Narra Ciel
Sebastian fue de a poco cerrando sus ojos, la desesperación me lleno y me subí al primer auto que pude con Sebastian en brazos, ordene a quien fuera a oírme que entrara y condujera al hospital. Alguien entro al auto y arranco rápidamente, tuve que tomar a Sebastian para que no se cayera.
Victoria-Tápale la herida, usa tu camisa si es necesario.
Me quite como pude el chaleco anti balas y me quite mi camisa colocándola en la herida de Sebastian haciendo presión. Estando en la carretera empezamos a oír una sirena a lo lejos, los policías como siempre llegan tarde.
Cuando todos los autos nos pasaron de largo por la radio se escuchaba una voz diciendo "ahora que hizo este niño".
Ciel-Apágalo, no quiero oírlos ahora.
Victoria sin decir nada apago la radio y acelero mucho mas haya del limite de velocidad permitido en el país.
Mientras miraba el rostro pálido de Sebastian pude sentir como lagrimas cálidas de desesperación bajaban por mis mejillas, todo esto es mi culpa.
un frenazo me saco de mi ensimismamiento notando que por fin llegamos a un hospital de urgencias, abrí parido la puerta siendo rebasado por Victoria que entro corriendo al hospital y saliendo segundos después con tres personas mas detrás de ella que quedaron con cara de idiotas al verme con Sebastian en brazos y lleno de sangre. Entre rápidamente al hospital mientras los enfermeros gritaban por una camilla.
En cuestión de nada trajeron una donde puse a Sebastian y ellos salieron disparados al interior del hospital dejándome en la sala de espera.
Victoria-Tranquilo Ciel, Sebastian esta en buenas manos.
No pude responder, pocas veces e sentido un terror tan profundo, Sebastian podría morir todo por mi obsesión.
Victoria estaba hablando con la recepcionista que disimulaba muy mal su curiosidad por la situación.
Sin sentir el cuerpo camine fuera del hospital sentándome en el auto mal estacionado.
Después de lo que bien pudieron ser horas empecé a sentir gordas gotas de agua caer del cielo, incapaz de volver a entrar al hospital me metí al auto esperando que todo estuviera bien.
La lluvia torrencial convirtió el auto en un congelador por lo que decidí encender el auto y dar un paseo para despejar mi mente, mientras salía del hospital pude ver a Victoria haciéndome señales con las manos pero decidí ignorarla, recorrí las calles sin destino aparente hasta que por asares de la vida llegue a la comisaria notando uno de los autos que mis hombres utilizaron para ir al rescate de Sebastian.
Suponiendo lo que paso estacione y entre en el edificio recibiendo inmediatamente las miradas asombradas de los oficiales presentes. Dejaron sus tasas de cafre y empezaron a correr gritando " jefe, esta aquí".
Llego un hombre alto y musculoso que por desgracia conocía bastante bien. Era el teniente Mark, quien me arresto un par de veces por peleas poco importantes. Cosas de adolescentes supongo.
Mark-Vaya, pensé que tendría que buscarte debajo de las piedras pero mírate aquí.
Ciel-Donde están mis hombres.
Mark-Vaya osadía, están atrás, te llevare con ellos.
Ciel-Primero voy llamar a mis abogados.
Por su cara puedo suponer que recuerda a mi equipo legal, sabe que casi nada lograra que salga perjudicado de esto.
Mark-No lograras salirte tan fácilmente de esto ricachón, mataron a muchas personas.
Ciel-Teléfono.
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Síndrome De Estocolmo
أدب الهواةSebastian es un chico cualquiera de 19 años que tras la muerte de su madre empezar a trabajar como mayordomo trabajando para un chico menor que él que maneja una compañía de juguetes muy reconocida. Pero parece que su nuevo jefe no es tan inocente...