4. Change would be amazing.

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¿Cómo era la vaina? ¿Romper todo tipo de relación con el país estadounidense? ¿Quién mierda se creía? Bueno, aparte de la "máxima autoridad" pero, para él, era tan marditamente indignante. Quería caerle a coñazo y gritarle que no podía hacerlo, solo porqué era absurdo, igual que todo lo que salía de su infame boca.

Tras la llegada de aquel hombre, todos ellos parecían enloquecer un poco, y no era de sorprenderse que tomaran decisiones apresuradas y, por lo tanto, estúpidas. Mientras el latino se mantenía encerrado en su morada sentía y pensaba en tantas cosas: en contra y a favor; esperanza y desconfianza; valentía y miedo.

No podía dormir, estuvo dando vueltas en su habitación sin saber nada, la respuesta del gobierno gringo lo tenía con el corazón en la garganta. En espera; parecía una mala maña, una mala costumbre que tiene desde hace tiempo, esperar a que las cosas pasaran sin hacer mucho al respecto.

En poco tiempo aquella respuesta fue dada y solo hizo ver al régimen más incompetente e inútil de lo que ya era. Más tiempo para la retirada de los embajadores, blah, blah y blah, más y más, sin nunca llegar a nada.

Sin ser reconocido como presidente, el gobierno estadounidense hizo caso omiso a lo dicho. Venezuela sintió un calor extraño que no supo cómo identificar, algo que lo sacó del miedo que sintió las últimas horas, expulsó el aire que había retenido inconscientemente. ¿De qué forma le agradecería al gringo? Solo se había vuelto un robot a la espera de órdenes, sabía que con el mínimo indicio de rebeldía le iría mal.

Suspiró deseando tener al norteamericano al frente, acercarse y agradecerle, como si se tratara de un secreto, algo que ni él escucharía por el temor de ser descubierto y castigado: sin ver a sus desastrosos pero queridos estados, o encerrado por días en alguna sucia habitación de penal.

Se escabulló de aquella habitación a la primera oportunidad.

Afuera las cosas no eran tranquilas, se percibía en el ambiente una extraña tensión que te hacía pensar que sería excelente estar en casa y no salir, la cantidad de hombres uniformados y armados no eran de confianza ni protección. Fuera del Palacio, las cosas simplemente no eran mejor.

Después de todo, las actividades de los protestantes no se hicieron esperar.

•••

No entendía. Tampoco importaba la cantidad de veces que preguntaba, nadie le respondía. Unos guardias lo escoltaban hacia algún lugar "seguro", luego de que empezaran las protestas en alguna parte de la capital, él no podía permanecer cerca puesto que siempre se lo llevaban de ahí, de alguna u otra forma. Esta vez no era muy diferente, pero algo no le cuadraba al latino: los uniformados simplemente tenían un aspecto diferente.

Detuvieron el vehículo característico detrás de un auto con detalles militares, le ordenaron que bajara y ya empezaba a hilar las cosas. Concluyó que lo secuestraban. Los escoltas no se detenían hasta llegar a su morada, y, pensándolo mejor, era algo que debió haber previsto; sus primeros escoltas miraron con desconfianza a estos nuevos que solo aparecían y se lo llevaban con una orden, impresa y todo, ya estaba más que jodido...

O quizá no. Todos sus pensamientos se detuvieron cuando al frente reconoció la figura de su hermano, Colombia estaba ahí, sonriéndole alegre de verlo otra vez, llegó hasta el venezolano debido a que este simplemente se quedó paralizado, el abrazo pudo haber sido doloroso para los dos.

Había extrañado el verdadero contacto físico, incluso al principio recibió el gesto ajeno, distante, sin digerir por completo que su querido hermano estaba ahí, con él. Respondió el abrazo con fuerza, palmeando la espalda del colombiano, no queriendo apartarse sino hasta horas después; deseando echarse a llorar ahí mismo. Pero no era el momento, en algo que pareció un bufido se despejó de todo sentimiento sensible.

Hot cakes con arequipe [USAVene]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora