Narra Sebastian.
Mis sueños no eran tan pacificos desde hace años, me había acostumbrado tanto a las pesadillas que el soñar con unos dulces ojos azules, un agradable clima acompañado de risas y juegos, era en definitiva un gran cambió.
Me siento liberado, como si me hubiera quitado un peso de encima que no era consiente de que tenía.
Mi sueño era tan plácido que no quería despertarme pero al sentir como unas manos me movían los hombros no pude evitar abrir los ojos despidiéndome de ese dulce paisaje que me regalaba mi subconsciente.
Ciel-Buenos días dormilón.
Sonreí por el apodo tan adorable.
Sebastian-Buenos días.
Ciel me sonrió acunando mi rostro en sus manos mientras me quitaba el sueño del cuerpo estirándome en la cama.
Ciel-Sebastian, te sientes bien?
Sebastian-Si, mejor que nunca, siento que dormí por siglos. Que hora es?
Ciel-Casi medio día, pero, la verdad quería hablar contigo sobre algo.
Sebastian-Sobre qué?
Ciel-Te acuerdas de mi amigo Grell?
Sebastian-Era el chico de cabello rojo que estaba en tu fiesta?
Ciel-Ese mismo. Está ahora en la entrada esperando que salgamos con él, quería saber si querías ir.
Me parece extraño que su amigo quiera salir con los dos pero tampoco tengo nada mejor que hacer, me limito a decir un si rápido y salir de la cama para tomar una ducha.
Ciel-Te esperamos abajo, no tardes demasiado o enviaré a alguien para que te revisen.
Puse los ojos en blanco siendo consiente de que él no podría verme.
Sebastian-Claro, bajo pronto.
Ciel-Sé cuando pones los ojos en blanco.
Me dió un beso en la mejilla y salió de la habitación dejándome con un sentimiento de felicidad y algo de vergüenza por ese gesto tan espontáneo de cariño.
Bajo la cascada de agua caliente empece a reflexionar sobre mi vida en estos momentos, la conversación con Ciel fue mucho mejor de lo que esperaba, creo que muy en el fondo de mi corazón necesitaba saber que Ciel me seguiría amando aún sabiendo lo que me hizo mi primo cuando era un niño, oírlo decir que no fue mi culpa era todo lo que necesitaba oír.
De repente un pensamiento fugas cruzo mis pensamientos "¿Ciel a tenido alguna pareja antes de mí?"
Moví la cabeza regañando me a mi mismo por sentir una punzada de celos por imaginar a Ciel besando otros labios. Sé que no debería importarme incluso si fuera verdad pero aún así me sentía incómodo.
Nos golpeteos casi musicales me sacaron de mi ensimismamiento.
Fred-Hey amigo. ¿estás bien? ¿Tengo que entrar?
Sebastian-No, no entres. Ya casi salgo.
Fred-De a cuerdo pero apresúrate que Ciel se está poniendo nerviosito. Ya hasta parecen maridos.
Ignore su comentario y me seque el cuerpo colocándome la ropa y acomodando mi cabello para salir.
Al abrir la puerta Fred estaba esperándome con una sonrisa burlona apollado en la pared.
Sebastian-¿Qué?
Fred-A tí si que te gusta arreglarte cada que vez a Ciel ¿verdad?
Entre cerré los ojos formando una sonrisa sumamente forzada con expresión de "cállate bastardo".
Levantó sus manos en un gesto de rendición y con una sonrisa me llevo a la entrada de la mansión dónde nos esperaba otro auto diferente al que habíamos usado ayer pero otra vez de color negro.
Pude ver a Ciel discutiendo "amistosamente" con su amigo Grell que parecía disfrutar de su enfadó mientras su novio permanecía callado leyendo un libro.
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Síndrome De Estocolmo
FanfictionSebastian es un chico cualquiera de 19 años que tras la muerte de su madre empezar a trabajar como mayordomo trabajando para un chico menor que él que maneja una compañía de juguetes muy reconocida. Pero parece que su nuevo jefe no es tan inocente...