Voces

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Capítulo 8

Pov por Rose

—¿Rose, estas bien?

No, no me encontraba bien.

Volví a mojar mi rostro con el agua helada. Mi corazón no dejaba de latir como un salvaje dentro de mi pecho. Mi garganta estaba seca por completo y entonces, esa voz que no dejaba de hablar tan rápido y sin sentido dentro de mí cabeza.

Una oleada salvaje que no lograba controlar. Me vi en el espejo, me vi, me vi, me vi, me vi...

Corrí por el gran jardín de esa casa. No importo si estaba desnuda, nadie me detuvo cuando atravesé la puerta. Quería escapar. Entonces me encontré con el gran muro alrededor, traté de buscar una salida o un lugar que me ayudara a pasarlo, pero me tomaron esos hombres por la espalda arrastrándome de regreso a esa casa del infierno.

Termine arrodillada delante de esa mujer despreciable y de un hombre mayor oculto detrás de ella.

Lleve mis manos a la cabeza recordando ese momento. Necesite recostar el cuerpo sobre la pared del baño intentando recuperar el aire que me estaba haciendo falta. De nuevo me vi en el espejo con una risa torcida que no me pertenecía.

—¿Quién es, Veruska? —Veruska. Veruska. Veruska.

Memorice el nombre, no debía olvidarlo. Miré a la morena con un paño en su cabeza manchado de sangre por el golpe que le di antes de huir de la habitación.

—Una distracción para Demetri. Me encargare de ella.

—¿Por qué pierdes tu tiempo en Demetri?

Y entonces, no comprendí nada más. Hablaban en italiano. El hombre hablaba con carácter, Veruska reprochaba como una cría y cuando el hombre levanto su dedo en señal de advertencia, Veruska callo. Él se marchó sin importar dejarme tirada en el suelo ante los ojos de todos esos hombre que esperaban el momento en que quitara mis manos para ver mis senos.

—Levántate, te llevare a casa, niñita.

—Esto no se quedará así.

Se acerco a mí, sujeto mi cabello con agilidad:

—Por supuesto que no se quedara así, no olvidare esto —Señalo el golpe en su cabeza—. Veras lo que te va a pasar.

¿Entonces que paso? Trate de recordarlo. Me mire de nuevo en ese pequeño y asqueroso espejo del baño.

Rómpelo.

Coloque mis manos en él.

Rómpelo.

Mire mis ojos, las ojeras de la noche de insomnio que pase. De nuevo mi frente estaba perlada por el sudor, no importa cuantas veces tragara saliva con la intención de aclarar mi garganta. No lograba que esa sensación desapareciera.

Mírame, mírame, mírame...

Busque alrededor ese susurro. Golpeaban la puerta del baño, bum, bum, bum... Cada golpe iba a mi cabeza sacudiéndome.

Rose, mírame.

—¿Dónde? ¿Dónde estás?

No sé a quién le hablaba. No sé qué es lo que estaba haciendo en realidad. Entonces me vi de nuevo en el espejo.

Before AetérnumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora