Narra Ciel
Tomar un baño con Sebastian era de las cosas más relajantes que han acontecido en mi vida desde hace mucho. El tranquilizador sonido de sus latidos y el suave movimiento de su pecho al inhalar y exhalar. Simplemente perfecto. O casi perfecto.
A penas terminamos de lavarnos el cabello el uno al otro cuando escuché un sonido extraño, una especie de gruñido, voltee el rostro en dirección a Sebastian que se encontraba avergonzado sujetándose el estómago.
Carajo, como pude olvidar que no come hace dos días !?.
Maldita calentura!.
Tome su muñeca para sacarlo del baño tan rápidamente que apenas le dí tiempo para envolver se una toalla pequeña atada en la cintura mientras me miraba buscando algo en mi armario.
Tarde unos minutos en concentrar ropa para los dos, tal vez le quede algo ajustada pero necesito verlo comer ya.
Sebastian-Ciel no te exaltes tanto, no me estoy muriendo o algo así.
Ciel-No has comido desde hace dos días Sebastian, no es sano eso y me preocupo por ti y tú salud, haz me el favor y sólo vístete para que podamos desayunar.
Sebastian abrió la boca pero la cerro casi de inmediato, tal vez sabe que tengo razón o simplemente no quiere discutir, yo tampoco quiero. Esta mañana a resultado ser muy linda como par estropearla con una pelea sin sentido.
Sebastian y yo nos vestimos sin mirarnos, no entiendo por qué él sigue sintiendo pena de verme o de que lo vea a el desnudó pero bueno que se le va a hacer, una vez ya más presentable bajamos al gran vestíbulo donde encontramos a Tanaka que nos guió hasta el comedor donde nos esperan un pequeño banquete que se miraba muy apetecible, nos sentamos y nos deleitamos con la deliciosa comida que teníamos enfrente. Me tranquiliza mucho ver a Sebastian comer tan bien, debía de tener mucho hambre para comer tan rápido, solté una pequeña risita al notar como mi camisa le quedaba tan ajustada que los botones se abrían cuando movía los brazos.
Sebastian-Que te parece tan gracioso?.
Ciel-No nada.
Sebastian-Ciel dime.
Ciel-No es nada en serio, sólo que mi camisa te queda muy pequeña.
Sebastian-Ciel eso no es para reírse, era obvio que me quedaría pequeña, además, enserio no podíamos ir por mi ropa?.
Ciel-No, necesitabas comer, el resto puede esperar.
Sebastian-Ciel creo que exageras... Aún así gracias por preocuparte.
Ciel-No agradezcas, lo hago por que quiero.
Nuestras miradas se encontraron de una manera distinta, distinta a todas las otras miradas que habíamos compartido, sus ojos se miraban luminosos y lograban sacar a relucir una sonrisa en ambos, puede que no logré entender que pasa por su cabeza pero puedo decir con seguridad que a cambiado la forma en la que me vé, eso llena mi corazón de una gran alegría pero aún así esa punzada de preocupación por su comportamiento reciente no desaparece, espero que la doctora pueda dar algo de luz en este asunto.
Nuestro desayuno era muy agradable, platicamos un poco sobre trivialidades hasta que Sebastian me pidió permiso para ir con una amiga a visitar la tumba de su madre, debo admitir que me sentí algo celoso hasta que me pregunto si también podía ir con ellos, visitar a Lilith en su tumba era algo que no esperaba hacer pero la idea no se me hacia desagradable, accedí a llevarlos el fin de semana que no tendría que trabajar. Me agradeció pero pude ver en sus ojos un destello de tristeza o melancolía, no puedo culparlo, enserio la amaba tanto como ella lo amo a él, no quería ver sus ojos tristes así que cambie de tema contándole la vez que Fred se atoró en un tronco cuando éramos niños y como vinieron los bomberos a sacarlo, ambos explotamos en risa olvidando nos de esa tristeza anterior.
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Síndrome De Estocolmo
FanfictionSebastian es un chico cualquiera de 19 años que tras la muerte de su madre empezar a trabajar como mayordomo trabajando para un chico menor que él que maneja una compañía de juguetes muy reconocida. Pero parece que su nuevo jefe no es tan inocente...