Los días pasaron, los mandamientos luego un encuentro con Meliodas que termino con Galand recibiendo una paliza del rubio (a quien supuestamente había asesinado junto a otros más) optaron por separarse por parejas (las cuales eran Galand y Melascula, Derieri y Monspiet, Fraudrin y Grayroad, Gloxinia y Drole) para conquistar Britannia, quedando en Edimburgh únicamente Estarossa, Zeldris y Eirian.
– Ustedes dos... -Llamó el líder de los mandamientos serio igual que siempre- ¿Qué van a hacer ahora? Preguntó viendo al mandamiento del amor quién sólo estaba recostado en un rama y Eirian quien estaba sentado a un lado–
– Uhm... Me gustaría ver los pueblos humanos antes de que sean destruidos en la conquista -dijo el pelinegro girandose a ver al menor en edad y luego miro al peliplata desde su lugar- ¿Me acompañas Estarossa? ¡Será entretenido! –
El peliplata, perezoso hizo una mueca, abrió sus ojos para ver al pelinegro y negar aquella proposición, pero la tierna carita del muñeco fue más fuerte que él, un suspiro salió de sus labios y asintió con la cabeza, para luego solo decir un " – Bien – " y levantarse de su sitio, Eirian contento por haberlo convencido abrazo al mayor, dando un beso en su mejilla.
Después de la vez que ellos hicieron cosas que no son nada inocentes, su relación habían cambiado un poco, Estarossa se portaba más protector con Eirian y más cariñoso también, no eran pareja formalmente ya que jamás tocaron ese tema, pero todos sabían que meterse con el muñeco de cabellos negros era mas que suficiente para que el Mandamiento del Amor te matará de la forma más cruel y lúgubre que pudieras pensar.
Eirian en su inocencia que lo caracterizaba veía el comportamiento del peliplata con ternura, después de todo solo quería protegerlo, ¿verdad? ¿En eso no había nada de malo, verdad? No, claro que no, pero Estarossa iba más allá el mandamiento se ponía celoso de cualquier cosa o persona que se le acercará a Eirian por lo que literalmente las eliminaba, la única excepción eran los mandamientos, puesto que estos tenían una fuerza considerable y él solo no podría con los diez... Lo que el demonio de cabellos platinado sentía por el mas joven había caído en una terrible obsesión, para él aquel muñeco era de su propiedad, nadie más podía tenerlo, solo él...
Tanto el muñeco como el demonio habían partido en camino a alguna aldea humana, lograron visualizar una, Estarossa por petición de aquel capricho que el pelinegro tenía de ver las sociedades de los humanos descendió cerca de esta, miro como Eiran observaba las cosas con fascinación en su mirada y sonrió, el menor siempre había sido muy curioso, eso lo sabía con mucha claridad. Por un momento el de menor altura salió de su vista, miró a los lados, buscandolo incesantemente, empezó a caminar en un intento por encontrarlo cuando sintió como su ropa era jalada por una pequeña mano, al voltear a ver se topo con Eirian que tenía en sus brazos una pequeña mota peluda y lo miraba con entusiasmo.
- ¡Estarossa! ¡Mira! -empezó con entusiasmo al peliplata y le enseño aquello que tenia en sus brazos, un pequeño gatito de color blanco con una mancha negra en uno de sus ojos, hizo una mueca al oír a aquel animal maullar, pero se contuvo de decir algo viendo el rostro tan dulce de su pequeño, ilusionado con aquel animal- ¿No es lindo? ¡Estaba solito en una caja! ¿Me lo puedo quedar? Lo voy a cuidar muy bien -
El peliplata solo soltó una risita al escucharlo.
- ¿Eres consciente que si lo llevas a donde nos reunamos con los demás lo matarán, no es así? -cuestionó el peliplata mientras que miraba al de cabellos negros, la mirada de este paso de una emocionada a una de terror absoluto- te lo puedes llevar si puedes lidiar con eso -
- ¡Noooooo! ¡El gatito no! -dijo asustado y apretó un poco al felino contra su cuerpo, el minino se removió incomodo- ¿Si lo dejo aquí no le sucederá nada? -le pregunto al mayor viendolo unos momentos antes de volver a ver al gato-
Estarossa solo se encogió de hombros sintiendose algo mal por la manera en que había reaccionado el pelinegro.
- No se morirá, eso si te lo aseguró -
Se limito a responderle aquello a Eirian, este miro al gato en sus brazos un momento para después tomar algo de aire y asentir con la cabeza decidido, se acerco a un callejón cercano a donde estaban, dejó al animal allí antes de regresar junto al mayor y tras eso continuaron su recorrido.
Aquel paseo tan aparentemente tranquilo hizo que el corazón de Eirian se regocijara por la calidez repentina que invadió su pecho... Era una sensación diferente a la ultima vez, pero buena, como si... El dolor y el pesar que su corazón cargaba desde hace tres mil años empezará a alivarse poco a poco.
Los días pasaron para ambos del mismo modo, hasta que un evento sucedió y las cosas empezaron a torcerse muy poco a poco... El festival de lucha que Drole y Gloxinia habían organizado había traído consigo algo que para ambos bandos (Los Siete Pecados Capitales y Los Diez Mandamientos) había sido un gran impacto, para bien o para mal, la muerte de Meliodas a manos de Estarossa.
Eirian no estaba sorprendido por esto, sabía del rencor que sus amigos, los Mandamientos, tenían en contra del rubio, es mas... Él mismo sentía cierto rencor por el hijo mayor del Rey Demonio, estaba resentido por todo el daño que este había ocasionado a las personas que él apreciaba, no lo era contra él, también contra aquella diosa que había sido maldecida con él, Elizabeth, la hija de la Deidad Suprema; aunque por alguna razón lo que sentía por ella iba mas allá... Era una rabia mas fuerte que la que sentía por el rubio.
Las semanas pasaron hasta que fue un mes de la muerte del rubio, los mandamientos tomaron la decisión de atacar la sede donde los Pecados se resguardaban...
Aquello sería el inicio del fin, aunque ninguno lo sabía.
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Memories Of Love 《 Estarossa/Mael 》 |Yaoi|
FanfictionToda gran creación siempre pasa por una fase de pruebas, una que puede terminar bien como puede terminar mal... Pero eso no lo detendría. Después de todo hablamos del Mago Gowther... Tras la muerte de su amada Glariza, el demonio busco un modo de cr...