Capítulo XI

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— Hermione acércate por favor — pidió Blaise — necesito hablar contigo.

— Sí, claro Blaise — dígame en qué puedo servirle.

— ¿Cómo te sientes aquí? — preguntó Blaise ¿Haz encontrado el hogar que te hacía falta?

Hermione sonrió — eso y mucho más — susurró la castaña con una gran sonrisa — aquí tengo muchos amigos y un jefe maravilloso — En la casa del Señor Lupin, he encontrado un padre, y unos amigos muy especiales... Y tú.

— ¿Yo? — cuestionó Blaise dudoso no me tienes ni entre tus amigos, ni tu familia ¿Por qué?

Hermione sonrió con los ojos moviendo la cabeza se sonrojo, secándosele la boca por los nervios que el moreno causaba en su cuerpo.

Blaise la miraba anonadado, sintiendo su corazón brincar como un niño jugando en el trampolín. Se sentía tan bien saber el lugar especial que ella le daba.

— ¡Está bien! — exclamó Blaise por esta vez ese asunto lo hablaremos en otro momento — te preguntaba si eras feliz con todos nosotros porque quería saber si estarías dispuesto a dar felicidad a otra alma triste, como lo era la tuya antes de conocernos.

Hermione se lo pensó por un momento, la idea no le molestaba, pero no sabía cómo podría hacerlo.

Blaise leyó la duda en sus ojitos castaños que ya no denotaban tristeza.

— No te preocupes — respondió Blaise — yo te ayudaré a aprender como deberás hacerlo ¿Estás de acuerdo?

— Sí — dijo la castaña segura.

Blaise sacó del cajón de su escritorio las cartas que le dejó Tom Riddle para que lo ayudará.

— Primero leerás estas cartas — aseveró el moreno — memoriza los nombres, ciudades, experiencias de esta pareja, tienes dos días para aprenderte toda esta información — una vez que estés lista vienes a mi oficina para finiquitar los detalles — Recuerda solo tenemos 3 días para preparar esta ayuda muy especial.

— De acuerdo, Blaise — dijo Hermione tomando las cartas y guardandolas en su cartera.

Así pasaron la tarde hablando del nuevo mundo que se había descubierto para Hermione, sus sensaciones y nuevas aventuras.

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A las 6 pm llegó Goyle en la limosna para llevar a Blaise y a la castaña a la Mansion Lupin.

Despues de cenar y dialogar con el millonario octogenario, Hermione se disculpó para retirarse a su habitación, tenía una labor pendiente que debía revisar lo más pronto posible.

En el camino se topo con Luna, que llevaba un cesto con ropa limpia y planchada.

Hermione no pudo evitar mirar el contenido, encontrándose con una camisa de Blaise, se mordió el labio nerviosa y le preguntó — ¿Esa ropa es de Blaise?

— Sí — respondió Luna curiosa, pero son pocas las que alcanzó a lavar ya que el Dr. Zabini gusta de lavar el mismo su ropa.

— ¡Oh, en serio! — exclamó Hermione dudosa ¿Crees que note si le falta alguna camisa?

Luna sonrió entendiendo la indirecta — puede coger la que usted quiera, será nuestro secreto — dijo.

La castaña emocionada tomó la prenda con mucho cuidado y entrando a su recámara la colocó sobre la cama.

— Bueno Hermione te dejo para que descanses — dijo Luna despidiéndose con un asentamiento de cabeza.

La castaña tomó un relajante baño, se vistió con su pijama y se sentó en la cama, abrió la camisa de Blaise para extenderla sobre su cama y se acomodó sobre ella. Al poco rato se quedó dormida.

Su sueño fue relajante y diríamos que tuvo sueños bonitos, pero su sentido de responsabilidad la despertó en la madrugada, encendió la lámpara de la mesita de noche y acercándose un poco pudo leer las cartas sin complicarse demasiado.

... "Bella Black, profesora en un colegio de señoritas... Y que se supone que se les enseña a las señoritas canadienses en estos momentos, divago en sus recuerdos la castaña buscando alguna información de sus trabajos anteriores para que le den alguna información.

Al cabo de unos minutos recordó a Tabita Black, una riquilla que trabajaba en un atelier en Londres, como modelo, allí Hermione se desempeñaba como asistente contable.

Esta modelito siempre viajaba a diferentes países y gustaba mucho de relatar sus viajes, la gente, sus costumbres y la vida nocturna.
Recordó al fin que habló sobre Toronto, la capital de Canadá

Es una metrópolis dinámica con un centro de rascacielos altos, todos sobrepasados por la icónica Torre CN. y sus senderos, instalaciones deportivas y zoológico.

Además de que hay gente de todas partes viviendo ahí, imagínense es una reunión de personas de diferentes lugares y culturas. Es maravilloso... Recordó Hermione con una sonrisa, gracias mamá por heredarme tu cualidad más especial, tu excelente memoria.

Una vez que anotó en la parte de atrás de una de las cartas, esos detalles y sintiendo que un bostezo travieso se colaba por sus labios, dejó las cartas sobre el velador, apagó la luz y se acomodó sobre la camisa de su doctor favorito para volver a dormir.

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A la mañana siguiente, se levantó aún con sueño, tomó una ducha fría para despertar todos sus sentidos, se alistó y bajó a desayunar, pero notó que estaba sola.

— Ohh... Lo siento — se disculpó la castaña al ver entrar a Goyle con su desayuno — creo que me quedé dormida.

— No tiene por qué — respondió el mayordomo confundido — los señores han madrugado el día de hoy para finiquitar la compra de los terrenos para el Soul's Hospital, por eso no desayunaran con usted.

— No lo sabía — refutó la castaña triste, me hubiera gustado ir.

— Si me lo permite le diré al Sr. Lupin que la invite la próxima vez — aseveró Goyle mientras le acercaba un vaso de jugo.

— No se moleste — respondió Hermione mientras tomaba un trozo de fruta — Mejor esperare a que ellos me inviten, cuando confíen en mí.

Goyle entendió su indirecta, movió su cabeza de un lado al otro y le dijo — no hable así, porque si no le tuvieran confianza no viviría usted en esta casa.

Hermione se sonrojó.

Soul's HospitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora