5. "Señorita".

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Empezaba a sacarle la piedra.

— ¡Te he dicho un trillón de veces que no me digas "señorita"! Verga, que intenso vale.

Hacía un tiempo que USA se propuso a aprender español, y eso estaba muy bien, llevaban siendo amigos desde algunos años (a través de un traductor, por su inseguridad al hablar inglés), y fue genial escucharlo al principio, aunque su pronunciación era graciosa no tenía la maldad para burlarse, era algo nuevo para América y no quería ser el causante de deprimirlo y que dejara de practicar el idioma ¡incluso así podrían comunicarse sin la necesidad de un traductor! eso sería más cómodo para sí.

Quizá debió joderlo igual como lo hacía México, que aprovechaba para burlarse y corregirlo cada vez que andaban eléctricos todos juntos y se burlaban hasta del ruso. Pero fue débil, el venezolano sintió cierta ternura, le gustaba la forma en la que pronunciaba porque era distinto escucharlo así. Con eso y un poco más tenía cosas que llevarse a la tumba.

Todo era muy inocente como para haber imaginado los dolores de cabeza que le daría el gringo.

—Me gustar señorita. —respondió cuando una vez el venezolano le preguntó qué palabra le gustaba, cuál de tantas y "señorita". El tricolor luego de haberlo pensado descubrió que también le gustaba; lo malo, que viniera de él. Había caído como un guevón.

Luego fue, cuando cada vez que se veían lo llamaba de esa forma; tan cariñoso y pícaro, ese debía ser él y salirse con la suya, no el estadounidense. Además cuando averiguó si le decía así a alguien más y descubrió que no, no pudo tomarlo como juego, de ser el caso contrario sí, pero no.

Y ahora debía quitarle esa maña, que dejara de decirle así de una puta vez.

—No te llamo más "señorita", then.

— ¡Dijiste eso la vez pasada, cabeza 'e güevo!

Le arrechaba que jugara con él, eso era todo, porque ¿Por qué llamarlo de esa forma? Era vergonzoso, para qué mentir.

Harto, lo tomó de los hombros y lo zarandeó, USA se sorprendió al no esperar que actuara así. Jugaba con él, y aunque a Venezuela al principio le molestaba, luego también lo hacía; pero no por la misma razón. Era extraña la forma en la que la ira pasó de arder en su pecho y después simplemente era su cara caliente, el corazón acelerado y las malditas mariposas en el estómago.

El gringo solo se rió de él, instintivamente sostuvo y apartó las muñecas del venezolano para que dejara de agitarlo de la forma en la que lo hacía.

Don't be that way, señorita —Se burló sin soltarlo, de alguna forma fascinado de las reacciones de enfado.

— ¡Deja ya la vaina! ¡No soy señorita! Mardita sea...

El gringo lo escuchó quejarse y maldecir por unos minutos, sin soltarlo, más bien lo sostuvo con un poco más de fuerza para que el tricolor no se librara, en su mente solo tradujo algunas de las palabrotas incomprensibles del contrario, muy a su estilo; pero sólo se concentró en él, Venezuela.

Y no pudo detenerse cuando ladeó la cabeza y se inclinó peligrosamente al latino, con tal acción repentina haciéndolo callar y dejándolo en blanco.

Antes de poder hacer cualquier cosa y actuar a tiempo, el estadounidense le había robado un beso ¡un beso! Y eso no fue lo peor; la peor parte fue que el yanqui ya se había alejado lo suficiente cuando reaccionó y en su mente, como objetivo, solo estaba darle un buen trancazo.

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Hi, y sí, esto es un súper guiño a "señorita" de Shawn Mendes y Camila Cabello, hehe. No está beteado así que disculpen cualquier error.

Hot cakes con arequipe [USAVene]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora