Before Aetérnum

El gris en mi vida

CAPÍTULO 2

Pov por Rose

Tome un sorbo del daiquiri de fresa, el tercero de la noche. Las luces continuaban cambiando de colores con el ritmo de la música y mi compañero de barra no dejaba de observarme con esa risa estúpida. Relamía sus labios después de un sorbo del líquido ámbar que pidió, acariciaba su barbilla disimulando su risa de modelo de revista.

Magnífico, susurraba una voz en mi cabeza relamiéndose los labios cada vez que miraba de los pies a la cabeza a Demetri Sotomayor. El hombre perfecto no existe, y este debe poseer algún defecto.

—Tengo hambre.

—Podemos pedir algo que quieras.

—No, Rogelio prometió invitarme la cena.

Miramos la pista de baile sin ver señales de mi hermano, lo sabía, me había abandonado con el friki de los juegos online.

—Esta noche invito, Rose.

—¿A qué precio? Esta noche me invitas y mañana te cobras el favor en la cama, ¿me equivoco?

Sonrió, lo que fue un éxito para mí. Descubrí su plan.

—No tengo esa intención.

—Nadie da nada sin recibir nada a cambio. Porque conformarnos con un pedazo del pastel si podemos tenerlo completo. Lamento que te equivocaras conmigo, Sotomayor. —Deje la copa vacía en la barra—. Eso es por hacerme venir y perder mi tiempo viendo tu cara bonita. Este fue un hola y adiós para nosotros.

Di media vuelta sin saber a dónde ir por Rogelio, me debatía entre largarme y dejarlo tirado o buscarlo para no irme sola. Recibí empujones de personas sudadas apestando a diablos, el olor a hierba estaba en toda la disco. No importa si consumes o no, no hay forma de salir de allí ligeramente tocada.

En medio de la multitud un cuerpo se pega a mí, un brazo sujeta mi cintura con facilidad que miro detrás asustada encontrándome con el rostro de Demetri.

—Deja que te acompañe.

Nos empujó a ambos fuera de la pista de baile quedando del otro lado cerca del escenario del Dj en donde mi hermano estaba ligando con una chica. Es un milagro que las partes importantes de su cuerpo estuvieran cubiertas por ropa. Él se olvidó por completo de mi dejándome en compañía de un completo extraño.

—¡Lo voy a matar!

Golpeé el pecho de Demetri con mi bolso dispuesta a ir con Rogelio para arrastrarlo fuera del local. Estaba furiosa... y él tan ebrio.

—¡Rooo! ¡Es mi hermana! No es mi novia —Le aseguro a la chica a su lado—. Todos piensan que es mi novia.

La música cambio y todos celebraron al conocer la canción. Iniciaron un coro a todo pulmón que incluso Rogelio siguió. Me encontré desencajada por completo mirando a mi alrededor encontrándome solo con Demetri que me devolvió el bolso. Se inclino a mi oído para decirme 'Sal, espérame en la entrada. Sacare a Rogelio de aquí'.

¿Y si me marcho y ellos se quedan aquí? Sería un buen castigo para Rogelio. Al salir de la disco encontré las silenciosas calles. Los locales de comidas estaban cerrados y al cerrar las puertas de la discoteca el sonido dejaba de existir.

Busque en mi bolso el móvil sin tener llamadas o mensajes, pero si 5% de batería y ni una sola moneda en mi bolso con que pagar un taxi. Llegar a casa a más de las tres de la mañana haría que mi madre me matara, tampoco tendría con que pagar. Fue una mala decisión, lo sabía.

Volví a escuchar la música detrás de mí y esta vez fue por Rogelio quien iba cantando a todo pulmón con Demetri.

—¡Allí estaaas...!