17. Viaje.

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Con viaje y diversión pensó lo que cualquier persona pensaría: tal vez un río, una piscina, o playa; pero cuando dijo que los acompañaría María y Juana para luego escuchar una carcajada del mismo... Había seguido sin entender, por lo que el gringo le explicó que el trabajo lo tenía sumamente estresado y quería- fumar un poco.

Honestamente, Venezuela no solía fumar demasiado y mucho menos marihuana, podía contar con los dedos de sus manos las veces que se fumaba algún cigarrillo en el mes; de igual forma pensó negarse, y estuvo a punto, pero el condenado gringo lo endulzó con palabras lindas explicándole que en ese tan poco tiempo libre que tenía prefería compartirlo con él.

En conclusión terminó accediendo, ya que al final Venezuela se dijo que no era algo de todos los días. Estaban en la habitación de una de las casas de USA; no recuerda cuanto tiempo pasó, quizá un par de horas de puros juegos y charla banal, entre todo aquello sin darse cuenta en el momento exacto en el que llegó al suelo. Por suerte sabía que su compañero estaba cerca, igual que él, hablaba de cosas que su narcotizado sistema apenas ponía atención; algo de una exploración urbana con su hermano y el mexicano, además de escuchar solo eso y un poco más de su parloteo estaba muy sumergido en todo y a la vez en nada.

La música era un ruido adicional que escuchaba lejos, incluso si al principio también bailó, saltó y cantó con energía; ahora del venezolano solo quedaba un pesado saco de papas, o al menos así se sentía.

—... Y luego de eso corrimos, mientras gritábamos como locos —contó el gringo, aguantando su risa.

Al captarlo, Venezuela soltó una carcajada al imaginárselo, imágenes moldeadas a su placer, pareciéndole estas hilarantes, creyó incluso escuchar los gritos de terror en la habitación donde se encontraban.

Después de reír hizo una pausa, jadeando por la falta de aire sintiendo en cadena el repentino mareo incluso estando acostado, la habitación y sus objetos bailaron como si de agua se tratara, el efecto no duró demasiado aunque eso no lo hizo menos intenso. Poco después no supo por qué un extraño nudo se formó en su garganta, su respiración se volvió pesada y su corazón latía fastidiosamente rápido, quería que parara.

— ¿USA? —llamó, inhalando fuertemente para luego exhalar, sintiendo de nuevo el cuerpo ligero. En una mesita no muy lejos de ellos se consumían por sí solos los cilindros con la planta, por ende, el cuarto estaba infectado.

— ¿Sí, oil? —Se burló.

Venezuela dejó pasar eso, haber distinguido su voz había sido suficiente para él...

— ¿Si me fuera haría alguna diferencia?

— ¿Irte a dónde? —respondió su pregunta con otra, la curiosidad permitiéndole descansar su adolorida cara por tanto reír.

—Si desapareciera- ¿si desapareciera qué diferencia habría? —Insistió esperando algo mejor que otra pregunta.

El estadounidense lo analizó un momento, sin llegar a nada completamente claro o satisfactorio.

—No lo sé —Luego hubo silencio, ambos interpretaron eso de distintas formas, pues, sus percepciones no estaban de sus lados esta vez.

Pero, algo le decía a USA que estaba mintiendo, aunque no sabía con certeza qué podría ser ¿cuál sería la respuesta correcta? Se preguntó en su marea mental.

Por otro lado, el venezolano había esperado más, porque muy en el fondo sabía la respuesta a su pregunta, solo que ilusamente tuvo fe en que podría haber otras opciones. Por eso mismo, las delatadoras lágrimas se deslizaron calientes fuera de los ojos, jadeó a causa del sofoco y no dijo nada más, percibió un claro color e imaginó cómo sería un jugo de frutas con ensalada de frutas, ¿una sopa de frutas, tal vez?

—... No habría ninguna diferencia —Eso era, su mente pudo aclararse por un segundo, el gringo sintió una chispa de alegría por tal descubrimiento, en ese tan ausente estado.

Justo lo que esperaba, ahora, para Venezuela las frutas y el curioso pero delicioso aroma a cambur pasaron a segundo plano. Más lágrimas salieron, él solo aceptó la realidad, sin verdaderas ganas se removió y su vista quedó clavada al techo, que por alguna extraña razón le relajó un poco, las lágrimas escapaban discretas y ya era algo que no podía controlar.

—Pero sí afectaría —continuó el gringo en algún momento. El venezolano parpadeó despacio un par de veces, intentando darle relevancia a lo que hablaban, llegó a la propia conclusión de que ya no importaba, al menos no para él, pero el norteamericano siguió hablando: —. Tus hermanos estarían tristes...

En eso, con algo de energía, el norteamericano hizo el esfuerzo de incorporarse, con tan solo estar de rodillas vio como la habitación se movía en un suave vaivén, sensación que le provocó un cosquilleo en el cuerpo y ganas de echarse a reír, pero aunque estuviera drogado sabía que no era lo ideal en ese momento, por lo que contuvo su risa cubriendo su boca con una mano. Prosiguió al enseriarse y acercarse al latino casi a gatas, ya que tenía que mantener el equilibrio.

—... Tus amigos y enemigos te extrañarían —Lo miró desde arriba, sus facciones como la de alguien en aparente tranquilidad, a pesar del rastro de lágrimas secas, él hizo una expresión de curiosidad, pero no dijo nada. El gringo continuo: —. Y a mí me harías mucha falta —Dejó con pereza una mano sobre el pecho del latino, sintiendo bajo esta su latido acelerado.

Con las manos temblorosas, el latino llevó ambas a la cara del norteamericano, algo que había querido hacer desde hace un tiempo.

—Gringo, ya bésame —Pidió con tal gentileza a cabo de unos segundos que USA no podía siquiera procesar una negativa.

Con calma y sin apuros obedeció.

De fondo la música seguía sonando y aquel porro se encontraba ya consumido en su totalidad.

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Hi. Sí, bueno, no tengo excusas por la ausencia amicos. Seguiré esto hasta que me quede sin ideas, supongo. Reaparezco dejando este feo y cortito shot <3

Gracias por leer y disculpen la tardanza. Se les quiere, recuerden tomar agua.

Hot cakes con arequipe [USAVene]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora