29.) YellowRed.

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Estaba calentando café mientras en un hornito se tostaban algunas rebanadas de pan con un poco de mantequilla, en cuestión de minutos aquel adictivo líquido terminó de calentarse debidamente y procedió a servirlo en un pequeño termo para conservarlo. Al tener la bebida lista fue a revisar cuánto les faltaba a los panes, soltó una maldición y se apresuró a buscar un plato y el cuchillo que utilizó antes para sacarlos, dado que el hornito calentaba más de un lado que del otro una de las rebanadas casi se quemaba; y para no ser tan mal anfitrión le dejaría los mejores a su invitado, el cual lo esperaba a varios metros de ahí.

Dejó los panes en una bandeja junto al termo, y ordenó un poco lo que había utilizado, apresurado, tomó lo que llevaría para la pequeña merienda y avanzó a la salida de su morada.

Salió de la casa con la intención de seguir un delgado camino de tierra que lo llevaría a la agradable sombra de aquellos árboles frondosos; pero se detuvo antes de alejarse demasiado de la casa cuando al distraerse se fijó en el árbol con flores de cayena, el bonito rojo del hibisco haciéndose notar llamativamente entre sus hojas, el venezolano pensó en lo mucho que le gustaban y en aquella pausa se le ocurrió una idea.

—Pensé que estabas haciendo el pan —Se burló el estadounidense una vez que vio al latino acercarse luego de levantar la vista de su libro.

Venezuela hizo una mueca de gracia porque reconoció que en algún momento pasado se burló de él diciendo algo similar: —A pues, eso es todo un proceso, mano.

Le sacó la lengua y USA soltó una carcajada.

Se sentó en la silla que estaba junto a la perezosa ahí se encontraba el gringo; pero antes de degustar de la sencilla comida...

—Pero ya, fuera 'e juego. Cierra los ojos —Le sonrió ciertamente emocionado, la bandeja reposaba segura en sus piernas.

— ¿Para qué?

—Solo hazlo, es una sorpresa. Fuera 'e juego —Enfatizó la última frase ante la duda del norteamericano.

Finalmente el más grande expresó una afirmativa y cerró los ojos, Venezuela lo miró por unos segundos sin decir ni hacer nada, entretenido en como fruncía levemente el ceño ante la desconfianza. Con una leve sonrisa fue y tomó entre sus dedos delicadamente aquello que situó tras la oreja de su compañero, inmediatamente el estadounidense abrió los ojos con curiosidad, Venezuela le mostró los dientes en una sonrisa traviesa.

—No te la vayas a quitar. Por fa'.

USA entrecerró los ojos sabiendo que por los momentos no podría quitársela, así que suspiró pesadamente, rendido.

— ¿Qué es, Venezuela?

El mencionado guardó silencio pensando que cómo podría no saber que es una flor, pero más que el "qué", en realidad era "¿por qué?".

—No sé, simplemente la vi y me pareció bonita —Tomó una extra que había llevado con sí —. Ni siquiera son americanas pero las veo mucho por aquí y... son para ti —Y se la extendió.

En el momento exacto en el que el gringo la recibió, el venezolano se inclinó solo un poco hacia delante y dejó un casto beso en sus labios, al separarse, mantuvo la cercanía.

—Te ves precioso.

El estadounidense reaccionó al sentir su cara arder, no sabía si demasiado o poca, el latino frente a él seguía con esa sonrisa boba en su cara.

USA miró el bonito hibisco por unos segundos, una media sonrisa se formó en sus labios y procedió: —Tú también te ves precioso —De la misma manera, no dudó en ubicar esa segunda flor que tenía en sus dedos.

El suramericano se cubrió una risa con la mano y por un rato que no contaron ambos dedicaron miradas enamoradas al otro. Hasta que el latino parpadeó un par de veces recordando la merienda que esperaba en sus piernas.

—Creo que el pan se enfrió —Comentó en voz baja, pero también sacó a su compañero de sus empalagosos pensamientos —, espero que el café no.

—Oh, crap.

Hot cakes con arequipe [USAVene]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora