19. ¿Por qué Jaehyo?

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Taeil:


El sonido estridente del despertador me despierta de golpe. No puede ser. Ya es de día. Apago el despertador y agarro enseguida el móvil. La luz de la pantalla me deslumbra. Ningún mensaje, ni una llamada. No me lo puedo creer. ¿Dónde se ha metido que no me manda ni un simple mensaje? Me froto la cara, estoy cansado. Salgo de la cama y me dirijo a la cocina mientras estiro la espalda, me duele bastante. Al pasar por la puerta de su habitación me doy cuenta de algo y me detengo en seco. ¿Quién me ha llevado a la cama? Yo me dormí en el sofá. Puede haber sido Pyo o Minhyuk... Pero, ¿Y si ha sido...? Me doy la vuelta enseguida y abro rápido la puerta de su habitación. No está. No está en su cama. En la habitación solo está Minhyuk dormido. Cierro la puerta con cuidado de no hacer ruido y suelto un suspiro de desilusión. Realmente, por unos segundos esperaba ver a Jaehyo durmiendo en su cama. Estoy preocupado, si no ha pasado la noche aquí ¿dónde la ha pasado? ¿En un hotel? ¿En casa de un amigo? No sé nada de sus amigos o con la gente con la que suele ir... ¡Que frustración más grande!

¿Dónde estás? Con esta pregunta en mi cabeza llego a la cocina y abro la puerta. Al instante, mi nariz se inunda de un olor exquisito y al alzar la vista veo la mesa llena de comida, muchos platos variados rebosan la mesa. ¿Qué es todo esto? Cuando oigo ruido al fondo, en los fogones. Alguien de espaldas está cocinando.

-Jaehyo.- Susurro. ¡Es él! Jamás podría confundir su figura, es de esas personas que, no sabes porque, pero tienen un toque especial que las hace inconfundibles. No me lo puedo creer. Estoy tan sorprendido de encontrármelo aquí que no se qué hacer. Pero de repente se medio voltea hacia mí y me mira. Una sonrisa aparece en su rostro y creo que mi respiración se detiene.

-Buenos días, Taeil.- Me dice sin dejar de sonreír. Yo no digo nada, no me sale. Solo me quedo allí con la boca abierta... sí, cómo un gilipollas.- Por favor, siéntate, quiero hablar contigo.- Yo le obedezco, sin decir nada me siento. Le observo cómo coge dos boles, me acerca uno y se sienta justo enfrente mío.- Eeh...- Parece que quiere decir algo, se le ve nervioso.- Primero de todo quería disculparme contigo. Ayer te dije cosas feísimas y no debí hacerlo. Tú solo le propusiste al jefe que nos partiéramos tu parte para hacerme sentir mejor, y en vez de agradecértelo me enfadé contigo. Lo siento mucho, Taeil.- Pronuncia la última frase mirando el bol, el cual tiene cogido con ambas manos. Parece realmente arrepentido...

-Tranquilo, te comprendo.- Termino por decir al cabo de unos segundos de silencio.- Fue culpa mía por no preguntarte antes tu opinión.- Por fin levanta la cabeza y me mira. Le sonrío.- ¿Pero dónde te has metido toda la noche? ¡¡Ah no perdona!! ¡Que no debo entrometerme en tus asuntos!- Se le abren los ojos dos segundos al oír mis palabras, pero al acto empieza a reírse. Son las palabras que me dijo cuando estaba cabreado.

-He dormido aquí, sólo que llegué tarde. Por cierto, te quedaste dormido en el sofá, ¿lo sabías?- Me dice medio riéndose. Yo solo noto cómo mi cara se calienta. Así que... así que fue él quien me llevó a la cama. Dios, qué vergüenza. Me sonrojo aún más al imaginarme en brazos de Jaehyo...- Tan bajito... ¿Cómo puedes pesar tanto?- ¡¿Qué?! Me quedo atónito mirándolo, con los ojos muy abiertos. Supongo que mi expresión es ridícula porque Jaehyo no para de reír. Termino tirándole una albóndiga que tenía a mano en la cabeza.

-¡Idiota!

-¡Eh! ¡Que es comida! No se juega con eso...- Dice Minhyuk aún desde la puerta. Jaehyo aún riéndose se agacha a recoger la albóndiga.

-Os he preparado el desayuno para disculparme por mi comportamiento, e irme sin decir nada.- Explica Jaehyo. Minhyuk mira la mesa y suelta un waa. Creo que al entrar solo se había fijado en la albóndiga voladora.

-¡Cuanta comida! ¡Qué bien! ¡Gracias!- Dice emocionado. Jaehyo y yo nos reímos de la cara de emoción que pone Minhyuk.

-Empecemos nosotros, los otros ya aparecerán...- Les digo.

-¡Buen provecho!- Suelta Minhyuk ya con los palillos en las manos y empieza a devorar. -¡Esta buenísimo!- Dice con la boca llena. Qué asco... Jaehyo come de manera más fina y educada. Le miro, pero es cómo si lo notara ya que a los dos segundos levanta la mirada y me pilla observándole. Me sonríe y yo también le sonrío. Señala la comida con los palillos y gesticula la palabra come. Asiento con la cabeza y cojo mis palillos. Empezaré por... ¡las albóndigas!

A los cinco minutos aparecen Zico, Ukwon y Kyung medio dormidos. Pero al ver la mesa llena de platos tan buenos se les abren los ojos y gritan de la emoción. Tras explicarles que es cosa de Jaehyo le dan las gracias y también se sientan a comer.

-Cómo Pyo no se levante pronto... ¡se va quedar sin desayunar! ¡Muahahaha!- Dice Kyung con un tono malévolo en broma. Todos nos reímos, pero tras este comentario Zico deja los palillos sobre la mesa y sale de la cocina. Yo me río pero ahora de la actitud del líder.  ¡No quiere que su amor se quede sin comer!

Reaparece dos minutos después. Trae a Pyo cogido por el brazo. Parece que este aún no ha abierto los ojos. Lo sienta a su lado y todos nos miramos... Kyung empieza a contar con los dedos uno, dos, ¡tres!

-¡Buenos días, Pyo!

-¡¿Has dormido bien?!

-Tienes que desayunar!

-¡Hola Pyo!

¡Despierta! ¡Eeeeh! ¡Despierta!- Empezamos a gritarle todos a la vez y los que están más cerca lo sacuden un poco. Pyo abre los ojos, parece asustado. Zico sonríe pero aparta las manos que lo tocan. Otra señal... Pyo vuelve a cerrar los ojos y apoya la cabeza soltando un gruñido raro. Pero de repente vuelve a levantar la cabeza con los ojos muy abiertos.

-¡¿Pero que es todo esto?!- Exclama. Dos segundos de silencio. Y todo estallamos en risas. ¡Es todo un personaje!

Nos terminamos casi todo de la mesa, y lo que no nos hemos comido lo guardaremos para la cena. Todos nos vamos a vestirnos porque en nada va a venir el manager con la furgoneta a buscarnos.

A los diez minutos ya estamos entrando en el ascensor. Todos estamos un poco tensos ahora... hoy nos toca empezar a grabar la primera canción del nuevo álbum. Y yo sin descansar casi nada... A ver cómo canto hoy... Salimos del ascensor y el manager ya está esperándonos en la puerta. Avanzamos a paso rápido hacia él. Veo cómo Zico le pasa un brazo por los hombros a Pyo y le acaricia con efusividad. Seguro que es para calmarle. Pyo siempre se pone muy nervioso los días de grabación.

De repente noto cómo alguien se me acerca y anda a mi lado. Es Jaehyo. Me coge la cabeza con la mano y me atrae hacia su pecho, medio abrazándome.

-Gracias otra vez por perdonarme- Dice en voz baja. Mantengo la respiración. Me aprieta un poco más y noto cómo me da un beso en la cabeza. Cuando me suelta no puedo reaccionar. Avanza a paso rápido hasta la furgoneta. Suelto todo el aire y no puedo evitar sonreír. Mierda, mi corazón va a mil por hora y juraría que vuelvo a estar rojo cómo un tomate. ¿Por qué Jaehyo?

Everything becomes chaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora