El tiempo continuo pasando, los viajes de Eirian fuera del Inframundo eran cada vez más constantes, puesto que ahora junto a Gowther, él cual se había vuelto parte de los Diez Mandamientos gracias al Rey Demonio algunos años antes de la creación de Eirian, ahora debía ayudar en la lucha en la Guerra Santa, claramente ninguno tenía mucho interés en eso, Gowther solo obedecía órdenes en contra de su voluntad, y ni siquiera era él realmente, sino un muñeco que había creado, el proyecto tan importante en el que trabajaba, y Eirian solo obedecía a su creador.
El pelinegro era muy inocente, difícilmente luchaba la violencia y los conflictos le resultaban muy desagradables, pese a haber pasado una buena parte de su existencia en el Inframundo, el pequeño azabache aún mantenía aquella personalidad tierna e inocente como un niño, el cual no conoce las maldades que el mundo resguarda. Esto causaba ternura en algunos de los Mandamientos, el cual era el caso de Melascula, Derieri y también en su mismo creador, él cual era extremadamente protector con su pequeño, pues sabía que Eirian podía llegar hacer muy inocente para su propio bien.
Semanas atrás había notado como su pequeño hijo estaba más feliz de lo usual, pero también como aquellas salidas constantes del clan duraban mas de lo pautado, probablemente el azabache se había hecho amigo de alguna persona de otro clan, sin embargo no lo cuestionaría, su pequeño lucía feliz y no parecía que eso los afectará de algún modo para mal.
Cierto era que Eirian en era un alma pura y amable, incluso demonios como Zeldris, uno de los príncipes demoniacos, no podían resistirse a la ternura del pelinegro, sin embargo ambos eran muy buenos amigos, lo cual a algunos les resultaba un poco extraño, ya que el príncipe no acostumbraba a ser alguien precisamente sociable. Pero quizás esa ternura e inocencia que Eirian desprendía eran lo mismo que lo volvía tan interesante para el arcángel de cabellos platas.
Tras un par de semanas sin haberse visto, nuevamente iban a reunirse en aquel lago aquel par de amigos que pertenecían a clanes opuestos, Eirian y Mael, para los dos aquella amistad se había vuelto muy importante, ambos se tenían una enorme confianza, se contaban toda clase de cosas (por ejemplo, el peliplata le había comentado al azabache acerca de como se sentía tras haberse enterado de la relación de Elizabeth, la chica que le gustaba, con Meliodas, un demonio; y Eirian le contaba a Mael sobre sus viajes, lo cual para el azabache era lo más importante que había en el mundo), con la excepción de asuntos de sus respectivos clanes, ya que a pesar de lo mucho que les importaba su amistad no estaban dispuestos a traicionar a los suyos.
Ese día, el peliplata llevaba esperando casi una hora al azabache, pues el menor se había atrasado de la hora que usualmente era en la que se veían, Mael empezaba a preocuparse, Eirian era demasiado inocente y se distraía con facilidad, podían lastimarlo, matarlo o peor, ¿qué sería peor? Mael no lo sabía, pero tampoco querría saberlo.
- ¡Mael! -Se oyó a lo lejos como una fina voz exclamaba el nombre del peliplata, él cual inmediatamente vio en esa dirección, topándose con el pelinegro que estaba esperando- ¡Disculpa la tardanza! -
De los labios del arcángel salió un suspiro de alivio cuando vio al azabache llegar a aquel lago y se acercó a él, teniendo que inclinar un poco la cabeza al estar frente a Eirian, pues la diferencia entre las alturas de ambos se notaba bastante.
– Llegaste tarde Eirian... –Dijo el peliplata viendo al azabache– me preocupa al ver que te retrasadas, ¿qué estuviste haciendo? –Cuestionó–
El pelinegro soltó una risita nerviosa, se había distraído conversando con Derieri y Melascula en el inframundo.
– ¡Lo lamento! –Exclamó avergonzado– Sabes que me distraigo fácilmente... –Recordó riendo con nerviosismo el menor–
– Si, lo recuerdo... –Dijo el peliplata riendo levemente– ¿Cómo has estado en este tiempo, Eirian? –Preguntó mientras que el pequeño se sentaba a su lado en una roca a la orilla del lago–
– ¡Muy bien! –Contestó con entusiasmo– ¿Y tú? ¿Cómo has estado, Mael? ¡Hace semanas que no nos vemos! –Dijo alegremente el pelinegro–
– He estado bien... Solo... –Empezó y soltó un suspiro pesado, recordando todo lo que había sucedido recientemente y asechaba sus pensamientos– Solo algo estrado, por la Guerra Santa, también por mi hermano y... –contestó finalmente el arcángel dejando escapar un suspiro– ...Y Elizabeth –dijo finalmente con un leve sonrojo en sus mejillas a causa de aquella diosa que tanto lo había lastimado, pero que también hacía que su corazón latiera fuertemente–
Eirian sintió como en su corazón afloraba una sensación de tristeza al oír al peliplata mencionar a la diosa, Eirian sabía que el arcángel tenía un enamoramiento por Elizabeth porque tiempo atrás este se lo había mencionado, sin embargo por alguna razón sentía su corazón entristecer al ver como el peliplata se sonrojaban solo con decir su nombre... ¿Por qué eso le molestaba tanto? ¿Por qué le molestaba tanto algo tan normal en las personas? Era completamente normal enamorarse, pero... Por alguna razón, el saber que Mael amaba a alguien más entristecía a Eirian y le hacía desear estar en el lugar de Elizabeth quién había rechazado los sentimientos de Mael, ¿acaso eran celos lo que sentía?
Mael había notado el silencio que se había formado, había notado la mirada triste en los ojos de su pequeño amigo. Eso alarmó a Mael, ¿acaso había dicho algo que lo entristeciera? No quería ver el tierno rostro de Eirian llorar.
El arcángel posó su mano en la cabellera azabache del menor, despeinando un poco su cabello, esto hizo que Eirian lo mirará alzando la cabeza, haciéndolo ver más adorable de lo que era.
« Nunca me había fijado en eso, pero... Su rostro es fino y delicado, como el de una mujer, además su cabello es muy suave » pensó el peliplata delineando con suavidad el rostro del menor, en las mejillas de este posó un sonrojo al sentir las caricias del peliplata, y sin darse cuenta los rostros de ambos se acercaban más y más, reduciendo cada vez más la distancia hasta que finalmente los labios de ambos se unieron en un torpe, tierno y (lamentablemente) corto beso, el cual solo sería el primero de muchos.
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Memories Of Love 《 Estarossa/Mael 》 |Yaoi|
Fiksi PenggemarToda gran creación siempre pasa por una fase de pruebas, una que puede terminar bien como puede terminar mal... Pero eso no lo detendría. Después de todo hablamos del Mago Gowther... Tras la muerte de su amada Glariza, el demonio busco un modo de cr...