El sacrificio de mujeres vale más que reinos y títulos, pueden ser más guerreras que soldados ...
||La historia fue publicada una vez en Nyah, este es un reenvío.||
El Norte era todo lo que conocía. Fue donde nació y creció. Era su hogar, su hogar y dueño de sus mayores descubrimientos.
Fue allí donde observó peleas de espadas entre sus hermanos, donde aprendió a blandir un arco y acertar una flecha en el centro del objetivo.
Fue allí donde se dio cuenta de que no le gustaban los vestidos, los peinados elegantes ni las conversaciones de mujeres. Qué poco le importaba si el heredero de un Lord era soltero o cuál era la mejor fiesta en Westeros.
Fue en el Norte, su casa, donde descubrió que lo único que más deseaba en el mundo era viajar. Conoce todos los lugares que existieron y los que no existieron también. Quería aprender a empuñar una espada, así como a empuñar un arco, aprender otros idiomas y conocer otro tipo de personas.
Quería vivir. Más que nada, quería una vida en libertad.
Y aunque su familia no la entendía ni la apoyaba, todavía tenía a alguien que, con todo su corazón, sabía que no la juzgaría ni se opondría.
Jon.
Su amado hermano simplemente le daría una sonrisa y le diría que podía hacer cualquier cosa.
Y fue por él que ella regresaría.
Para Jon, su madre, su padre, sus hermanos, para el Norte. Sería para ellos que regresaría a Westeros y se vengaría de todos los que hicieron daño a su familia y su hogar.
Sacrificaría su libertad tan esperada en nombre de lo que le fue quitado.
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