Historia de Elizabeth - Sexta Parte

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Una vez dentro de casa, decidí tomar una ducha para relajarme antes de abrir la carta. Después de hacerlo, me preparé para sacarla del sobre, pero mis manos temblaban y mi corazón latía tan rápido que sentía que me ahogaba. Me levanté, di algunas vueltas por la habitación y, una vez más calmada, me senté para empezar a leer.

Espero que estés bien. Preferiría haber tenido esta conversación en persona, pero dado que no has querido hablar conmigo, me veo obligado a recurrir a esta carta. Entiendo tu decisión de no querer saber nada de mí después de lo que te hice, y respeto completamente tu posición. Sé que no me detuve a escucharte cuando intentaste darme una explicación, y no pretendo merecer la oportunidad de explicarme ahora. Sin embargo, siento que ambos merecemos cerrar este capítulo de nuestras vidas, y por eso creo que es importante que sepas lo que realmente sucedió.

Días antes de esa noche, Laura me escribió diciéndome que tenía que contarme algo. Tú sabes que después de que ella y yo nos separamos, duró mucho tiempo detrás de mí, hasta el punto que tuve que decirle que no la quería volver a ver, que no me buscara y que no me llamara, y así lo había hecho.

Ella conoce mi forma de ser y sabe que no suelo creer todo lo que me dicen, así que me pidió que no te dijera nada sin antes darme pruebas contundentes. Te juro que no quería creerle, pero estaba muy confundido y por su manera de hablar era como si estuviera muy segura de todo lo que me estaba diciendo. Pensé en contarte varias veces, pero sabía que mencionar a Laura solo traería más conflictos entre nosotros, considerando los problemas que ya habíamos tenido por su culpa. Sin embargo, ya ella había plantado esa semilla de duda en mí y quería saber cómo pretendía probarme que estabas con otro. Según ella, tú y su amigo se veían casi todos los miércoles y jueves, días en los que yo no podía recogerte del trabajo debido a mis clases en la universidad. Me pidió que no fuera a la Universidad ese miércoles y que vería cómo su amigo te pasaba a buscar al trabajo. Me mostró una foto de su carro y me juró que, si lo hacía, no me molestaría más.

Me pasé toda la semana pensando en si de verdad me atrevería o no a hacer algo así, pero al final, quería demostrarle a ella y a mí mismo que tú no serías capaz de hacerme eso. Así fue como decidí faltar a la Universidad y me acerqué a tu trabajo. Tal como me había dicho, vi cómo te montaste en el carro que me había enseñado y cómo te llevó a tu casa. En ese momento, todo lo que Laura me había dicho cobró sentido y me puse como loco al estar convencido de que todo era cierto. Por eso me puse como me puse y te dije todo lo que te dije. Sin embargo, no fue hasta hace unos días que me enteré de toda la verdad.

Después de haberte visto con él, agradecí a Laura por haberme abierto los ojos. Ella se mostró muy atenta y me ofreció su amistad para ayudarme a superar esos momentos tan difíciles. El sábado de esa misma semana, se apareció temprano en mi casa, pero no la dejé entrar y me ofrecí a llevarla. Conocía sus intenciones y no quería estar con nadie, prefería estar solo. Ella siguió insistiendo en estar ahí como "una amiga", hasta que empezamos a pasar algo de tiempo juntos.

Una noche intentó besarme, pero al ver que la rechazaba, se enfureció y me dijo que después de todo lo que había hecho para estar conmigo, aún la despreciaba. Fue en ese momento cuando comprendí que desde el principio no tenía intenciones de ser una buena amiga y que había algo más detrás de todo lo que había sucedido.

Después de amenazar con no volver a verla ni hablarle nunca más, ella me confesó que todo había sido parte de un plan entre ella y su amigo para separarnos. Habíamos exhibido tanto nuestra relación en las redes sociales que ya te conocía, Elizabeth. Conocía tus expresiones y, en cierta forma, tu manera de interactuar con la gente. También sabía dónde trabajabas y parte de nuestras rutinas como pareja, por eso logró hacer que las conversaciones que me mostró parecieran tan auténticas. Todo fue un plan que idearon con su amigo para arruinar lo nuestro.

Primero me envenenó la mente con esas conversaciones falsas, y luego aprovechó la noche del concierto para hacerme verte con él. Ella sabía que los Uber estarían escasos y se puso de acuerdo con él para que se hiciera pasar por taxista y te pasara cerca tan pronto te viera salir. Todo fue un complot para luego ser el hombro al que yo recurriera, mi pañuelo de lágrimas. Definitivamente, Laura está completamente loca.

Sé que fui un estúpido y que no merezco tu perdón, pero espero que algún día me puedas perdonar por todo el mal que te causé. Perdón por desconfiar de ti, perdón por todas y cada una de las cosas que te dije y que te hice pasar, perdón por ser un idiota, perdón por perderte, perdón por todo. Esta carta es mi último adiós, un último adiós a lo nuestro. Jamás te volveré a buscar porque sé que ya te he hecho demasiado daño. Te dejaré hacer tu vida y yo trataré de hacer la mía. Si algún día me perdonas y crees que podamos darnos otra oportunidad, ya sabes dónde encontrarme. Yo siempre te estaré esperando porque desde que te conocí tal cual eres, entendí que tú eres y serás el amor de mi vida.

Mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora