Capitulo VII

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Hermione se sintió a gusto cuando Blaise le presentó a Theodore, esos dos hombres desprendían un aura de inmensa paz, la paz que ella necesitaba y las palabras que le dijo Blaise anteriormente le aliviaron un poco su pesado corazón.

- ¿Usted y Blaise son muy buenos amigos cierto? Se animó ella a preguntarle  a Theo quien asintió.

- Exactamente, él en realidad me salvó a mi primero es un buen hombre, fue idea suya crear un lugar de beneficencia pública para el alma.

Hermione frunció el ceño, aún no le quedaba claro todo lo que hacían ahí.

-¿Para el alma?- Cuestionó Hermione.

-Exactamente, de los males del cuerpo ya hay muchos que se encargan, pero imagínese, hay muchos que mueren sin un sólo recuerdo hermoso, de los que nunca han recibido una alegría, o han podido realizar un sueño.
¿Comprende Hermione?-

- Por momentos creo que está hablando en serio, pero luego dudo, todo suena tan bonito como una hoja arrancada de un libro de poesía-

Theodore sonrió ante esa comparación.

- ¿ Y porque encerrar la poesía cuando se puede recitar al aire libre?
Preguntó Theo.

- No lo sé, ¿a que se refiere?
Cuestionó Hermione.

- ¿Nunca escuchó usted hablar sobre el fantasma que se apareció siete noches seguidas en el parque de una cuidad?
Preguntó Theodore sentándose en su asiento.

- ¿Y como no, si eso fue en el barrio donde vivo, no se hablaba de nada más que de ese fantasma. En todos lados y a todas horas era el tema central, pero usted no cree en fantasmas ¿o si?

Theo sonrió.

- ¿Y cómo no creer en fantasmas si ese fantasma era yo?-  Reveló Theo contento.

- ¿Usted?-  Se asombró Hermione.

Theo asintió.

- Blaise me encomendó ese trabajo y yo lo hice, imagínese un barrio donde sólo se hablaba de violencia, robos, y  pobreza. Luego solo se hablaba del dichoso fantasma.   Hicimos olvidar a la gente por un momento de lo mal que lo pasaban.

Hermione lo analizó y creyó que había sido una buena idea.

-Eso fue una brillante idea, ¿y han hecho algo más?-

-Por supuesto que sí, hemos ayudado a mucha gente, eso de los niños secuestrados igual fue idea de Blaise, eran niños descuidados y abandonados por sus padres que se mantenían en reuniones y fiestas y los dejaban al cuidado de la sirvienta. Los traíamos aquí al resguardo del hospital y se lo pasaban en grande, creímos que con ese susto los padres iban a poner mas empeño en ellos.

-Wow, magnífico- Sonrió Hermione por primera vez.

-¿Y ya conoció al mendigo ladrón?- Preguntó Theodore.

-Si claro me dio un gran susto- Admitió ella.

-Pues el es un actor, sigue jóvenes que salen de la escuela a robar y luego los embosca y les roba lo que robaron-

-¿O sea que el es ladrón de ladrones?
Inquirió la castaña emocionada.

Theo asintió.

-Todo eso y mucho más hacemos aquí... Ayudamos, así como lo haremos con usted.

Así pasaron la tarde entre charlando y trabajando ya que Theo era un joven jovial e inteligente que, podría si quisiera enamorar a cualquier mujer.

Aunque ya sabía de primera mano que Hermione había sido reservada para su moreno amigo, Blaise Zabini.

A las 6 PM tocaron la alarma de salida del personal administrativo del hospital.

Theo cerró los libros, se colocó su saco y guío a la salida a su nueva asistente.

Blaise esperaba a Hermione en la puerta de salida mientras leía el diario El quisquilloso, cuya portada dibujaba una gran pérdida entre los habitantes de Londres. Ya que se había incendiado un avión Boing g-27; con destino Chicago - Londres, provocando la muerte de 150 personas.

Theo y Hermione iban conversado animadamente.

Blaise escuchando sus risas dobló el periódico, se acercó a la castaña y le dijo:

"Madame, su corcel está listo, para llevarla a su destino"

Hermione sonrió y sus ojos se llenaron de lágrimas al ver al apuesto moreno, que le robaba los suspiros y le daba esperanza a su afligida alma.

- ¡No llores por favor! - pidió el moreno mientras depositaba su pañuelo en las delicadas manos de la castaña.

La tomo del codo y la guió hacia su auto.

Hermione miraba las calles no reconociendo los lugares, ya que era la zona más elegante de Londres, pero no refutó.

Blaise estacionó su auto frente a una elegante mansión. Abrió la puerta del copiloto y le dió la mano a la castaña para bajar.

En la puerta los esperada Gregory Goyle, el mayordomo de la Mansión Lupin.

- ¡Buenas noches Sr. Zabini, señorita! - dijo el mayordomo - el sr. Remus Lupin los espera en el comedor para cenar.

Hermione era llevada de la mano de Blaise dentro de esa enorme y lujosa casa, hasta que se acercaron hasta el comedor encontrándose con el longevo hombre.

Remus se puso de pie para saludar a ambos jóvenes.

- ¡Muchacho! - respondió el anciano, ¿Qué tal tu día?

- ¡Muy bien Remus! - ¡Gracias por preguntar! - respondió el moreno haciéndose a un lado dejando ver a la castaña.

- ¡Ojitos tristes! - gritó de felicidad el anciano haciendo asustar a Hermione.

La castaña se sorprendió. Miró al longevo hombre y a pesar que quería hablar no salía ninguna palabra de su boca.

- ¡Tranquila ojitos tristes! - dijo el anciano acercándose a la castaña y le dió un cálido abrazo que fue bien recibido por ella.

Que deliciosa sensación pensó la castaña. ¿Así se sentirá un abrazo paterno?

Hermione sonrió por la efusividad recibida.

Cenaron y rieron los presentes con las numerosas anécdotas de los dos hombres en el sanatorio y la historia de cómo se conocieron.

Goyle apareció en el comedor.

- ¡La habitación de la srta. Granger esta lista! - dijo el mayordomo

- ¡Oh no! ¡No se moleste Sr. Lupin! - dijo la castaña ruborizada

- ¡No es ninguna molestia pequeña! - respondió el anciano - esta es tu casa ahora y no admito negativas.

- No puedo permitir que regreses a ese hotel de mala muerte, ahora eres mi invitada

Hermione sonrió y una lagrima corrió por su mejilla.

- ¡Tranquila pequeña! - dijo el moreno abrazándola, de mi cuenta corre que tú serás feliz de aquí en adelante, te lo prometo.

Soul's HospitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora