. ¡¿Pero cómo me va a gustar?! De repente, el móvil desaparece de mis manos. ¡¿Qué?! ¡Mierda!

-¡¿Pero qué haces?! ¡Devuélvemelo!- Le grito levantándome e intentando coger el móvil. Jaehyo me lo acaba de quitar y lo levanta por encima de su cabeza.

-¿Con quién estás hablando tanto rato?- Me pregunta como si nada. Yo intento llegar a mi móvil poniéndome de puntillas y saltando. Empieza a sonreír. Será cabrón. Agarro el cuello de su camiseta y tiro fuerte para intentar hacerle bajar pero nada, él es demasiado fuerte.

-¡No te importa con quién esté hablando!- Se ríe y abre los ojos cómo para darme a entender que estoy equivocado. Seguido fija su mirada en la pantalla. Joder, que no lea su nombre… De repente, alguien le quita mi móvil de las manos. Es Pyo, que se lo ha cogido desde atrás. Y poniendo cara de preocupación le pregunta:

-¿No ves que le molesta? Para ya…- Dice lo último como en un susurro. Normal, se está dirigiendo a su hyung. Veo como la cara de Jaehyo cambia, ahora está muy serio y fulmina a Pyo con la mirada. Pero no dice nada. Solo suelta una especie de gruñido silencioso y vuelve a sentarse donde estaba antes, en el suelo. Todos los otros miembros y el equipo de baile nos están mirando. Dios… que vergüenza. Pero en seguida vuelven a lo suyo. ¿He dicho que me caía bien? Retiro lo dicho.

-Gracias.- Me limito a decirle por lo bajo a Pyo.

-Nada.- Dice mientras me sonríe y me pone una mano en el hombro para tranquilizarme.- Voy a por la comida. ¿Quieres acompañarme?- Cómo sabe que ahora lo único que quiero es irme de aquí. Que nervios he pasado.

Pero de repente se abre la puerta y entra nuestro manager.

-Ya está bien por hoy. Recogedlo todo. Nos vemos abajo.- Todos nos miramos confundidos. ¿Tan pronto? Sólo llevamos ensayando tres horas… pensaba que serian tres más. Cuando vuelvo a mirar a la puerta el manager ya se ha ido. ¡Qué rápido!

-Qué fuerte, ¿no?- Suelta Kyung levantándose y yendo a coger su chaqueta del perchero.

-Si… pensaba que nos íbamos a quedar más horas- Dice sonriendo Minhyuk.

-¡Mejor! ¡¡Tenemos la tarde liiiiiibre!!- Grita Kyung alzando los brazos. Todos nos reímos y nos levantamos a por nuestras chaquetas. Todos van saliendo pero yo me quedo observando como Pyo despierta a nuestro líder. Se le ve… ¿nervioso? Me rio ante tal escena. La cara de Pyo está roja. ¿Qué le debe pasar? Luego me lo va a contar ¡sí o sí! Al fin Zico se levanta tiene una cara de dormido… Pero no les espero. Salgo de la sala y me encuentro a Jaehyo apoyado en la pared. Al verme, enseguida, se pone derecho. ¿Estaba esperándome? Me mira fijamente. Me pone nervioso.

-¿Te apetece empezar ahora los ensayos extra de baile?- ¡¿Qué?! Yo flipo. ¿Cómo me pregunta algo así después de lo que acaba de hacer?

-Estas de coña, ¿no?- le pregunto muy serio. Es que ¿de qué va?

-Perdona por lo de antes. No pensaba que te ibas a molestar tanto. Sólo estaba bromeando. No he leído nada, lo juro. Sólo quería que me hicieras caso.- Sus últimas palabras me sorprenden… y mucho. Su respuesta me pone nervioso y noto mi cara un poco caliente. Mejor si no ha leído nada. Y acaba de decirme que quiere que le haga caso, ¿verdad?- Siempre estás con Pyo o con el móvil. ¿Me perdonas?- Sí, no me lo puedo creer. Parece un niño pequeño reclamando mi atención. Es… muy mono. Ahora noto mi cara arder.

-Eh… sólo tenías que decirme de quedarnos aquí luego. No hace falta que me molestes.- Digo sin poder mirarle a la cara.- Realmente no fue para tanto lo del móvil… pero estaba hablando y me interrumpiste. Su-supongo que exageré un poco. Perdóname también.

-¿Así que nos quedamos?- Pregunta mientras le aparece una sonrisa preciosa en los labios. Sonrío al verle. Realmente parece que se lo ha tomado en serio esto de arreglarme en el baile.

-Sí, nos quedamos. Pero solo un rato… que estoy cansado.

-¡Claro!

Entonces, Zico y Pyo salen de la sala de ensayos, ya con las chaquetas puestas.

-¿Aún estáis aquí?- Pregunta Pyo

-Sí, Taeil y yo nos quedamos un rato más a ensayar.- Le explica Jaehyo. Pyo alza las cejas ante lo que acaba de oír y me mira. Yo le asiento sonriendo. Por lo que él también sonríe y dice:

-Me alegro que hayáis hecho las paces. Yo me llevo a nuestro querido zombi a casa, a dormir.- Los tres nos reímos.

-Yah. No os riais.- Se limita a decir Zico. Y se va hacia los ascensores.

-Espera, ¡vayamos juntos!- Le dice Pyo yendo tras él.- Nos vemos luego- Se despide de nosotros.

Jaehyo se dirige hasta la puerta de la sala de ensayos y la abre. La aguanta con una mano, me mira con una sonrisa y con la otra mano me indica que entre. Mi corazón empieza a latir, como si hubiera despertado... Le devuelvo la sonrisa y entro.

Everything becomes chaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora