IV

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Tras aquel beso la reunión entre Mael y Eirian termino, los dos estaban confundidos en extremo.

Eirian había sentido como su corazón se rocijaba alegre al recibir el beso que le había dado el peliplata, sin embargo el azabache tenía algo en mente que lo inquietaba, ¿no se suponía que Mael estaba enamorado de Elizabeth? ¿Por qué lo había besado? Por una parte Eirian quería pensar que Mael gustaba de él y esa había sido su manera de declarar sus emociones, pero por otra parte el pelinegro pensaba que quizás estaba siendo utilizado por Mael como un medio para poder olvidar a la diosa que obviamente no lo quería. Eirian también sabía que quería a Mael como más que un amigo, pero debido a su inocencia sentía como sus nervios afloraban enormemente al solo pensar en aquello que había sucedido.

Mientras tanto Mael estaba completamente confundido por lo que había hecho, ¿por qué beso a Eirian? Había sentido un impulso que le decía que lo hiciera y al ver los ojos grisáceos observando fijamente los suyos y su pequeño y delicado rostro, simplemente no resistió... ¡Era mucha confusión! ¿Le gustaba Eirian? ¿No se supone que estaba enamorado de Elizabeth? ¡Ambos eran excelentes personas!

Por un lado Elizabeth siempre había estado con él, la conocía desde hace más tiempo del que conocía a Eirian, era amable y jamás lo menosprecio, pero ella había traicionado a su raza, había lastimado su corazón saliendo con un demonio y jamás correspondería a esos sentimientos... Mientras que Eirian era dulce, inocente y tierno, como un niño pequeño, jamás lo atacó ni lo juzgo por ser de otra raza, siempre lo apoyaba y escuchaba, y él jamás había hecho algo por lastimarlo, era tierno y adorable como un peluche y siempre estaba ahí para él...

El peliplata soltó un suspiro, no sabía que hacer, pero tenía algo claro, lo que sentía por Eirian no era algo que quería dejar pasar, ese sentimiento había crecido en él lentamente sin que se diera cuenta, y era agradable, sentía una inmensa felicidad al estar junto a Eirian, quería abrazarlo todo el tiempo, sentir su cuerpo cerca de él y no dejarlo ir.

Sin que lo notará el peliplata, su hermano mayor, Ludociel observaba curioso el comportamiento de su hermano, estaba distraído, en las nubes, pero no le dijo nada en ese momento... Recientemente noto que el menor salía constantemente y no le decía a nadie a donde iba, Ludociel le había cuestionado acerca de esto, pero el menor le respondió con evasivas por lo que finalmente el pelinegro decidió que lo mejor sería seguirlo y dejó de interrogar a Mael sobre sus salidas constantes.

Unos días después del beso entre Mael y Eirian, ambos volvieron a reunirse en el lago de siempre. Ninguno tocó el tema del beso en el primer momento, llegaron, hablaron como lo hacían siempre, ignorando un poco los nervios de ambos y la pequeña tensión que había, hasta que finalmente fue Eirian quien preguntó por aquel beso...

- Mael... -Llamó el menor a su acompañante- ¿Po-por qué me besaste hace unos días? Yo creí... Creí que te gustaba Elizabeth... -Preguntó con nervios el pelinegro, pero decidido-

Mael lo vio un poco sorprendido, no sé esperaba que el pelinegro fuera tan directo, pero no lo culpaba...

El arcángel suspiró profundamente y miró al azabache.

- Eirian... Elizabeth no tiene nada que ver en esto -contestó firme el peliplata mirando al azabache-  ¿De dónde sacas esa idea? -Preguntó-

Eirian miró a otro lado nervioso y finalmente contestó.

- Es que... Recuerdo que me dijiste que te gustaba ella y lucías muy enamorado... -Murmuró viendo hacia otro lado- Yo... Yo no quisiera, no me sentiría cómodo si me besaste por despecho... -Dijo nervioso con la mirada baja-

Mael no contesto, solo acaricio con delicadeza el rostro del pelinegro, delineando sus facciones.

- No vuelvas a decir eso en tu vida Eirian... -Dijo y alzó un poco el mentón del menor para verlo a los ojos- yo jamás me atrevería lastimarte ni a hacerte ningún daño, no sería capaz de usarte para olvidar a Elizabeth... -Expresó con seriedad el de cabellos plata-

- Entonces, ¿por qué...? -

- Porque... -Empezó y soltó un suspiro- Eirian, yo siento algo por ti, algo que es más que una amistad, quizás no me correspondas, pero yo solo... Quería decirte eso -dijo con nervios el arcángel, en sus mejillas se posó un tenue sonrojo-

Eirian está en shock, no sabía que decir ante eso, ¡lo había tomado totalmente de sorpresa!

Mael suspiró, desanimado, pensaba que el silencio del pelinegro era una negativa, por lo que estaba por irse, cuando sintió unos brazos pequeños y delicados rodear su torso, y vio a Eirian que lo miraba con una enorme sonrisa en sus labios, su pálido rostro hacia más notorio el sonrojo en sus mejillas y miraba con ternura al Arcángel.

- ¡Yo también siento algo por ti Mael! ¡Es algo muy lindo que me hace sentir felicidad cuando estoy a tu lado! -Dijo con una sonrisa y el peliplata tomo su rostro entre sus manos, acercándolo al suyo-

El arcángel depósito un tenue beso en los labios del pelinegro haciendo que este riera avergonzado.

- No sabes cómo me alegra oír eso pequeño -dijo sonriendo el peliplata- yo también me siento feliz a tu lado y no quiero separarme de ti nunca -

Esta vez, quién tomo la iniciativa fue Eirian, besando a Mael, pero el beso fue corto, inconforme con esto, el peliplata beso nuevamente a Eirian, está vez el beso era más profundo e intenso que los anteriores, pero no perdía el cariño y la ternura que el arcángel trataba de demostrarle a su pequeño.

El resto del día de ambos paso de ese modo, entre inocentes caricias y besos, que a veces subían un poco de tono, pero nada más, sin embargo la noche se acercaba y ambos tuvieron que irse, pues se les había ido el tiempo y habían terminado por olvidarse de otros asuntos que debían atender en sus respectivos clanes, pero en el criterio de ambos, aquel retraso había valido la pena.

Memories Of Love 《 Estarossa/Mael 》 |Yaoi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora