Última noche. [JJKXKTH]

IX

TUYO.

kth.

Taehyung y Jeongguk iban a dar un
paseo por el bosque junto a la casa de Jeongguk. Parecía que los árboles respiraban junto con ellos y que los pájaros cantaban con el ritmo de sus latidos.

Se adentraban cada vez más, hasta que
llegaron a un lago.

Parecía que la luz del sol, golpeando el agua, bailaba sobre ella y el viento que soplaba era su música. La melodía de la primavera resonaba en la nuca de Taehyung.

─¿Qué es este lugar?─, preguntó con los ojos muy abiertos.

Jeongguk suspiró y se sentó en la hierba.

─Suelo venir aquí a leer o simplemente a pensar durante un rato. El lago no tenía nombre cuando lo encontré por primera vez y todavía no lo tiene. Me molesta,
pero no se me ocurre nada lo suficientemente especial para capturar su belleza, ya sabes─, dijo y
se revolvió el cabello.

Taehyung se tumbó a su lado y se quedó mirando el agua.

─Tal vez podamos pensar en algo
juntos, ¿eh?─, sugirió y Jeongguk
asintió.

─Este lago es mi lugar seguro, igual que tú─, se dio la vuelta y le sonrió a Taehyung. ─Me encantaría que lo nombráramos juntos.

El chico pelirrojo no pudo contener su
amplia sonrisa.

─¿Qué hace que el lago sea especial para ti?─, preguntó Taehyung.

Jeongguk se quedó pensativo durante un rato, mordiéndose el labio inferior.

─Para ser sincero, no lo sé─, suspiró. ─Hay algo que me ha estado molestando sobre todo el bosque desde hace tiempo.

─¿Y qué es?

Jeongguk sonrió con amargura. Taehyung frunció sus cejas. Era la primera vez que veía tal expresión en el rostro del muchacho.

─Por todas partes solía ver hadas del bosque, elfos y espíritus, ahora sólo hay limo y barro. Es deprimente, Tae. Realmente lo es─, su sonrisa era amplia y sus ojos brillaban con diversión, pero sus palabras hicieron que el corazón de Taehyung se congelara.

Jeongguk estaba actuando de forma extraordinaria. Normalmente sólo expresaba opiniones, pero nunca dejaba que una información personal como esa saliera de sus labios. Al menos no cerca de
Taehyung.

─Ggukie, ¿a qué te refieres?─, el chico
preguntó con el ceño fruncido.

Jeongguk se encogió de hombros.

─Por si no te has dado cuenta, cariño, estoy intentando ser un poco más abierto contigo y compartir algunos de mis pensamientos y sentimientos. ¿Es eso un
problema?─, inclinó la cabeza.

Taehyung parpadeó, mirando fijamente al chico.

─N-No, en absoluto. Es sólo que no esperaba eso.. de ti─ Taehyung se rascó la nuca. ─Además, no entiendo lo que intentas decir.

Jeongguk se mordió el labio. ─Lo entenderás muy, muy pronto─, murmuró el chico. ─Ahora sólo pensemos en un nombre para el lago.

Taehyung estaba más confundido que nunca, pero si Jeongguk no quería decírselo, entonces no había manera de que pudiera averiguar lo que quería decir
por sí mismo.

─¿Cuál es tu músico clásico favorito,
Ggukie?─ Taehyung preguntó de repente.

No pudo evitarlo. Constantemente escuchaba, sentía y veía música en todo lo que Jeongguk hacía, y ni siquiera conoce a su músico favorito.

─Siempre he admirado la música de Chopin─, respondió inmediatamente.

Taehyung frunció las cejas, sorprendido.

─Pareces el tipo de persona que estaría
más en el clasicismo o incluso en el barroco, para ser para ser honesto─, soltó y se sonrojó.

Jeongguk se rió y se inclinó para besar
las mejillas sonrojadas de Tae.

─Supongo. Pero la música con más emoción tiende a atraerme. Quiero decir, ¿qué sentido tiene si no te hace sentir nada?─, sonrió. ─¿Por qué
preguntas, cariño?

Taehyung se encogió de hombros.

─Sólo quería saberlo.

Guardaron silencio durante un rato.
No fue un silencio incómodo. No era silencio en absoluto.

Había música, vida, naturaleza, amor y
pensamientos derramados y desordenados a su alrededor, respirando y hablando su propio idioma.

A eso no se le podía llamar silencio en absoluto.

Taehyung se sintió tan completo como siempre cuando Jeongguk lo besó con una increíble suavidad y acarició su mejilla.

No.

Eso no era silencio.

Después de unas horas más de besos y
charlas, decidieron marcharse, ya que se hacía tarde.

─¡Oye, no le pusimos nombre al lago!─ Taehyung gimió de repente, mientras Jeongguk lo acompañaba a casa.

El chico pelirrojo protestó al principio, pero Jeongguk lo ignoró.

─Quizá el lago no deba tener un
nombre─, dijo Jeongguk y entrelazó
sus dedos con los de Taehyung, ─Puede ser nuestro lugar especial, pero no nos pertenece. Tú no puedes nombrar algo que no es tuyo.

Una vez más, el amante de Taehyung tenía razón. Y las palabras resonaron en su cabeza toda la noche, llena de estrellas, viento y dudas.