Nuestra Manera de Pensar

Capítulo 6: Festival deportivo (Parte 1)

"El día esperado ha llegado, es hora de escribir nuestros nombres con tinta indeleble en la historia del mundo, no como grandes héroes, ni tampoco como temibles villanos, si no como aquellos que tuvieron su propia manera de pensar"

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La fresca briza del alba acariciaba su rostro y removía sus rizos verdes, sus pisadas se escuchaban en el gran silencio que se formaba a esas horas y su agitada respiración a causa del ejercicio matutino se hacía presente.

Al fin había llegado, el día tan esperado por todos, el día del festival deportivo. Hoy todo acababa y hoy todo empezaba, pues la enigmática caligrafía del destino escribiría su historia hasta ese punto y desde ese momento ellos mismo tomarían las riendas del capítulo siguiente.

Las gotas de sudor perlaban su frente y el desenfreno de sus pulmones buscando aire lo hacía agotarse más. Había perdido la cuenta de cuánto tiempo había pasado, solo recuerda que la escasez de sueño se hizo presente en la madrugada y lo motivó a salir de los dormitorios para encontrarse con la frialdad de la noche.

Se detuvo.

Sus manos viajaron hasta sus rodillas, mientras intentaba oxigenar su cuerpo, esto no era nada para él, había llevado ejercicios mucho más fuertes en Estados Unidos, pero la adrenalina que invadía su cuerpo a causa de la emoción que sentía, lo habían hecho olvidar la forma correcta de ejercitarse.

—Cada vez falta menos para que los cuatro jinetes estén juntos— Izuku sonrió, le había gustado mucho estudiar en Yuei, sin embargo, ya había llegado la hora de comenzar con lo que durante los últimos años se planeó.

El festival deportivo, la competición más esperada por todo el mundo, aquel evento que despertaba la emoción tanto en participantes como espectadores, el evento donde muchos de los aspirantes a héroes conseguían una invitación a alguna agencia para hacer sus pasantías.

«Que emocionante»

Sin embargo, para Izuku, el festival deportivo significaba más que solo un evento, pues entre los gritos de emoción de las personas y el esfuerzo de los participantes, se escribirá en letras cursivas el inicio de aquel capítulo que finalizaría la interminable guerra de héroes y villanos. Y él junto con Kacchan, eran los que pondrían la primera letra en el papel.

Los rayos de sol comenzaron a hacerse presente y la calidez de la mañana comenzó a reemplazar la fría briza del alba, el peliverde se quedó observando el amanecer unos minutos, mientras seguía meditando sobre todo lo que pasaría dentro de unas cuantas horas.

—Ya me imaginaba que estarías aquí, seguro no has dormido nada nerd— Los fuertes brazos del alfa cenizo rodearon su cintura y un suave beso acaricio su mejilla.

—Estoy emocionado Kacchan, ¿Cómo podría dormir así?— Izuku se acurruco en el cuerpo de Katsuki y aspiró el fuerte olor que tenía, eso lo relajaba bastante.

—Si perdemos porque no estás al 100%, te mataré— el cenizo le dedicó una leve sonrisa y el peliverde no puedo evitar el devolvérsela.

—No perderemos Kacchan... Hoy es nuestro día— el peliverde con una de sus manos tomó el mentón del alfa, y depositó un suave beso en sus labios.

—Maldición... tan temprano y ya estas incitándome— Katsuki acercó su nariz al cuello del más bajo y aspiró el dulce olor a flores —Lastima que ya no tenemos tiempo, al menos por hoy—

Izuku rió y luego de ello, ambos se quedaron en completo silencio, mirando como poco a poco aquel majestuoso astro se habría camino en la espesura del cielo y deslumbraba al mundo con su luz. Nosotros seremos esa luz.