Me removí nerviosa en la silla fría, el aire colmado de desinfectante me hizo hormiguear la nariz y removí mi chalina gastada sobre mi boca para cubrirme lo mas que podía. Annika me sonrió y sus mejillas se arrugaron cuando me tendió la botella de agua.
-tranquila- apretó mis manos contra la suya.
Miré las paredes verdes y algo descoloridas, solté una respiración irregular y cerré los ojos cuando escuché el llanto de un niño. Gire mi cabeza en su dirección para verlo aferrarse al cuerpo de su madre, sus mejillas rojas y las lagrimas corriendo libre por su pequeño rostro, mientras una enfermera escondía detrás de ella la inyección.
- Ekaterina Ivanova- el llamado vino directo de la enfermera que traía un papel.
-soy yo- levante mi mano para hacerme notar.
Asintió con su cabeza- puerta 115, con el doctor Mathew Dodson la atenderá.
Asentí y tomé el brazo de Annika, sentí mis piernas temblar mientras me paraba frente a la puerta y esperaba a que saliera la enfermera. Aprete mis manos dentro de mi abrigo sintiendo la temperatura de mi cuerpo descender.
La puerta se abrió y una sonriente enfermera me hizo pasar- hola, adelante, por favor quítate el abrigo y espera sentada en la camilla- me guio mientras le tendía mi abrigo a Annika.
Balancee mis piernas- ¿Qué es lo que van a hacer?
Sonrió de nuevo- tranquila, el doctor evaluara tu condición física y vera que exámenes deberás de tomar, no te preocupes estas en buenas manos, es el mejor oncólogo en todo Rusia.
Asentí y espere mientras la escuchaba salir y cerrar la puerta- Tranquila, todo esta bien, estoy a tu lado- Annika se sentó y quito las pelusas inexistentes de su chándal.
Tome un aliento nervioso y mire en dirección de la puerta cuando se abrió- hola, Ekaterina.
El doctor Mathew entro y me brindo una sonrisa amable la cual devolví con una mueca incomoda- estoy contento de verte de nuevo.
Incline la cabeza- no tiene que mentir- murmure incomoda y removí mi cabello- yo sé que estoy en mal estado, no tiene que hacer de esto un encuentro feliz.
Sonrió de nuevo- eres muy sincera, sobre todo para ser tan joven, tienes solo veintiuno.
Me encogí de hombros- la vida es demasiado corta como para decir mentiras.
-muy bien, en todo caso no dije una mentira- se giro y contemplo a Annika- un placer, lo que haremos hoy es revisarte, ya sabes lo que arrojaron los exámenes- asentí- así que lo que podemos hacer es sacar exámenes mas precisos para determinar tu etapa, así como tu tratamiento.
Se acerco a su escritorio y saco una paleta y su linterna- muy bien, empecemos- abrí la boca y me removí incomoda cuando se acercó demasiado, pude distinguir sus ojos marrones debajo de sus lentes con marcos negros- tu garganta esta roja, es probable que tengas una infección.
Asentí- me ha estado doliendo mucho y me duele cuando paso la saliva.
Asintió- es muy común para tu enfermedad tener infecciones- soltó un suspiro.
-muy bien...- se removió el cabello y deslizo sus manos a mi cuello, comenzó a apretar en distintos lugares- tienes los ganglios inflamados, aunque es un síntoma común de tu enfermedad- soltó un suspiro- ¿puedes levantarte el polo?
Mire a Annika y luego gire mi vista al doctor, quien levanto las manos- no te preocupes es un procedimiento, quiero saber en qué estado estas, para ver si tienes hematomas.
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Amor en la Primera Nevada
Teen FictionEkaterina Ivanova, un chica con muchos problemas se encuentra enredada en la prueba más grande de su vida, con un hermano abusador, un alquiler que pagar y una enfermedad. Se encuentra resignada de la vida y los constantes golpes que esta le da. Ale...