XII

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Los dos amantes continuaban abrazándose con cariño, aferrándose el uno al otro como si de eso dependiera su vida.

Luego de algunos minutos Mael, separando un poco el abrazo, seco las lágrimas que mojaban las mejillas de Eirian y posteriormente dio un pequeño beso en los labios del más bajo. Eirian río y volvió a besar al mayor.

– Te extrañe demasiado Eirian... -Empezó el peliplata, acariciando suavemente las mejillas del pelinegro- Extrañe tus lindos ojos, tu piel tan suave, tu lindo cabello... Todo de ti lo extrañe tanto -dijo delineando suavemente el rostro del pelinegro, en el cual floreció un sonrojo fuerte- no quiero dejarte ir nunca –

– Yo también te extrañe Mael... -Dijo el más bajo sonriendo- este último mes fue el más duro de mi vida... Pero ahora estás aquí conmigo, ¡y eso realmente me hace feliz! –

Mael esbozo una sonrisa y beso con ternura al menor, aquel beso fue aumentando su intensidad de a poco. Las manos del peliplata bajaron a la cintura del más bajo, apegando así más a él el cuerpo de su amado, mientras que los brazos de Eirian rodearon el cuello del mayor, enredando sus dedos suavemente entre el cabello largo del arcángel.

Cada cierto tiempo se separaban para poder tomar aire, tiempo que Mael usaba para ver con detenimiento el rostro sonrojado de Eirian, él cual aunque aún no perdía la pena, no quería que Mael se detuviera.

Los besos del arcángel empezaron a bajar hacia el cuello del menor, dando en este suaves besos y una que otra mordida, las cuales se hicieron algo más fuertes, dejando marcas en el cuello del más bajo. Eirian por su parte no podía evitar soltar algunos gemidos y jadeos por las sensaciones que le brindaban los cariños de su amado, avergonzado tapo con su mano su boca intentando callar sus gemidos, Mael río ante eso y con cuidado quito la mano del menor.

– No hagas eso... Quiero escucharte Eirian -murmuró el peliplata en el oído de su pareja, lo cual le hizo estremecer ligeramente- tu voz es hermosa, déjame escucharla –

Y tras esas palabras el más alto continuó con lo que hacía, la vez anterior que se habían reunido, Mael había notado que a Eirian le gustaba bastante cuando el peliplata le daba besos en su cuello, y quería comprobar esa hipótesis.

Al pasar los minutos, la situación había escalado con rapidez, las ropas de ambos empezaban a estorbar por lo que Mael procedió a quitarle a Eirian su ropa y hacer lo mismo con la de él. El pelinegro se sonrojo avergonzado y como pudo cubrió su cuerpo, nunca había estado en esa situación antes así que le daba vergüenza; Mael al notarlo, sostuvo los brazos del más bajo dejando su cuerpo expuesto, mirándolo con detenimiento... Simplemente era hermoso, para el arcángel era los más hermoso que había visto.

– No te cubras Eirian... -Dijo dando caricias a lo largo del torso del pelinegro delineando su figura- eres hermoso... Tu piel, tu cuerpo, todo de ti... –

El rojo en el rostro de Eirian se hizo más fuerte, pero aquellas lindas palabras del peliplata fueron suficientes para que el menor perdiera un poco la vergüenza, besando los labios del peliplata acariciando con suavidad los fuertes brazos del arcángel, una de las cosas que a Eirian más le gustaba del arcángel era su musculatura, era tan fuerte y guapo que a Eirian le inspiraba un sentimiento de protección enorme.

Mael se dió cuenta de eso y sonrió viendo ese detalle, con cuidado tomo la mano del pelinegro y la puso sobre su pecho.

– Eirian tocame tu también... Quiero sentir tus manos -pidió el peliplata, mientras su mano libre bajaba a apretar un poco una de las nalgas del más bajo- te amo mi pequeño... –

Eirian se estremeció un poco al sentir como la mano del peliplata jugaba con su trasero y soltó un pequeño gemido aferrándose al mayor.

– Mael... Yo también te amo, mucho mucho -dijo mientras miraba con amor al peliplata- quiero estar a tu lado siempre... -Continuó mientras abrazaba con fuerza al mayor- siempre... –

Eirian tenía un mal presentimiento desde hacía días atrás, creía que el plan de su hermano fallaría y que ahí radicaba ese mal presentimiento, pero no... Aún seguía ahí, inquietando sus pensamientos.

– Oye... Pequeño, mirame -dijo tomando el mentón del menor haciendo que lo mirará- No se que es lo que te inquieta, pero si se una cosa... Y es que quiero amarte y estar contigo, en más de un sentido -dijo y su mano bajo hasta la intimidad del más bajo, la cual estaba ya algo erecta

– Mmm ah Mael... -De los labios del pelinegro salió un gemido al sentir la mano del mayor- Mael, querido... Yo no me había sentido así antes, solo quiero... Quiero estar contigo y sentir todo de ti –

– Ven aquí mi amor -dijo el peliplata sentando a Eirian sobre su regazo- esto te dolerá un poco, ¿si? Pero después te va a gustar –

Eirian asintió con la cabeza algo apenado y puso sus manos en los hombros del pelilargo. Las manos de Mael se posaron en el trasero del pelinegro y luego de jugar con esa parte unos segundos, acercó a la entrada del más bajo uno de sus dedos rozando aquel lugar suavemente.

El menor se removió un poco incómodo al sentir el contacto en ese lugar, lo cual aumento un poco al sentir como el dedo del mayor se introducía en su interior.

Con los minutos que pasaron, la incomodidad del menor disminuyó, volviéndose en placer, la cantidad de dedos del peliplata en el interior del más bajo.

El pelinegro no pudo evitar soltar gemidos de placer ante aquellas sensaciones que para él eran tan nuevas, Mael lo observaba complacido, sus mejillas sonrojadas, los bellos sonidos que salían de la boca del menor, su hermoso cuerpo, todo eso excitaba al verlo y no podía evitar que su miembro se pusiera cada vez más duro.

Eirian noto aquello al mover un poco sus caderas por accidente y rozar ambas intimidades, notando el gran tamaño de la virilidad del arcángel.

Llegado cierto punto, el peliplata acomodo al pelinegro su miembro para poder introducirlo poco a poco con cuidado en la entrada del azabache.

Ngh... Ah... Mael duele... -Se quejó el menor aferrándose con fuerza al peliplata

– Mmm calma pequeño -dijo acariciando el cabello del más bajo- falta poco, ¿si? Respira –

Luego de decir esas palabras, el mayor termino de introducir su virilidad dentro del menor, así que se quedó quieto esperando a que el azabache se acostumbrara a esa sensación y pudiera moverse.

Fueron solo unos momentos los antes de que Eirian se acostumbrara a aquella sensación y Mael pudiera moverse con más libertad... Entregándose ambos en un acto de amor y pasión en aquel día.

Memories Of Love 《 Estarossa/Mael 》 |Yaoi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora