ALEKSEI

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Aspire el humo y lo deje salir, una pequeña punzada en la sien me hizo fruncir el ceño molesto. El humo blanco se convino y disperso en el sucio almacén de aspecto gris y oxidado, podía divisar las motas de polvo en el aire, mire al hombre que estaba frente a mi temblando y rogando por su vida, su cabeza gorda sudorosa brillaba bajo la luz de mi cigarro, la ropa sucia y con manchas de grasa se pegaba a su cuerpo gordo y velludo.

Gire los ojos molesto e irritado. Odiaba este tipo de personas, hacían crueldades, pero cuando les tocaba a ellos rogaban y suplicaban como unas ratas sucias.

No son mas que basura de la sociedad.

Tire de otra calada del cigarrillo y camine, mis pasos resonando en el almacén vacío, mis hombres en fila esperando a que diera la orden para que el derramamiento de sangre ocurriera, los bates en fila apilados en el suelo- creo haberte dicho que no fueras por ahí hablando basura, mucho menos que alardes de no haber pagado la deuda que me debes.

-señor, señor, le juro que no fue así, no se quien le haya dicho, pero no fue así, es que ellos me odian, quieren ir contra de mi para arruinar mi imagen ante sus ojos- se inclinó y encogió en el suelo, sus manos atadas al frente estaban rojas y raspadas. Su cabello negro y grasiento se pego a su frente sudada. Hice una mueca de asco.

-¿Por qué te prestas dinero si no puedes pagarlo?- incline la cabeza, el sudor se escurrió y se mezcló con la sangre en su sien, comenzó a temblar y se retorció en el suelo- mis hombres saben muy bien lo que sucede, te lo advertí, creo haberte dicho muy bien que es lo que sucedería si no pagabas, peor aún- sonreí divertido y pise su espalda, un jadeo asustado salió de sus labios mientras se encogía- intentaste escapar de mis perros, como si no fueran a rastrearte, haciéndome perder mi tiempo, que como sabes es valioso.

Me incline y sus ojos evitaron mi mirada mientras tragaba fuerte- dime, ¿Cómo quieres que reaccione? ¿realmente pensabas que podías escapar de tu deuda?

Negó con la cabeza y se arrastro mas cerca, el olor fétido de su cuerpo y su aliento batió mi rostro y arrugue los labios con disgusto- mi señor, no, no, se lo repito, nunca intente escapar- chasquee los dedos y mire a Dawson, quien asintió y saco de su chaqueta un boleto arrugado- ¿no? ¿Qué es esto?

Su rostro palideció y comenzó a negar con la cabeza- es de mi hija, señor, ella quería viajar y yo se lo compre- miro a todos lados y lamio sus labios agrietados.

-odio a los mentirosos- vote el humo en su rostro mientras el tosía.

Avanzo y tomo el pliegue de mi pantalón, gire los ojos de nuevo aburrido- señor, por... por favor, tengo una esposa e hijos- aspire otra calada de mi cigarrillo.

-¿en serio?- chasquee la lengua y mi hombre me paso más fotos, que tire a su rostro regordete y sucio- esa a la cual golpeas todos los días, ¿esa? ¿Esta niña que tiene moretones en el cuerpo y señales de abuso sexual? - gire los ojos aburrido.

Abrió los ojos asustado- las personas como tu me repugnan mucho mas que los vagabundos- solté el humo en su rostro- estas en banca rota, así que pagaras tu deuda conmigo.

Gire y sacude mi pie de su agarre, asentí con la cabeza- espero que se diviertan- camine haciendo caso omiso a los gritos de ayuda- llévame a casa, estoy harto, ese idiota solo me hizo perder mi tiempo.

Espere a que el primer carro avanzara con los guardias dentro, el carro ronroneo y se deslizo por la nieve que seguía cayendo, aprete el puente de mis ojos y solté un suspiro irritado- ¿se encuentra bien jefe?

Solté un chasquido y lo observe removerse en el asiento nervioso- acelera, tengo dolor de cabeza. Ese idiota me hizo perder el dinero, pero lo recuperaremos.

Amor en la Primera NevadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora