Capítulo 4💕💕

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«La perversión es sólo otra forma de arte. Es como la pintura o el dibujo o la escultura. Excepto que, en lugar de pintura, nosotros los pervertidos usamos el sexo como nuestro medio»

Aquella noche todo había salido como si él mismo hubiera planeado todo. El chico que era su obsesión estaba delante de él, ebrio, sin poder saber siquiera dónde estaba y a donde iba. Pensó mucho en aquello mientras manejaba. A su lado unos labios entreabiertos y rojos ya estaba causando que sus pensamientos se fueran al cielo. 

En un semáforo, se giró un poco y con la llema de sus dedos delineó sus labios, poco a poco hizo un poco de presión sobre ellos y cuando iba a besarlo, el semáforo decidió cambiar de color. Retiró su mano de aquellos apetecible labios y comenzó a manejar de nuevo. No sabía dónde vivía aquel chico. Ya que se había propuesto no averiguar de una manera ilícita su dirección. Por lo mismo lo llevaría a su casa. Demasiado conveniente para Sawat. 

La noche era más que solitaria, no había gente en la calle y los pocos que habían eran ebrios como el que él tenía a su costado. Ninguno tan bonito como Gun. Porque eso sí, había averiguado su nombre. Después de algunos minutos más de hecho 30 minutos estaban llegando a su casa. Salió del auto y fue hasta el lado del copiloto, después abrió la puerta y quitó el cinturón de seguridad de Gun. Lo ayudó a salir del auto y después la puerta se cerró. Tomó a Gun estilo nupcial y entró a su casa. 

Quería, deseaba y anhelaba hacerlo suyo. Fue con él hasta la habitación y lo dejó sobre la cama. Si bien podía aprovecharse de él en ese estado, no era lo que quería, quería tenerlo en sus cinco sentidos y hacerlo pedir por más, rogar por el placer que Sawat quería darle. Se maldijo internamente por desear que él estuviera consciente. Pero si pudiera hacer que el chico deseará ser tocado, estaría bien para él. Así que una sonrisa perversa se dibujó en sus labios y sus colmillos se hicieron presentes. 

Se acercó a Gun. Lo miró, lo recorrió con sus ojos y después con las manos, abrió su camisa y sólo rozó sobre su piel su dedo índice. Quería lamer aquella piel blanca pero se contuvo, sólo mojó la punta de su dedo y comenzó a recorrer el abdomen ajeno. La piel contra su tacto se erizó. Una sonrisa de nueva cuenta se hizo presente en sus labios. Estaba completamente excitado con aquello tan pequeño que estaba haciendo sobre el cuerpo ajeno. 

Los labios de Gun se abrieron y dejaron salir un pequeño jadeo mientras se abrían un poco más. En este punto no sabía quién jugaba con la cordura de quién. Su dedo seguía danzando sobre aquella piel y lo que siguió lo hizo irse a la mierda. Los labios de Gun se estamparon con los propios, los devoraba con torpeza pero Siwat no dejaría aquella oportunidad. Si el ajeno estaba dispuesto a besarlo estaría dispuesto a ser tomado por él.

Siwat lo besó con tanta pasión que el aire de los pulmones de ambos estaba siendo escaso, el besó se hizo más lento dejando que el aire llegará a su sistema. Después Siwat dejó sus labios y bajó lamiendo desde su cuello hasta su ombligo, y allí, en aquella pequeña hendidura introdujo su lengua, Gun arqueó su espalda y abrió los ojos. Aquello se sentía jodidamente bien para él. 

Siwat no perdería tiempo, lo deseaba ahora. Dejó su cuerpo y lo desvistió. El cuerpo lechoso de Gun estaba allí, para él.  Gun no protestó y es que su borrachera se había ido desde que pudo dormir un poco. Pero si era honesto con él, también deseaba aquello. Estaba consciente por eso lo beso. Pero por ahora podría decir que el alcohol lo hizo hacer aquello que iba a pasar y deseaba. 

Siwat se quitó la ropa, estaba quemando. Por un momento pensó que aquello estaba mal, hasta para él era algo que no debía pasar. Si lo hacía ¿sería un monstruo? Pero verlo allí, tan jodidamente exquisito, hizo que tragara saliva y la pasará de golpe. Su garganta se estaba secando y su boca también. Pero la voz de Gun lo hizo volver. 

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